Polonia

Un euroescéptico al frente de Polonia

El presidente electo, el ultraconservador Andrzej Duda, promete revisar las relaciones con Berlín y Bruselas y subir los impuestos a los bancos extranjeros

El nuevo presidente polaco, Andrzej Duda, posa junto a una mujer en Varsovia
El nuevo presidente polaco, Andrzej Duda, posa junto a una mujer en Varsovialarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

El candidato del partido nacionalista-conservador Ley y Justicia, Andrzej Duda, ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en Polonia, según la encuesta a pie de urna difundida por la cadena de televisión TVN24, al cierre de la jornada electoral.

Sirviendo café a los ciudadanos polacos. Así inició ayer la jornada el ultraconservador y euroescéptico Andrzej Duda, elegido el domingo presidente de Polonia en la segunda vuelta de las presidenciales con el 52% de votos, frente al 48% del derrotado jefe de Estado, el liberal Bronislaw Komorowski. «Quiero dar las gracias a todos los que han participado en esta campaña y me han respaldado. Estoy convencido de que podemos dirigir juntos nuestro país», clamó el ganador.

Duda, que asumirá la Presidencia polaca el 6 de agosto, deberá cohabitar políticamente con la primera ministra, la liberal Ewa Kopacz, hasta las elecciones legislativas de otoño. Kopacz, que sustituyó en septiembre a Donald Tusk tras ser nombrado éste presidente del Consejo Europeo, ha sido el blanco del voto de castigo del 55,4% de electores que acudió a las urnas. Aunque la Constitución polaca le concede una función esencialmente representativa, el presidente puede vetar leyes, dirige las Fuerzas Armadas y representa a Polonia en el exterior.

Nada más conocer los primeros sondeos, Komorowski, que sucedió al fallecido Lech Kaczynski en 2010, reconoció su derrota y felicitó a Duda. «Ha sido la decisión de los ciudadanos de una Polonia libre y democrática. La democracia radica en el hecho de que los resultados electorales no sólo se deben reconocer, sino también respetar». Durante la campaña, el presidente calificó a Duda de «integrista ideológico» por su cercanía a los valores tradicionales de la Iglesia católica y redujo la elección de sus conciudadanos a dos modelos de país: uno «con valores medievales», en referencia al candidato de Ley y Justicia (PiS), o uno reformista. Lo cierto es que Komorowski pecó de exceso de confianza al no implicarse a fondo en una contienda electoral en la que todos los sondeos le daban a priori como caballo ganador.

Polonia vive con el Gobierno de Plataforma Ciudadana (PO), que llegó al poder en 2007, una luna de miel con la Unión Europea y Alemania y la llegada de Duda podría ponerle punto final en muchos aspectos. El presidente electo ha promete revisar las relaciones con Berlín y anuncia que Polonia debe ser independiente ante las demandas europeas que pretenden limitar el uso del carbón, mineral del que actualmente se obtiene el 85% de la electricidad del país. Bruselas se arriesga a revivir el obstruccionismo que practicaron los hermanos Kaczynski entre 2005 y 2007, especialmente si PiS gana las generales y Jaroslaw Kaczynski se convierte de nuevo en primer ministro.

El candidato ultraconservador se ha beneficiado de que la emigración de jóvenes y las diferencias sociales permanecen en Polonia, así como de los bajos salarios y del aumento de la edad de jubilación. Todo ello explica que una parte de la sociedad no se sienta partícipe de ese «milagro» económico del que presume el Gobierno liberal. Mientras Komorowski venció en las grandes ciudades y el oeste del país, el candidato nacionalista se impuso en las áreas rurales y las regiones más pobres del este de Polonia.

La receta económica de Duda pasa por nuevos impuestos para los bancos y las grandes superficies comerciales, en su mayoría extranjeras, para proteger los intereses nacionales. Dos tercios del mercado bancario polaco están en manos foráneas, con el español Grupo Santander como uno de los actores principales. El futuro presidente ha advertido de que su objetivo es que «los bancos no reinen en Polonia» y que trabajará para que vuelvan a ser controlados por capital polaco. Tras la inesperada victoria de Duda en la primera vuelta, Adam Michnik, director del diario de centro izquierda «Gazeta Wyborcza» escribió que «el resultado indica que Polonia podría volver a terminar en manos de irresponsables e incompetentes».

El perfil

La marioneta de los gemelos Kaczynski

La carrera política de este abogado de 42 años está íntimamente ligada a la del ex presidente Lech Kaczynski, del que fue subsecretario de gabinete. Profundamente afectado por la muerte de su mentor político en un accidente aéreo en Rusia en 2010, Duda se negó a aceptar su fallecimiento y acusó a Borislaw Komorowski de cometer un golpe de Estado por sucederle. Su estrecha relación con los gemelos Kaczynski le convierten a ojos de sus detractores en la marioneta de Jaroslaw, el líder de Ley y Justicia. Apoyado por la Iglesia y el sindicato Solidaridad, se presentó como el candidato de los marginados del «milagro económico» polaco.