Elecciones autonómicas

El PP ofrecerá apoyo a Díaz tras el 24-M si deja gobernar a sus alcaldes

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer en la plaza de toros de Valencia
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Rajoy hará este gesto en defensa de la estabilidad, aunque da por hecho el «no».

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, moverá ficha y ofrecerá a través de su «hombre» en Andalucía, Juan Manuel Moreno, su apoyo a Susana Díaz tras las elecciones del próximo domingo, a cambio de que ella se comprometa a respetar la lista más votada en los ayuntamientos.

El PP hará este guiño «a favor de la estabilidad», respetando –dicen– la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Dentro del PP no hay debate interno sobre la estrategia con la que manejar la «debilidad» de la candidata socialista a presidir la Junta de Andalucía y sus dificultades para encontrar los apoyos necesarios para ser investida. El PP sostiene que como alternativa al Gobierno socialista no había lugar a plantearse antes de las elecciones de este domingo un apoyo a cambio de nada porque eso supondría tanto como renunciar a su responsabilidad como principal partido de la oposición. «A ver hecho eso hubiera sido un suicidio político en Andalucía y fuera de Andalucía», afirman. Es cierto que después del domingo el PP se puede encontrar en otras comunidades autónomas en una situación parecida a la que ha vivido Susana Díaz tras las elecciones andaluzas, que decidió adelantar con el pretexto de conseguir una mayoría más amplia que la evitase tener que depender de Izquierda Unida (IU). Pero la coyuntura «exige pragmatismo y obliga a no adelantarse a los acontecimientos», puntualizan en Génova para explicar por qué el PP no puede renunciar a su condición de alternativa al Gobierno socialista. «La abstención es tanto como avalar al nuevo Gobierno andaluz», apostillan. Pero aplicar esta norma a las demás comunidades, que dependen de las reglas y las mayorías que marcan sus propios estatutos, lleva a que el PP asuma que él también estará obligado a buscar apoyos entre las minorías, y que el PSOE no le facilitará nada «en ningún caso».

No obstante, volviendo al escenario andaluz, tras las elecciones el PP sí tomará de nuevo posiciones. Un gesto –admiten por adelantado– porque dan por hecho que la investidura saldrá finalmente adelante con el apoyo de Ciudadanos y Podemos. No obstante, el PP regional, con el aval de Mariano Rajoy, dejará sobre la mesa el mensaje de que no es necesario convocar elecciones y que la candidata socialista puede contar con su abstención, si ella se compromete a respetar también a nivel municipal la voluntad popular y favorece que gobierne la lista que más votos ha recibido. En la dirección popular están convencidos de que la respuesta será negativa, como ya lo fue tras las elecciones autonómicas. Pero aun así verbalizarán este gesto como réplica a la campaña de la izquierda que presenta a Susana Díaz como la víctima del bloqueo de los demás partidos. Y para evidenciar, asimismo, que es el PSOE el que no quiere pactar con ellos «ni siquiera en aras de garantizar la estabilidad política».

En Andalucía no habrá de nuevo elecciones. Y la impresión sigue siendo que la salida la darán los partidos nuevos. «Están ocultando a sus votantes que su tendencia natural es irse hacia al PSOE, tanto Podemos como Ciudadanos», sostienen en el PP.

Si se aplican esta regla a sí mismos, la noche electoral estará marcada por dos grandes interrogantes: en cuántas comunidades autónomas el PP consigue la mayoría absoluta; y en cuántas depende del apoyo del partido de Albert Rivera para gobernar con tranquilidad. Ahí medirán en buena parte el éxito o el fracaso de la estrategia electoral.

En su programa electoral para las elecciones generales el PP retomará de nuevo la reforma electoral para que gobierne la lista más votada. Un clásico ya cada vez que se entra en una campaña.