Política

Elecciones 24-M

El ocaso de la oposición y una alternativa a Rajoy

En clave interna, el mal resultado de los populares paradójicamente despeja el camino del líder del PP como candidato a la Presidencia

La plana mayor del PP, ayer durante la reunión de la Ejecutiva
La plana mayor del PP, ayer durante la reunión de la Ejecutivalarazon

En clave interna, el mal resultado de los populares paradójicamente despeja el camino del líder del PP como candidato a la Presidencia.

Las elecciones autonómicas y municipales se están leyendo en términos de reparto de poder, de quién gana más y quién pierde menos. Pero sus resultados también implican otras consecuencias internas en clave puramente de partido. En el caso del Partido Popular, por paradójico que pueda parecer, el mal resultado despeja el camino interno de Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno. De hecho, con este mismo resultado, si Esperanza Aguirre hubiera salido victoriosa de la batalla de Madrid, hoy muchos dentro del PP estarían pendientes de sus movimientos y de sus futuras declaraciones. Pero Aguirre puede ya decir lo que quiera y hacer lo que quiera sin que tenga consecuencias internas de alcance porque el 24-M también es la historia de su fracaso personal. Y en su partido muchos creen que el fin, asimismo, de su carrera política.

Hasta ayer eran mayoría los que creía que si Aguirre conseguía alcanzar la Alcaldía, Mariano Rajoy tendría grandes dificultades para conseguir que cumpliera su compromiso de abandonar la Presidencia regional del partido. Y estaban seguros también de que plantaría cara en el Congreso regional para controlar su resultado y seguir manteniendo el poder en la sombra. Hoy, por contra, aunque Aguirre intente jugar esa baza, lo tiene todo en contra. Empezando por el hecho de que su alter ego en la Asamblea de Madrid, Cristina Cifuentes, ya no es uno de sus peones sino alguien más cercano a Rajoy y más de la confianza de Génova.

Con la perdida de votos y de poder real que decretan las urnas, si de alguien se hubiera esperado que empezara a dar codazos, si no en los órganos internos sí en sus declaraciones públicas, era de Esperanza Aguirre. Esta amenaza ha quedado disuelta con la debilidad en la que la deja el resultado electoral. Esto no quiere decir que no vaya a hacerlo, pero sin efectos en su organización, ni tampoco quiere decir que no haya más barones dispuestos a demandar una reflexión crítica y un análisis sereno de los fallos que han provocado tal desgaste del PP. Ayer mismo lo hizo la propia Cristina Cifuentes, que ya ha puesto en marcha el proceso para conseguir el apoyo necesario de Ciudadanos para ser elegida presidenta de la Comunidad de Madrid por ser la lista más votada. Pero de ahí a que los que demandan autocrítica actúen como corriente interna, dispuesta a levantarle la silla a Rajoy, hay un gran trecho.

La realidad es que el líder de los populares no tiene a día de hoy ninguna alternativa seria a su liderazgo de cara a las próximas elecciones generales.

El resultado electoral también cortocircuita las expectativas a medio plazo sobre la secretaria general y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. La hoy «número dos» no iba a levantarse directamente contra Rajoy en el caso de que las elecciones hubieran ido como han ido, pero ella hubiera conseguido conservar la mayoría absoluta. Pero si hubiese intentado jugar más alto a nivel nacional si las generales hubieran ido mal para Rajoy. Cospedal no era rival de Rajoy para antes de las próximas elecciones, pero sí le estaban preparando en su entorno un camino para después de esos comicios. Esta etapa como secretaria general le ha generado un desgaste interno, especialmente por tener que lidiar con el «caso Bárcenas». Le ha faltado autoridad, a veces por errores propios y otros por gestos del propio líder nacional, y se ha ganado críticas dentro del partido. Pero, sin embargo, de cara al futuro, en su entorno estaban convencidos de que por edad y por preparación ella estaba lista para asumir responsabilidades más altas e incluso aspirar algún día al liderazgo del partido.

Aparentemente, la primera lectura de las urnas deja la impresión de que Aguirre y Cospedal tienen que pagar una alta factura que trasciende la candidatura que representaban. Aunque en política el tiempo es muy relativo y hacer pronósticos bastante arriesgado. «Lo que hoy no es nada, mañana puede serlo todo», resume, gráficamente, un alto cargo del Partido Popular. Por ejemplo, la lectura del resultado de María Dolores de Cospedal daría un giro si consigue mantener el Gobierno manchego porque no cuaje la alianza del PSOE y Podemos.

Cospedal, en tres claves

- Achatada frente a Rajoy

La secretaria general del Partido Popular quizá hubiera elevado la voz contra Rajoy por los resultados a nivel nacional en el caso de que hubiese mantenido la mayoría en Castilla-La Mancha.

- Desgaste interno

A Cospedal le ha pasado factura el «caso Bárcenas» y ha pecado en ocasiones de una falta de autoridad que ha generado críticas.

- El futuro

Por trayectoria y edad, Cospedal estaba considerada una persona con capacidad para liderar el partido, pero tras los resultados habrá que ver cómo evoluciona su rol dentro de la formación popular.

Aguirre, en tres claves

- Fracaso personal

Aguirre ya no preocupa a la dirección del PP. Puede ya decir y hacer lo que quiera sin que tenga consecuencias internas, porque el 24-M es la historia de su fracaso personal.

- Sin poder de maniobra

Ya no podrá plantar cara en el Congreso regional, ahora Cifuentes no es un mero peón, sino alguien de confianza para Rajoy y Génova.

- Debilitada

El mal resultado electoral de Esperanza Aguirre es visto por muchos como el final de su carrera política.