Política

Elecciones autonómicas

El PP, a merced de los pactos de la izquierda

El PP, a merced de los pactos de la izquierda
El PP, a merced de los pactos de la izquierdalarazon

Las urnas dijeron ayer que después de estas elecciones autonómicas y municipales efectivamente habrá que pactar y mucho. Tanto que en muchos sitios el resultado puede ser la ingobernabilidad. Las urnas confirmaron anoche la fragmentación del voto y el toque de atención al bipartidismo, que sigue cediendo terreno.

Las elecciones autonómicas y municipales se ajustaron bastante a los pronósticos de los sondeos. Los partidos mayoritarios cayeron, pero esta vez tampoco fue su golpe de muerte. Los partidos nuevos entraron en el juego político territorial, sin que lo hagan con tanta fuerza como para poder hablar de revolución. Y ayer por la noche casi todos perdieron algo. El PP no consiguió los votos suficientes como para asegurar la estabilidad. Los socialistas ven como crece con fuerza por su izquierda Podemos. Y Ciudadanos no cumplió sus más altas expectativas. De hecho, en algunas ciudades como Madrid la división entre el PP y las candidaturas de la izquierda les dejaron muy por debajo de sus objetivos. Pero en este escenario habrá que ver hasta qué punto el partido de Pablo Iglesias y el de Albert Rivera quieren retratarse, y con quién, a seis meses de unas generales.

El PP recibe su castigo por la gestión de la crisis económica y las decisiones impopulares que ésta ha conllevado, y también se ha visto reprendido por la corrupción. Le queda como elemento para esgrimir a su favor que en su peor momento sigue siendo la fuerza más votada en las municipales y la que consigue mayor número de concejales, aunque dejándose muchos votos y muchos ediles en el camino –el PP alcanzó en los últimos comicios locales un 37,54 por ciento de respaldo electoral, que ayer bajó al 26,9 por ciento, once puntos menos. Obtiene 22.509 concejales frente a los 26.507 que tenía.

Por su parte, el PSOE no se beneficia lo que debería del desgaste del partido del Gobierno, y a él sí que le crece por la izquierda Podemos, que amenaza con quitarle la hegemonía. Pedro Sánchez no puede esgrimir que es el partido más votado en sus primeras elecciones nacionales y consigue poco poder territorial por sí solo. Además, se queda en porcentaje de voto por debajo de la debacle que supuso el resultado de hace cuatro años. Pierde 700.0000 votos y pasa de un 27,79 por ciento de respaldo al 25,1 por ciento. Los dos partidos mayoritarios no alcanzan la barrera del 30 por ciento, un signo preocupante ya que los estrategas electorales admitían antes de los comicios que cualquier resultado por debajo de ese porcentaje exigía una serena reflexión por su significado. En cualquier caso, la caída de los populares deja paso a la izquierda para ocupar poder territorial. Y las candidaturas de plataformas ciudadanas y de movimientos sociales fueron las más votadas en Barcelona y obtuvieron un excelente resultado en Madrid. Un cambio muy significativo.

Hay que tener en cuenta que la foto fija que anoche quedó es sólo una primera instantánea de la que finalmente puede retratar el mapa real del poder una vez que terminen las negociaciones para sellar las posibles alianzas. El PP está obligado a buscar pactos con Ciudadanos en las autonomías para poder seguir gobernando. Y el acuerdo entre PSOE y Podemos, o con Ciudadanos, podría dejar también al PP sin ayuntamientos en los que anoche fue el partido más votado.

La demanda de cambio deja novedades tan impactantes y simbólicas como la de que Ada Colau, que lideró la batalla social contra los desahucios, haya ganado las elecciones en Barcelona. O que en Madrid, la candidata del PP, Esperanza Aguirre, no consiguiese cumplir con las expectativas que había en su partido respecto a su capacidad de movilizar el voto para mantener el Ayuntamiento. Ganó, pero a muy poca distancia de Ahora Madrid, la plataforma que lidera Manuela Carmena. La diferencia fue de tan sólo un escaño.

Aguirre justificó la decisión de rectificarse a sí misma para volver a la primera línea política, para ser la candidata al Ayuntamiento de la capital, en la necesidad de frenar a Podemos. Ella misma promovió su candidatura y contribuyó a codazos a desplazar a la de Ana Botella. Y en campaña optó por la estrategia de convertir en su adversario directo a Carmena. Los resultados demuestran que esta política ha servido como elemento movilizador y aglutinador del voto de la izquierda a favor, precisamente, de quien ella señaló como su principal «enemigo» político. Ahora Madrid puede pactar con el PSOE y quitarle la Alcaldía madrileña al PP, uno de los mayores símbolos de su poder territorial y, junto con Valencia, de los más disputados con el PSOE. En la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes aguantó mejor, fue la más votada, aunque sin mayoría absoluta. Los datos dejan abierta la puerta a que pueda sumar con Ciudadanos.

Por cierto, la demanda de cambio no se sustanció en una participación superior a la de 2011. Aunque en ciudades como Barcelona, esa participación sí creció en ocho puntos con respecto a la de hace cuatro años, y estuvo agitada por la pugna entre Xavier Trias (CiU) y Colau.

Los resultados electorales confirmaron que el PP ganó en 8 de las comunidades autónomas donde ayer se celebraron elecciones, pero no consiguió mantener sus mayorías absolutas de 2011 salvo en Ceuta. No fue el partido más votado en Extremadura, Asturias y en Canarias. Sus previsiones de última hora apuntaban que podría mantener la mayoría absoluta en Castilla y León, La Rioja, Murcia y Castilla-La Mancha. Pero no se cumplieron. En esta última, la también secretaria general, María Dolores de Cospedal, no alcanza tampoco el objetivo de la mayoría absoluta, con las consecuencias que pueden derivarse en clave puramente interna. Cospedal ya estaba muy tocada en la dirección del partido y esto la debilita aún más. El PP sufrió también un serio varapalo en la Comunidad Valenciana, su hundimiento abre la puerta a un tripartido de izquierdas. Y un acuerdo de la izquierda podría arrebatarles incluso el ayuntamiento de Valencia. Pueden gobernar con más facilidad en Castilla y León, La Rioja y Murcia.