Elecciones catalanas

El PP apela al voto útil y no ve el resultado de C’s extrapolable

Asume que sus resultados no son buenos, pero sí el global porque frena el independentismo

Mariano Rajoy presidió el Comité Ejecutivo del PP, que se reunió ayer por la tarde para valorar los resultados obtenidos en las elecciones catalanas
Mariano Rajoy presidió el Comité Ejecutivo del PP, que se reunió ayer por la tarde para valorar los resultados obtenidos en las elecciones catalanaslarazon

El resultado de las elecciones catalanas ha encendido nuevas alarmas en las filas populares. Reconocen que el resultado es malo y no se ajusta a las expectativas que habían puesto en una participación histórica que sí se produjo. Han perdido ocho escaños y más de 128.000 votos. El «efecto Albiol», tras el relevo de Alicia Sánchez-Camacho por el ex alcalde de Badalona, Xabier García Albiol, no ha funcionado como esperaban. Y el problema al que se enfrenta el PP es que en las elecciones generales necesitan a los votantes que en estas elecciones se han ido a Ciudadanos. La dirección popular ve con preocupación que el partido de Rivera se haya hecho con la bandera constitucionalista en Cataluña porque precisamente la posición del PP en materia de modelo de Estado forma parte de su cuerpo doctrinal fundamental, y es una de sus «armas» políticas en el conjunto del Estado. Ahora bien, esta preocupación, con la vista puesta en Cataluña y también en las próximas generales, la matizan con dos premisas: que los resultados catalanes no son extrapolables al conjunto de España, como así subrayaron en el análisis que hicieron en el Comité Ejecutivo; y que el tirón de Ciudadanos allí no es el mismo que va a tener en otras comunidades autónomas, como así lo reflejan las encuestas. También confían en que el voto útil en generales juegue a su favor porque sus siglas sean vistas en el electorado como la opción más segura para frenar la alianza del PSOE y Podemos. Ayer ya empezaron a apelar a ese voto útil por boca de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

En cualquier caso, la posición en la que queda el PP en Cataluña es un problema añadido a las «heridas» en el partido que han dejado otras elecciones. El PP asume que Rivera se lanza a la campaña de las generales desde la mejor posición a la que podía aspirar, pero para compensar la preocupación desatada también subrayan que ellos necesitan que C’s aguante ante las generales por si los resultados les obligan a apoyarse en esa «muleta» para poder mantenerse en Moncloa.

El traspiés catalán ha sido inmediatamente utilizado por el sector crítico a Rajoy que representa el ex presidente del Gobierno José María Aznar, y con el que siempre coquetea la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. Ayer los dos levantaron la mano para «disparar» directamente contra Rajoy. El Comité Ejecutivo del partido, por contra, cerró filas con el presidente del Gobierno, y también con Albiol. La autocrítica se queda de puertas adentro. Y la respuesta a Aznar fue contundente por parte de Cospedal: aunque el resultado no haya sido el esperado para el partido, el PP se declara satisfecho porque considera que el resultado global sí es bueno para España y para Cataluña, los independentistas no llegan al 50 por ciento de los votos, ni alcanzan el apoyo de más del 36 por ciento de los catalanes. Y también le dicen que las urnas, gracias a la movilización instigada por el PP, han servido para poner en evidencia la pluralidad catalana, aunque las papeletas no hayan ido para sus siglas. El elemento central del discurso de Rajoy ante su Ejecutiva fue que los independentistas habían perdido su plebiscito y no tenían legitimidad para seguir avanzando por el camino de la declaración unilateral de secesión. Rajoy también puso en valor que la operación de movilización internacional y de agentes sociales, en la que había trabajado su Gobierno, había sido muy útil para activar la movilización social que ha dejado Juntos por el Sí con menos votos que el bloque constitucionalista y dependiendo de los anticapitalistas de la CUP para conseguir la mayoría absoluta. El mensaje del PP es que avanzar hacia la independencia sin la mayoría de los votos es una temeridad de graves consecuencias. Ahora bien, la fractura de la sociedad catalana, y el posible Gobierno independentista, representan un problema de Estado que quedará pendiente para el partido que gobierne en Moncloa tras las generales. Y el PP abre ya su campaña reclamando el voto útil para sus siglas.