Embajadas

Mas ha dilapidado 90 millones en acción exterior sin éxitos

Su mayor logro ha sido una llamada al diálogo del Parlamento de Dinamarca.

Artur Mas, ante la Basílica de San Basilio de Moscú, en 2012
Artur Mas, ante la Basílica de San Basilio de Moscú, en 2012larazon

Su mayor logro ha sido una llamada al diálogo del Parlamento de Dinamarca.

Las prioridades en el gasto público de la Generalitat quedaron al descubierto en la presentación de los últimos presupuestos, los de 2015. Después de cuatro años consecutivos de recortes draconianos, el Govern de Artur Mas presentó unas cuentas ligeramente al alza en políticas sociales (el presupuesto en Salud subió un 1,5 por ciento y el de Educación un 6,9 por ciento), y ampliamente expansivas en acción exterior y embajadas. La primera partida subió un 19 por ciento (de 16,5 millones a 19,7 millones), mientras que la segunda –incluida en la primera– se incrementó un 36,5 por ciento, de los 2,2 millones a los 3 millones de euros.

El presupuesto destinado a las oficinas en el exterior, de hecho, sí que ha aumentado incluso en tiempos de recortes. Un repaso al gasto en la política internacional de la Generalitat lo pone de manifiesto. En 2013 el gasto en el conjunto de la acción exterior del Govern de Mas fue de 26,9 millones –el mismo que el del año 2012 porque las cuentas se prorrogaron–. En 2014 se acometieron importantes restricciones presupuestarias, ya que el dinero para diplomacia pasó de 26,9 millones a 16,5 millones. Sin embargo, el recorte –que afectó principalmente a los recursos destinados a cooperación– no impidió que Mas duplicara la inyección en embajadas.

De 2013 a 2014 el gasto en oficinas en el exterior pasó de 1,1 millones a 2,2 millones. Y de 2014 a 2015 la cuenta alcanzó los 3 millones. Así, el Govern de CiU ha ido ampliando la red de embajadas. De cinco ciudades (Bruselas, París, Londres, Berlín y Nueva York) donde la Generalitat tenía oficina se ha pasado a siete, ya que Roma y Viena se han sumado a la red catalana.

¿Cuáles han sido los resultados de estas oficinas? Es difícil fiscalizar la acción de los «embajadores», ya que la mayoría soberanista ha impedido siempre su presencia en el Parlament para dar explicaciones. Pero lo que es sencillo de comprobar es que sus gestiones no han permitido las complicidades que el independentismo busca más allá de las fronteras catalanas.

Los pronósticos del aparato diplomático de la Generalitat han hecho aguas. Se auguró una ola de simpatías en el caso de que el Gobierno impidiera la consulta soberanista del 9 de noviembre y nadie alzó la voz. Se auguró que países de todo el mundo mostrarían su complicidad con el movimiento soberanista, pero no existen registros de que haya sucedido.

El Govern quiso presentar como un éxito la resolución aprobada por el Parlamento de Dinamarca en favor del diálogo entre Cataluña y el resto de España, pero lo cierto es que el propio Parlament ha aprobado una resolución en el mismo sentido. Ningún líder europeo, ninguna autoridad comunitaria ha alentado el proceso soberanista. Al contrario. Todos ellos intentan mantenerse al margen de lo que consideran un asunto interno de España y cuando han hablado ha sido para decir que Cataluña se juega el adiós a la UE.