Elecciones Generales 2016

Rajoy llamará a Sánchez y a Rivera tras el 26-J pese al veto

No irá a la investidura sin apoyos, mientras el PP condiciona la negociación al número de escaños

Rajoy revisa unas notas antes de un mitin en Málaga
Rajoy revisa unas notas antes de un mitin en Málagalarazon

En la dirección popular, guiados por el optimismo del «gurú» Pedro Arriola, confían en que el domingo superarán el 30 por ciento de los votos y se moverán alrededor de los 130 escaños.

«Anticipar movimientos sin conocer los resultados electorales es un brindis al sol. No tiene nada que ver un escenario en el que nos quedemos como estamos, o con menos escaños, a otro en el que mejoremos la representación de diciembre». Así se pronuncian en el Comité de Dirección del PP cuando se pregunta por la negociación postelectoral que tendrá que abrirse el día después de los comicios.

En la dirección popular, guiados por el optimismo del «gurú» Pedro Arriola, confían en que el domingo superarán al final el 30 por ciento de los votos y se moverán alrededor de los 130 escaños. Están peleando por los restos en una decena de provincias, y han decidido dedicar el sprint final de la carrera a buscar a la desesperada al votante de C`s. «Cada voto que se va a Rivera acerca a Iglesias a un escaño», sentencian en Génova como mantra electoral.

En el entorno de Rajoy aseguran que si se cumplen sus pronósticos, «aguantar» con respecto al resultado del 20-D, su candidato tomará la iniciativa y llamará al líder del PSOE y al de C’s para negociar la formación de un Gobierno. «El resultado electoral puede obligar a que algunos vetos se caigan por sí solos», dicen en la dirección popular, donde se resisten a aceptar «el empecinamiento» de Sánchez en su negativa a sentarse a negociar. Creen que si se queda tercero, en vez de segundo, eso lo cambiará todo «radicalmente», y el PSOE tendrá que pasar a valorar la abstención a un Gobierno de Rajoy porque tanto convertir a Iglesias en presidente como entrar en un Gabinete con ministros de Podemos supondría «su fin». También es verdad que en las filas populares no son todos tan optimistas. Y hay quienes dan por hecho que la situación, sólo deja como salida que «gobierne la izquierda o el PP con otro candidato». Éste es, sin duda, el debate que ya marca los últimos análisis electorales antes de que se abran las urnas.

Ayer Rajoy visitó Barcelona, y confirmó que no ha revisado su decisión de no presentarse a la investidura si no tiene los apoyos parlamentarios necesarios para sacarla adelante. También defendió su oferta de coalición a PSOE y a C’s.

«Evidentemente no puede volver a repetirse el veto al PP, máxime cuando ir a unas terceras elecciones sería un disparate. Lo ideal es que haya un Gobierno para cuatro años con un programa pactado», sostuvo en un desayuno organizado por «El Periódico de Cataluña». Aunque el líder popular sigue reivindicando la gran coalición, su equipo y él se preparan para gestionar un escenario en el que en el mejor de los casos puedan gobernar en minoría. En su partido lo ven con recelo, sin ni siquiera el apoyo de Ciudadanos. Reconocen que sería muy difícil de administrar en el día a día y que la oposición buscaría «destruir» a Rajoy aprovechando que no tiene una mayoría parlamentaria detrás.