Mariano Rajoy

Agenda Rajoy: cerrar los Presupuestos de... 2018

Las prioridades del presidente para después de Semana Santa son las cuentas de 2017 y el techo de gasto del curso siguiente

Rajoy, acompañado por el máximo responsable de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárez
Rajoy, acompañado por el máximo responsable de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárezlarazon

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, despidió a sus ministros el pasado viernes con la negociación de los Presupuestos de 2017 «abierta, pero avanzando». El diálogo con el PNV sigue su curso, y la sensación que trasladan desde el Ejecutivo es que la fruta está madurando «a su ritmo». La agenda de Rajoy para la vuelta de vacaciones de Semana Santa tiene dos prioridades, los Presupuestos de 2017, y casi al tiempo negociar el techo de gasto para 2018. El Ejecutivo está obligado a ponerse casi de inmediato a preparar el proyecto presupuestario para 2018, ya que el calendario normal le exige aprobar el techo de gasto y los próximos objetivos de déficit y deuda a poder ser a finales de junio, para remitir el proyecto presupuestario al Congreso a finales de septiembre. El Gobierno da por descontado que superará el primer trámite parlamentario de los PGE de 2017, el de las enmiendas a la totalidad. Una votación que se celebrará el 1 y 2 de mayo. Para que el 24 comience la tramitación en comisión parlamentaria. La negociación presupuestaria y la puesta en marcha de las cuentas de 2018 es el tema decisivo en el futuro inmediato de la Legislatura. A pesar de que las relaciones con Cs evidencien la desconfianza creciente entre los dos socios de investidura o de que el Ejecutivo esté maniatado en el Parlamento en el día a día, Rajoy sabe que hay justificación para forzar un adelanto electoral que no implique previamente que la mochila de argumentos incluya la ingobernabilidad que se deriva de no tener Presupuestos. La baza de prorrogar los de 2017, si no hubiera apoyos para sacar adelante los de 2018, es una opción, pero ya implicaría empezar a llenar con razones de peso esa mochila.

De momento, Rajoy se maneja con la hipótesis de que con sus dificultades, las cuentas de 2017 saldrán adelante. Tranquilidad, «cautelosa», por tanto, en el plano económico, mientras que en el ámbito político sigue armándose en clave política y legal para hacer frente al reto secesionista. En Moncloa creen que después de Semana Santa habrá un nuevo empujón del independentismo porque sus líderes necesitan mantener vivo «el fuego» de la consulta ilegal. Después de que «su propaganda haya chocado con el muro de la realidad en prácticamente todos los demás temas», el referéndum es la última bandera a la que pueden agarrarse para no aceptar oficialmente «que el camino elegido no tiene salida». «Están ante el problema de administrar la frustración y van a forzar hasta el límite la desobediencia», sentencian en medios gubernamentales. Pero Rajoy tiene «muy estudiados» todos los escenarios y traslada la misma seguridad sobre el futuro de Cataluña que cuando tenía la mayoría absoluta. «No va a haber referéndum ilegal. Y ellos lo saben porque se lo hemos dicho y porque son conscientes por sí solos de que lo que están planteando solo les puede llevar en el mejor de los casos a la inhabilitación», advierten en Moncloa.

En el Gobierno restan trascendencia a los demás frentes que tienen abiertos. «La situación en minoría hace que los demás tengan más margen para la pirotecnia. Pero lo importante es mantener controlada la economía y resistir en los pulsos realmente relevantes», explican. La comisión sobre la financiación de PP preocupa en estos momentos «lo justo» en Génova, aunque sean conscientes de que aunque ellos intenten jugar sus bazas en el Senado, habrá mucho más ruido concertado en su contra. Tienen más que perder. Pero no por ello parecen dispuestos a ceder con Cs en otros puntos claves como la supresión de aforados o la limitación de mandatos, en lo que podría servir como un intento de intercambio de piezas para no hacerse daño. En Murcia, en la discusión con los de Rivera sobre el nuevo acuerdo para investir a un nuevo presidente autonómico del PP, la previsión es que el choque se aguante hasta que pueda estar de nuevo en riesgo el Gobierno regional, igual que hicieron con Pedro Antonio Sánchez. También le sostuvieron hasta que tuvieron que elegir entre perder el pulso o perder el poder. Fuera del discurso oficial admiten que una vez que se ha entregado la cabeza de Sánchez, ahora tienen «muy difícil» negarse a las exigencias de Cs porque esto implicaría acabar quedándose fuera del Gobierno «después de todo».

El próximo lunes Rajoy presidirá la reunión del Comité de Dirección del PP. En esa primera semana tendrá un acto con empresarios para «promover y conmemorar las infraestructuras terrestres en España», asistirá al Congreso de Nuevas Generaciones y participará en un acto del PP sobre Europa. También tendrá actividad diplomática con representantes de países Latinoamericanos.