Guardia Civil

«Al salir del bar, empezaron los golpes, patadas y puñetazos»

Relata desde el hospital de Navarra que todo empezó «nada más reconocerme»

Una imagen del teniente atacado en Alsasua
Una imagen del teniente atacado en Alsasualarazon

«Nada más reconocerme en el interior del bar, comenzaron los insultos y las amenazas. Y al salir del establecimiento, nos esperaba un grupo de unas cuarenta personas que, al grito de «alde hemendik», la emprendieron a golpes, patadas y puñetazos» con la intención de lincharles. En estos términos ha narrado el teniente de la Guardia Civil de Alsasua lo ocurrido a algunas de las personas que han podido visitarle en la clínica de Pamplona donde se repone de las lesiones sufridas, que obligaron a una intervención quirúrgica en un tobillo.

El oficial de la Benemérita, que, pese a lo ocurrido, ha demostrado en todo momento una gran serenidad y control de la situación, explicó ayer a sus compañeros que se ocupan de realizar el preceptivo informe todo lo que pasó, en lo que se trata de un caso claro de intento de linchamiento bajo unas consignas de ETA.

María José es la novia del teniente guardia civil que el sábado fue atacado junto a un sargento a manos de medio centenar de proetarras en un bar en Alsasua. Según explicó ayer al programa «La linterna fin de semana» de Cope, con la voz aún entrecortada y asustada por la brutal paliza que recibieron, llegaron al bar sobre las dos y media, donde estaban tranquilamente tomando algo y bailando. «Haciendo lo mismo que el resto» –explicó– cuando notaron que «les miraban mal». «Incluso nos tiraron un vaso de chupito, pero al final no hicimos caso, decidimos pasar y seguir con lo nuestro».

Sin embargo, su decisión cambió cuando un chico y una chica se les acercaron. «Él comenzó a meterse con nosotros. Me empujó. Luego empezó a hablar con el sargento y el teniente. Ellos les dijeron que nos dejasen en paz, que no estaban de servicio y que tenían el mismo derecho que los demás a estar en un sitio público». Tras lo que parecía una pequeña disputa, comenzó el horror. «Poco a poco nos fueron rodeando. Cuando quisimos darnos cuenta, estábamos con sesenta brazos encima pegándonos, empujándonos», relata María José, que confirma que no pudieron defenderse puesto que los cuatro estaban recibiendo golpes. Cuando la Policía Foral llegó la pesadilla acabó. «En cuanto llegaron todos, huyeron». Sobre los daños causados, explica que su novio fue el que peor acabó. «Tiraron a Óscar al suelo y le rompieron el tobillo. A pesar de ello, de estar malherido y sangrando, hubo gente que le siguió pegando».

La madre del teniente de la Guardia Civil, contó a través de Facebook el estado de su hijo: «La operación ha ido muy bien, ahora le queda una recuperación algo larga». En su post también aprovechó para condenar la brutal agresión: «Una panda de cobardes energúmenos que sólo actúan en grupo y que están fuera de todo», –dijo– a la par que, aseguró que «su corta capacidad no les deja entender que no han conseguido nada en todos estos años y que no lo van a conseguir» escribió.