Cataluña

Debate en TV3: ¿Pero quién es el presidenciable?

PP, PSC y Cs hurgan en el desacuerdo soberanista sobre quién debe ser el titular del Govern

Los representantes de los partidos en TV3
Los representantes de los partidos en TV3larazon

PP, PSC y Cs hurgan en el desacuerdo soberanista sobre quién debe ser el titular del Govern.

Los estudios de TV3 acogieron ayer el último debate electoral antes de las elecciones de este jueves. A diferencia de los debates de otras campañas a estas mismas alturas, ningún candidato optó por el riesgo. No hubo golpes de efecto ni conejos sacados de la chistera. Todos se ciñeron a su guión en una discusión a siete que recordó a los duelos televisivos ya vividos en los últimos días. Los partidos constitucionalistas tampoco pusieron en práctica en esta ocasión nada parecido a una estrategia coordinada pero sí que coincidieron en hurgar en la falta de consenso de los soberanistas para designar al futuro presidenciable en el caso de que los independentistas sumen mayoría absoluta.

El representante de Junts per Catalunya, Jordi Turull, subrayó que «estas elecciones deben servir para derrotar el artículo 155 y para restituir a Carles Puigdemont», un extremo que no comparte ERC, que reivindica el derecho de Oriol Junqueras a ser investido president si así lo determinan los ciudadanos este jueves.

Desafiando la máxima del teatro de que el amarillo da mala suerte, la candidata de ERC, Marta Rovira, se puso una camiseta de ese color, el que ha elegido el soberanismo para pedir la liberación de los presos políticos. Lo primero que hizo fue reivindicar a su candidato Oriol Junqueras, «está en la cárcel porque es el mejor», subrayó. Lo hacía, precisamente, cuando acababa un día en el que los neoconvergentes y los republicanos rechazaron investir a un candidato que no sea el suyo. ERC, que hasta antes de empezar las elecciones, era la lista ganadora en las encuestas, defiende que hay que votar a Junqueras para evitar que Inés Arrimadas, que le pisa los talones, quede primera. Al arrancar la campaña pensaban que contaban con el apoyo del PDeCAT para gobernar, pero Puigdemont y su lista tienen ambiciones y depende de los resultados, luchará por ser el presidente restituido.

Atentos al desacuerdo, los partidos constitucionalistas se dirigieron contra el candidato de Junts per Catalunya. «Los que piensan que estas elecciones son un ritual para restituir al presidente de la Generalitat se equivocan», dijo Miquel Iceta.

La tensión en este punto fue en aumento y alborotó el debate con continuas interrupciones. Los candidatos empezaron comedidos, pero Xavier García Albiol logró que Rovira mostrara una uña de su garra cuando mostró con un atrevido cartelito –atrevido, porque a los ingeniosos que piensan los «memes» les gusta mucho esta puesta en escena– con una frase de Carles Campuzano, que aseguraba que hay separación entre el poder judicial y político. «No diga eso después del hemos descabezado a Junts per Catalunya y ERC de Soraya Sáenz de Santamaría», replicó Marta Rovira.

Los telespectadores que esperaban conflicto y debate bronco lo tuvieron. Pero nadie quiso saltos al vacío. A 72 horas de las elecciones, no se atrevieron a arriesgar nada o casi nada. Uno de los duelos más inesperados lo mantuvuieron Iceta y el candidato de la CUP Carles Riera. El socialista echó en cara al bloque soberanista que se saltara la ley a la torera, convocando un referéndum ilegal y declarando la independencia de manera unilateral. «El día 6 y 7 de septiembre fulminaron el Estatut y la Constitución», reprochó, y Riera contraatacó remontándose al siglo XX, a que el 1939, España fulminó tropecientos derechos en Cataluña. Este rifirrafe animó esta parte del debate, que acabó con Turull recriminando a Albiol que «a mí me ha metido un mes en la prisión».

Las discusiones permitieron intuir de nuevo la difícil gobernabilidad de Cataluña después de las elecciones de 21 de diciembre. Los candidatos se atropellaron con sus intervenciones y el moderador, Vicent Sanchis, tuvo graves dificultades para conducir el debate. «Tengan piedad», llegó a decir Sanchis, muy pendiente de los tiempos de cada uno.

El argumento de la estabilidad y la legitimidad hilvanó todo el debate. Hoy acaba la campaña y, probablemente, lo haga como ayer en TV3: sin sorpresas.