Ofensiva abertzale

«Apartheid» lingüístico en la escuela navarra

Separan a los niños que estudian en castellano de los que lo hacen en euskera en el comedor, en el autobús y en el recreo

Los profesores inculcan a los menores que unos son españoles y otros no lo son
Los profesores inculcan a los menores que unos son españoles y otros no lo sonlarazon

Adoctrinar con el fin de captar nuevos fanáticos de la causa abertzale. Las ikastolas continúan siendo escuelas donde una generación de niños es instruidapara justificar el asesinato, convertir en héroes a los terroristas, apoyar a sus presos y secundar la política del odio. Si durante años se enseñaba a los niños vascos estos postulados, desde hace tiempo también se viene haciendo en Navarra, en concreto en la parte norte de la comunidad foral o zona de la Sakana, donde la izquierda abertzale ha tomado los municipios como su bastión.

Como aparitivo todo niño que va a un colegio público o ikastola de esta zona es instruido en la proclama que siempre ha reinvidicado la banda terrorista de que Navarra forma parte de Heuskal Herria y debe ser anexionada. Una vez que se sabe esto, puede seguir la lección.

La realidad que se vive en las escuelas del norte de la comunidad foral queda patente en centros como el colegio público Mendaldea II, en Berriozar. Cuando la Guardia Civil actuó contra Herrira, el colectivo de apoyo a los presos de ETA, acción que se saldó con la detención de 18 personas, el profesorado del centro no lo dudó y salió con pancartas al porche del recinto escolar para protestar por las detenciones. Con ello escenificaron ante los alumnos su apoyo a los miembros de la izquierda abertzale, a los familiares de los presos de la banda terrorista al entramado de ETA.

Pero no es el único caso en el que se cultiva el odio. Aunque algunos padres de alumnos del centro hayan tratado de impedir que se mezclen las cuestiones políticas con las educativas, no han podido frenar la segregación lingüística de la que es objeto el centro escolar.

Al igual que hace años ocurría en EE UU, donde los negros y blancos no podían mezclarse en un mismo autobús, la escuela pública también divide a sus alumnos entre los que hablan euskera y los que hablan castellano. No se juntan en el comedor, ni tampoco viajan ya en el mismo autocar. Los alumnos que hablan euskera y tienen que subir al colegio son recogidos por el autobús escolar con su correspondiente monitora en euskera, y después éste vuelve a bajar a por los alumnos que hablan castellano con su correspondiente monitora en castellano. Tampoco se mezclan en las aulas, y hacen lo posible por evitar que se junten en el recreo. Tampoco comparten las aulas y el profesorado no puede mezclarse, porque si esto ocurre, «termina habiendo enfrentamientos», destacan los que viven el día a día en esta situación. Lo que para el resto parace surrealista, para los padres y estudiantes es algo de lo más normal.

Alrededor de un 25 por ciento del profesorado que imparte clases en el modelo D (euskera) está vinculado a la izquierda abertzale y se dedica al proselitismo etarra. Algunos han sido o son concejales de la heredera Batasuna otros son simpatizantes de la izquierda abertzale. En concreto, uno de detenidos que protagonizaron la pelea que dinamitó la vuelta del Riau Riau a las fiestas de San Fermín en 2012 es profesor de un colegio de Alsasua. Allí instruye a sus alumnos en la teoría del odio y la anexión, pero al ser funcionario no se puede hacer nada, lamentan.

En otros centros escolares los niños navarros, una vez al año, vuelven a casa con las caras pintadas con la ikurriña que imponen en el centro como bandera de la comunidad foral. Gestos que para algunos ya pasan desapercibidos y forman parte de la rutina del día a día.

El germen del odio se instala en los alumnos hasta el punto de que un alumno de 9 años llamó a su profesora «puta española» por hablarle en castellano. El niño estaba molestando con la pelota a los estudiantes más pequeños del centro y la docente le llamó la atención. Cuando el menor le respondió en euskera, la profesora le solicitó que le hablara en castellano y el insulto fue su respuesta.

Otros niños piensan que los que hablan castellano son españoles y los que hablan euskera no, e incluso creen que son una raza superior. Así se lo han inculcado los profesores del centro a una niña de seis años cuando al encontrarse con su tía al salir de clase y escucharla hablar en castellano le dijo: «Tú eres española, y los primos también, pero yo no, me lo ha dicho la profe».

Hasta la funcionaria del centro escolar de Berriozar advirtió a los inmigrantes latinoamericanos que llegaban a matriculen al colegio que lo hicieran sólo en euksera. Tras recibir dicha recomendación antes de entrar por la puerta del centro los padres decidieron sólo pedir información. En otros casos, como el ocurrido en Olazagutía, dos niñas fueron excluídas de participar en programas de tiempo libre de la Mancomunidad de la Sakana al no estudiar en el modelo D y en los institutos el profesorado insta a sus alumnos a apuntarse a la «korrika» (carrera por el euskera) en la que promueven el euskera e incluso la anexión de Navarra.

Como apuntaba el informe de la Guardia Civil, las ikastolas del norte de Navarra son el caldo de cultivo de una nueva generación instruidas desde la radicalidad.

Una maestra, en el boicot de San Fermín

Otra de las maestras de los niños navarros es una de las concejales de Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona. Fue citada por el juzgado de Pamplona para que declarara junto a los otros detenidos por la colocación de la ikurriña que boicoteó el chupinazo de San Fermin.

La concejala dijo que «no conocía lo que iba a ocurrir», pero antes de que se desplegara la ikurriña todos los concejales de Bildu estaban apostados en un lateral del balcón mirando hacia el tejado. El colegio donde ejerce como profesora de niños de primaria envío un comunicado donde se solidarizaban con la docente aludiendo que era todo una trama.