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Puigdemont asume la vía Colau para un «referéndum pactado»

El Govern no renuncia a la «unilateralidad» para no perder el apoyo de la CUP. Acuerdan una campaña que venda una consulta al mundo pero sin fijar un plazo.

Ada Colau, Carme Forcadell, Carles Puigemont, Marta Pascal, Artur Mas y Núria de Gispert en la cumbre del referéndum
Ada Colau, Carme Forcadell, Carles Puigemont, Marta Pascal, Artur Mas y Núria de Gispert en la cumbre del referéndumlarazon

El Govern no renuncia a la «unilateralidad» para no perder el apoyo de la CUP. Acuerdan una campaña que venda una consulta al mundo pero sin fijar un plazo.

Carles Puigdemont sentó ayer a su derecha a Ada Colau en un gesto que prácticamente explica por sí solo la cumbre por el referéndum celebrada ayer por la tarde en el auditorio del Parlament de Cataluña. La reunión, de más de tres horas de duración, integró a partidos y entidades independentistas, a sindicatos y también al universo «podemita», que en Cataluña orbita alrededor de la alcaldesa de Barcelona. El presidente de la Generalitat trató de hacer la síntesis. Abrió la cumbre subrayando que no se trataba de una cita para hablar de la independencia de Cataluña, sino para hablar del referéndum y, a continuación, se mostró partidario de poner en marcha una campaña nacional e internacional para buscar complicidades a favor de una votación de autodeterminación pactada, descartando, por tanto, la vía unilateral en una primera fase.

Ya dijo la portavoz de la Generalitat, Neus Munté, que esperaban «más que una foto». Puigdemont sabía de antemano que debía hacer equilibrios para que no se descolgaran los partidarios de la vía pactada –sindicatos y los «comunes»–. Y todo ello intentando no provocar la irritación de la CUP, que está totalmente convencida de que la vía acordada no tiene ningún recorrido.

Puigdemont , en todo caso, optó ayer por bascular hacia el lado de los «comunes» para proyectar la imagen de un pacto transversal. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, advirtió en su intervención dentro de la cumbre que «otro 9-N no sería un referéndum» y abogó por una consulta pactada y sin fechas límite, algo que topa con la idea de Junts pel Sí y de la CUP, que han acordado celebrarla «como muy tarde» para el mes de septiembre de 2017. Es más, la CUP ya ha dicho que la fecha es inamovible. La cuestión de los plazos es central, ya que podría precipitar una nueva crisis entre los socios independentistas. Sin embargo, durante la cumbre tan siquiera hubo referencias al referéndum «sí o sí» que el presidente de la Generalitat se ha prometido a convocar el próximo año.

A la salida de la cumbre, Puigdemont realizó una valoración ante los medios de comunicación, cerrada a preguntas. El presidente de la Generalitat confirmó que el objetivo pasa a ser el de la consecución de un referéndum acordado y para ello se pondrá en marcha una campaña de adhesiones a nivel nacional e internacional. Según Puigdemont, el nuevo espacio nace «con una gran transversalidad y pluralidad pero con un hilo conductor»: «La voluntad de celebrar en Cataluña un referéndum y hacerlo de forma acordada con el Estado». Ninguna de estas explicaciones estuvo acompañada de alguna alusión a una posible consulta unilateral, sin acuerdo del Estado. Al acabar su intervención ante los medios, Puigdemont abandonó la sala de prensa del Parlament sin admitir preguntas.

Adhesiones a un manifiesto

Su estrategia pasa ahora por redactar un manifiesto cuyo objetivo es el de conseguir el mayor número de adhesiones (tanto a nivel español como europeo) para poder acreditar ante el Gobierno y ante la comunidad internacional el deseo de los catalanes del referéndum.

A las explicaciones del presidente de la Generalitat le siguieron las de la alcaldesa de Barcelona, que no dudó en anotarse el éxito de haber recuperado el objetivo de un referéndum acordado. «Yo formo parte de una formación que piensa que el referéndum no es una pantalla pasada. Hemos defendido siempre el referéndum en Cataluña, en el Estado y en Europa. Que se recupere este espacio, que es el más transversal y el más amplio en Cataluña, es una buena noticia. Algunos nos llamaban ingenuos mientras otros decían que era una pantalla pasada. Nosotros siempre hemos dicho que era una pantalla ineludible», enfatizó Ada Colau.

La alcaldesa de Barcelona subrayó que durante la cumbre no se abordó la opción de un referéndum unilateral. «El 9-N fue legítimo en su momento pero no es necesario repetirlo. Tenemos que avanzar en un referéndum sin garantías. Sabemos que puede tardar más tiempo de lo que nos gustaría, pero es imprescindible hacerlo bien», explicó Colau, que admitió que no existe un consenso sobre las fechas.

De hecho, a continuación de la alcaldesa de Barcelona, compareció el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, para corroborar que si hay consenso es muy frágil y se sustenta en la confusión. Según Junqueras, el Govern no renuncia a la celebración del referéndum en septiembre. ¿Se mantiene el compromiso de celebrarlo en esta fecha? «Sin duda, sin duda», dijo. Y añadió: «Nunca condicionaremos la democracia al hecho de que nos den permiso para defender el derecho a decidir, porque entonces sería derecho a pedir».

La CUP, por su parte, optó por contemporizar. No dio ningún crédito a la vía acordada y se limitó a pedir que se abrace la vía unilateral una vez se constate que no hay raíles para ese trayecto.

Lo que sí que quedó claro es que el Pacto Nacional por el Referéndum, heredero del antiguo Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, estará dirigido por una comisión ejecutiva integrada por 8 miembros de diferentes sensibilidades, y cuyo cometido será buscar adhesiones. Estas ocho personas, a las que se podrían añadir algunas otras, estarán coordinadas por el ex diputado del PSC Joan Ignasi Elena. Su equipo lo completarán, de momento, la ex alcaldesa socialista de Badalona (Barcelona) Maite Arqué; la exconcejal del PSC en Barcelona Itziar González; los exdiputados de ICV Francesc Pané y Jaume Bosch; la ex consellera de CDC Carme-Laura Gil; la ex diputada de ERC Carme Porta;y el director de las revistas Catalan International View y ONGC, Francesc de Dalmases.

Efe