Bélgica

Así es el partido flamenco que defiende a Puigdemont: amigos de nazis que quieren «limpiar» las calles de refugiados

El secretario de Estado de Migración y Asilo, Theo Francken, ha sido objeto de duras críticas y acusaciones de xenofobia

Theo Francken habla con los periodistas.
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Así es Theo Francken, el dirigente flamenco, que defiende al ex presidente catalán en público

El partido nacionalista flamenco N-VA es la fuerza mayoritaria de la coalición cuatripartita que gobierna Bélgica (N-VA), los democristianos del CD&V, los liberales Open VLD y el liberal Movimiento Reformador (MR). Al frente de este último, el único partido francófono, se encuentra el primer ministro, que ha demostrado su incapacidad para apaciguar a sus ministros del N-VA, el partido más votado en Bélgica y que muestra simpatías con los independentistas en Cataluña.

Los nacionalistas flamencos, al frente de los cuales se encuentra Bart De Wever, son el partido más votado en Bélgica y renunciaron a sus aspiraciones separatistas para entrar a formar parte del Gobierno federal. Nueva Alianza Flamenca (N-VA) promueve «una forma moderna, progresista y democrática» de nacionalismo flamenco, según apuntan en su página web, y más a largo plazo, la independencia de Flandes. El N-VA defiende los intereses de los 6,5 millones de flamencos.

Aunque el N-VA no se define como un partido xenófobo, el secretario de Estado de Migración y Asilo, Theo Francken, ha sido objeto de duras críticas y acusaciones de xenofobia por comentarios impropios en redes sociales y su mano dura contra los refugiados. Nada más llegar al Gobierno, Francken asistió a un homenaje a Bob Maes, un conocido colaborador nazi. Esto le vale al nuevo Gobierno federal una primera controversia. Más recientemente habló de «limpiar» las calles de Bélgica de extranjeros, por lo que fue dejado en evidencia por el propio primer ministro, Charles Michel. Un día antes de que Puigdemont aterrizara en Bruselas, Francken le sugirió que podía solicitar asilo político en Bélgica, lo que generó dudas sobre los lazos entre el Gobierno destituido y su partido.

En su programa, afirma que su nacionalismo no excluye «a ciertos grupos sociales», al tiempo que genera un fuerte debate sobre identidad, ciudadanía, integración e inmigración. En este sentido, no comparte la naturaleza racista del ultraderechista Vlaams Belang (Interés Flamenco), que ha endurecido su discurso a tenor de los atentados yihadistas.

De Wever ha apoyado al viceprimer ministro y responsable de Interior, Jan Jambon, también del N-VA, en sus declaraciones sobre la crisis catalana y la gestión del Gobierno de España. Una semana después de las polémicas declaraciones del secretario de Estado belga de Migración y Asilo, Theo Francken, Jambon cuestionó abiertamente la gestión de la crisis catalana por Mariano Rajoy. En el canal VTM, reprochó que está ocupando el lugar de un Gobierno catalán «encarcelado» y «elegido democráticamente». «Ahora el Gobierno español actuará en lugar de uno elegido democráticamente, miembros de un gobierno que están encarcelados... ¿Qué han hecho mal?», se cuestionó. Además, criticó a la UE que no se haya pronunciado al respecto.