PP

Aznar da un portazo a Rajoy

Deja la presidencia de honor del PP sin esperar a que el actual líder le incluya en su candidatura para el Congreso Génova lo interpreta como «una bofetada» al partido y el entorno del ex presidente lo justifica en «su desprecio»

Mariano Rajoy, José María Aznar y Mario Vargas Llosa, en marzo, en la celebración del 80 cumpleaños del escritor peruano
Mariano Rajoy, José María Aznar y Mario Vargas Llosa, en marzo, en la celebración del 80 cumpleaños del escritor peruanolarazon

Deja la presidencia de honor del PP sin esperar a que el actual líder le incluya en su candidatura para el Congreso Génova lo interpreta como «una bofetada» al partido y el entorno del ex presidente lo justifica en «su desprecio»

La ruptura total entre José María Aznar y el PP presidido por Mariano Rajoy se certificó ayer. El portazo de Aznar, que abandona la presidencia de honor de su formación, y que anuncia solemnemente que no irá al Congreso Nacional de febrero, pilló por sorpresa a la dirección del partido y con Rajoy en la ONU. No se esperaban este «golpe» pese al último choque, la pasada semana, a cuenta de un comunicado en el que el ex presidente del Gobierno sembraba dudas sobre la posición del Ejecutivo de Rajoy en la gestión del desafío independentista, y señalaba implícitamente a la gestión de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Los choques vienen de lejos y el distanciamiento personal con la actual cúpula de su organización, también. Por el discurso político, por la posición económica, por los impuestos..., y en esta última ocasión, por una cuestión tan sensible como Cataluña y la doctrina que tradicionalmente ha defendido el PP para hacer frente a este problema.

Pero en este último enfrentamiento hubo una diferencia notable. Las dos partes no guardaron las formas que en otras ocasiones sí cuidaron. Desde Génova se replicó al ex presidente, y, al mismo tiempo, oficiosamente se le dio réplica de manera aún más contundente que en la escena pública. Como si no hubiera instrucción de dejársela pasar. Y lo mismo ocurrió desde el entorno de Aznar.

Este clima concluyó ayer con una carta en la que Aznar comunicó a Rajoy formalmente que renunciaba a la presidencia de honor del PP, manteniéndose sólo como militante. Al tiempo, los dos mantuvieron una «protocolaria» conversación telefónica. Aznar envuelve este portazo en un único guiño a la corrección. «He aprovechado también para desear a Mariano Rajoy los mejores aciertos en su tarea en estos momentos tan importantes y difíciles».

Para renovar como presidente de honor, Aznar debería haber ido en la candidatura con la que Rajoy opte a mantener la presidencia nacional del PP en el Congreso de febrero. Al que en su misiva aclara que no acudirá en ningún caso. Se queda como militante de base, y precisamente sus agradecimientos en esta despedida los dedica sólo al resto de militantes de su organización política. Aznar no detalla en su comunicado las razones del malestar que le llevan a tomar esta decisión, que justifica en que ningún patrono de FAES ocupa cargo alguno ni tan siquiera honorífico en ninguna formación política. FAES ya no es la fundación del PP, pero ésta es sólo una excusa. «Esta decisión (en alusión a esta razón), junto a otras consideraciones que alargarían innecesariamente estas líneas...», deja caer, antes de recordar el historial que acumula en el partido del que ahora se desvincula. Este movimiento ha sido interpretado en el Gobierno y en la cúpula popular como «una bofetada al partido», al tiempo que anoche advertían de que Aznar deberá explicar las razones de su renuncia y el momento de hacerlo. El PP prepara un Congreso en el que, entre otros mensajes, quería dejar una imagen de unidad frente a la situación del PSOE o Podemos, y hasta frente a los movimientos internos que empiezan a visualizarse en Ciudadanos. Y Aznar ha roto ese objetivo «dando munición a la oposición sin razón ni justificación». El ex presidente no tiene fuerza orgánica, pero sí entre las bases del partido. Sigue siendo una voz de referencia en la militancia y entre la derecha española. Y su gesto, aunque no puede desestabilizar el liderazgo de Rajoy, sí es molesto «y no ayuda», reconocen fuentes populares. Rajoy tiene que pelear cada día contra un Parlamento que le quiere enmendar cada una de sus reformas y sólo puede ajustarse a la agenda pactada con Ciudadanos. En este escenario, precisamente una de sus grandes fortalezas está en la unidad y en el cierre de filas de su organización política alrededor de su liderazgo y de su estrategia. Desde el entorno del presidente se justifica su decisión «en el desprecio permanente» por parte de la actual cúpula popular. «Aquí no se trata de que Aznar se explique. Tienen que ser ellos los que den explicaciones. ¿Qué buscaban Rajoy y los suyos con su permanente desprecio? Aznar tan sólo se aparta, y ellos deberán valorar ahora las consecuencias», sostienen. Oficialmente los dirigentes más alejados del ex presidente se ajustaron al mensaje de elogiar sus méritos y mostrar respeto por su decisión.

Su despedida

«La nueva situación de la Fundación Faes; su independencia y su desvinculación del PP aconseja esta decisión. Ningún patrono ocupa cargo alguno en ningún partido».

«Esta decisión, junto a otras consideraciones que alargarían estas líneas, significa mi no participación en el próximo congreso del PP».

«Mantengo mi condición de militante. No tengo palabras para expresar mi gratitud, y afecto hacia los militantes del PP por su esfuerzo».