PSOE

Barones afines a Sánchez dudan ya de la idoneidad de su candidatura

Desvinculan ya su demanda de primarias y congreso de que sea el ex líder quien la encabece

lgunos de los dirigentes alineados hasta ahora con Pedro Sánchez han evitado públicamente respaldar sus aspiraciones en la lucha por el liderazgo. Ayer, Idoia Mendia participó en un desayuno, presentada por Miquel Iceta en el que ambos líderes mostraron su distancia con el ex secretario general
lgunos de los dirigentes alineados hasta ahora con Pedro Sánchez han evitado públicamente respaldar sus aspiraciones en la lucha por el liderazgo. Ayer, Idoia Mendia participó en un desayuno, presentada por Miquel Iceta en el que ambos líderes mostraron su distancia con el ex secretario generallarazon

Desvinculan ya su demanda de primarias y congreso de que sea el ex líder quien la encabece

La idoneidad de Pedro Sánchez para concurrir a las primarias del PSOE comienza a verse seriamente comprometida. Las dudas asaltan ya al secretario general sobre la viabilidad de una eventual candidatura, ya que los apoyos con los que contaba para fraguar su asalto a Ferraz comienzan a diluirse conforme se acerca la convocatoria del Congreso. Primero fue el realineamiento de algunos de los barones a los que consideraba afines. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, aseguró a Susana Díaz su «neutralidad» en la pugna por el liderazgo y sin los socialistas catalanes Sánchez no tendría ninguna posibilidad de superar las primarias. A esta postura «neutral» se sumó también la presidenta balear, Francina Armengol, que evitó hace menos de una semana apoyar las aspiraciones de Sánchez en su carrera por el liderazgo. También la secretaria general del PSE-EE, Idoia Media, comienza a virar y, según fuentes consultadas por LA RAZÓN, ya se habría bajado del barco sanchista. Para muestra, ayer Mendia avaló en un desayuno informativo –presentada por Iceta– la labor de la gestora y las sanciones a los diputados díscolos que votaron «no» en la investidura de Mariano Rajoy, un torpedo a la línea de flotación del discurso incendiario que defiende Sánchez en sus apariciones públicas. Mendia e Iceta compartieron foco en Madrid, y aunque –según los implicados– no aprovecharon para reunirse con el depuesto líder, los movimientos para disuadirle en sus aspiraciones ya habrían comenzado.

Dilapidado el aval orgánico, el último varapalo para el ex secretario general se lo han dado las bases, en las que reside y a las que él otorga toda su legitimidad para volver a disputar el liderazgo. En los últimos días la demanda de la celebración cuanto antes del Congreso y las primarias del partido –como claman las más de 30 plataformas críticas con la gestora establecidas por toda España– se ha desvinculado de la candidatura de Sánchez a las mismas. Quienes quieren que se resuelva el liderazgo ya, no ven al ex secretario general como la solución. Su perfil «guerracivilista» que ahonda en el enfrentamiento interno no convence a quienes aspiran a cerrar con garantías la herida del partido. Además de la doble derrota electoral, el ex líder socialista tiene a sus espaldas la responsabilidad de haber provocado la mayor crisis de la formación. «Si gana tendrá que enfrentarse al día siguiente con Díaz, Page, Lambán... ¿Y vuelta a empezar?», apunta escéptico un dirigente que cree que Sánchez está amortizado y sólo azuza los rescoldos del malestar para poder «volcarlos» en otro candidato que opte por enfrentarse a Susana Díaz. Pues lo cierto es que el «antisusanismo» que el ex secretario general ha inoculado en la militancia tampoco lo rentabiliza, ya que este sentimiento también se ha desvinculado de su propia figura.

Quienes están dispuestos a plantar batalla para que se dilucide cuanto antes el proyecto del partido quieren hacerlo con el menor coste interno posible. «No queremos más enfrentamiento, si defendemos un Congreso ya es para solucionar esta situación, no para cronificarla», señalan.

Entre el movimiento pedrista se acoge con entusiasmo la tesis de una tercera vía («Ni Su –Susana– ni Sa –Sánchez–»), una forma de compatibilizar sus reticencias a Díaz y al ex secretario general. De hecho este sector estaría incluso dispuesto a ceder para evitar un nuevo choque de trenes. «Hemos ido demasiado lejos, deberíamos haber frenado antes», comentan con cierto tono de arrepentimiento cuando recuerdan la profunda fractura que se ha generado en el partido. Desde estos sectores incluso se afea que Sánchez haya sacado las rencillas internas al debate público, con la consiguiente situación de debilidad a la que ha sometido al partido, respecto a sus adversarios políticos, en territorios en los que han conseguido recuperar poder después de años en la oposición. «Gane quien gane, el PSOE estará tocado», dice un dirigente, que se pone en el peor escenario: un enfrentamiento entre Sánchez y Díaz.

Ganar sin Andalucía

En esta tesitura, los afines al secretario general no son tampoco optimistas sobre lo que supondría un choque de trenes con la presidenta de la Junta. «Sin Andalucía no puedes ganar», comentan al tiempo que hacen números. Con la calculadora en la mano el ex líder socialista no tiene ninguna posibilidad. Los grandes núcleos de poder interno que no han clamado por la «neutralidad» en la pugna por el liderazgo, esto es, Madrid, Castilla y León o Galicia, entre otras, son federaciones profundamente divididas, en las que la controvertida gestión de Sánchez ha hecho crecer un granero de votos para Díaz. Esto, sin tener en cuenta que la presidenta de la Junta controla la federación más numerosa de los socialistas, artífice del triunfo del propio Sánchez en 2014.

Este panorama hace que el propio ex secretario general socialista tenga fundadas dudas de si debe o no dar el paso, lo que, unido a que todavía no se ha convocado formalmente el cónclave, le obliga a mantener la prudencia y calibrar cada paso. Sánchez mantendrá su agenda de actos por las federaciones cuyos líderes provocaron su caída: tras Valencia y Asturias tiene previsto visitar Sevilla y Aragón. Unos encuentros que desde su página web exhibe como éxitos de convocatoria pero que realmente no suponen una cuota representativa de los militantes que existen en cada territorio.