Crisis en el PSOE

Carmona se enfrentará a Sánchez en su primer cara a cara tras la destitución

Pedro Sánchez y Miguel Carmona, al inicio de las elecciones municipales
Pedro Sánchez y Miguel Carmona, al inicio de las elecciones municipaleslarazon

Pedirá la impugnación del congreso extraordinario celebrado en julio.

Mientras el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha pasado los últimos días cultivando su imagen de líder en el exterior –ha visitado México, Colombia, Perú y Chile– dentro de sus filas la crispación crece. El objetivo de controlar el PSM para contar con el apoyo de una federación de peso –como la madrileña– tras las elecciones generales e imposibilitar así un hipotético salto de Susana Díaz a la arena nacional se ha convertido en un verdadero despropósito que ha generado el efecto contrario al esperado. El PSM es cada vez más ingobernable y la presidenta de Andalucía está acogiendo estratégicamente bajo su ala a todos los defenestrados que la gestión madrileña de Sánchez va dejando por el camino. La voladura, nada controlada, de la dirección de Tomás Gómez abrió una brecha que ni la gestora impuesta ni el posterior congreso han logrado cerrar. Cuando, salvando algunas voces internas, la situación había recobrado cierta normalidad, aconteció el inesperado y fulminante cese del portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona. El Comité Federal de este sábado volverá a ser escenario de una nueva lucha intestina en el PSOE, ya que será el primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Carmona desde su destitución, un relevo que el ex dirigente socialista atribuye al líder de su partido.

En la cita, que reunirá en Ferraz a los pesos pesados del partido con el objetivo de cerrar el calendario de elaboración de las listas electorales, Carmona tomará la palabra para atacar a Sánchez y su gestión. Así se lo detallan a LA RAZÓN fuentes cercanas al ex portavoz socialista, que aprovechará la oportunidad para defender su papel al frente del partido y exigir la impugnación del congreso extraordinario de julio, como ya hicieran los partidarios de Carmona. Esta facción del socialismo madrileño no está dispuesta a quedarse a un lado y buscan emprender una cruzada de desgaste contra el líder del PSOE. Su principal argumento: la falta de democracia interna que ha existido en todo el proceso de relevo del PSM pilotado desde Ferraz y que entra en contradicción con el discurso de Sánchez, el primer líder del partido elegido por primarias entre la militancia. La crítica de Carmona irá acompañada por una fuerte ofensiva a través de los medios de comunicación, un escenario en el que el ex portavoz se desenvuelve a la perfección y con resultados notables en la opinión pública.

Lejos de asumir cierta responsabilidad, desde Ferraz acallan cualquier conato de rebelión interna, señalando que es un «asunto menor» o que «no toca» tratar estos temas. Así despacharon en su día las críticas de Tomás Gómez, que también se sirvió del altavoz de un Comité Federal para criticar su situación y las condiciones de su relevo. «Ese asunto lo damos por amortizado», comentó entonces el secretario de Organización, César Luena. Ahora, el número dos del PSOE mantiene la línea estoica y asegura que existe una situación de «estabilidad» en la federación madrileña, desde que se destituyera a Carmona como portavoz municipal, y negó que el concejal haya hecho daño alguno al PSOE.

A pesar de que la dirección federal y regional quiera transmitir cierta tranquilidad sobre el asunto, el hecho es que la destitución de Carmona ha despertado los fantasmas que surgieron a raíz de la defenestración de su amigo Tomás Gómez y han vuelto a generar suspicacias entre barones regionales y cuadros medios que no comparten las maneras con las que Pedro Sánchez hace y deshace en el partido. «Miembros de la Ejecutiva Federal me han reconocido que se han equivocado conmigo», comenta el ex portavoz. Los mismos que ya alzaron la voz para señalar que el cese de Gómez fue un «error». No obstante, y a pesar de la guerra abierta y el «claro disenso» existente entre Carmona y la dirección federal, el edil socialista reconoce que, en su opinión, el país necesita un «gobierno socialista» y quiere que el secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, sea «presidente». «Y a eso me voy a remangar», apuntó.