El desafío independentista

Cataluña también quiere independencia horaria

110 entidades secundan la iniciativa del gobierno catalán de cambiar el horario laboral en 2025 sin el apoyo de los partidos de la oposición

Turistas en Barcelona se hacen fotos frente a la Sagrada Familia
Turistas en Barcelona se hacen fotos frente a la Sagrada Familialarazon

110 entidades secundan la iniciativa del gobierno catalán de cambiar el horario laboral en 2025 sin el apoyo de los partidos de la oposición.

La propuesta del Gobierno catalán de que la Comunidad autónoma que dirige comparta el mismo horario laboral que el resto de países europeos encontró ayer el apoyo de 110 entidades de distintos sectores que firmaron el «Pacto Nacional por la reforma Horaria». El objetivo de esta firma es que en 2025 entre en vigor esta iniciativa que se adecúe al resto de los países europeos para impulsar una nueva «cultura del tiempo». Pero la propuesta del Ejecutivo catalán conlleva un conflicto en sí: funcionar de forma independiente al resto de España. Aunque sea una propuesta por la que el Gobierno de Rajoy ya apostara en diciembre del año pasado, este pacto ya fija que Cataluña tenga resuelto el asunto para un año determinado, independientemente del «modus operandi» del resto del Estado. Por lo que supondría una incompatibilidad de competencias con el Estado y también afectaría al funcionamiento del sector privado.

Estos son los dos motivos esenciales por los que los partidos de la oposición, que sí estarían de acuerdo con la contenido de la iniciativa, enviaron por el contrario ayer una misiva rechazando el procedimiento para llevarla a cabo, alegando además una falta de concreción que «queda lejos de las expectativas ciudadanas». El partido de Ciudadanos en Cataluña, el PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP desmontaron por tanto la intención del Gobierno de ir «todos a una». Pese a estas críticas, el nuevo consejero de Presidencia, Jordi Turull, insistió ayer en continuar por esta vía que supondría una «revolución» y que tendrá mejoras en la salud, en la corresponsabilidad en las tareas de cuidado entre géneros, y en el bienestar, con cambios en la actividad económica y académica, que impulsarán la competitividad. Turull habló así delante de las entidades firmantes, entre las que figuran actores como las cuatro diputaciones catalanas, Pimec, Fomento del Trabajo Nacional, CCOO, UGT, 12 universidades, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), el Ayuntamiento de Barcelona y colegios profesionales de salud y otros ámbitos sociales. Sin embargo, no aludió a la oposición al proyecto del Gobierno catalán que presentaron el resto de los partidos, que asimismo reclaman una mayor «más intensidad en la implicación del Gobierno catalán en las políticas públicas que tienen que acompañar a los acuerdos». Ni tampoco a cómo se adecuaría este cambio horario laboral en caso de que el resto de España no actuase paralelamente igual. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, anunció el año pasado la puesta en marcha de la búsqueda de un pacto nacional por «la conciliación y la racionalización de los horarios», que permita acabar las jornadas laborales a las seis de la tarde, lo que no difiere del plan de Puigdemont, aunque éste opte actuar unilateralmente.