Partidos Políticos

Colau a las generales y Junqueras, a la Generalitat

El líder de ERC ofrecería su apoyo a una confluencia de izquierdas liderada por la alcaldesa para las generales, a cambio de ser él el candidato en Cataluña. Las negociaciones se iniciaron hace semanas a iniciativa del republicano, muy molesto con los vaivenes de la CUP y preocupado por el fracaso del «procés»

Junqueras. El llamado «Polifemo» republicano sólo quiere el sillón de la Generalitat
Junqueras. El llamado «Polifemo» republicano sólo quiere el sillón de la Generalitatlarazon

Cataluña está en manos de dos políticos con buenos resultados en las urnas y cuya ambición personal decide el destino de esta convulsa situación: Ada Colau y Oriol Junqueras. El escenario del 20-D y la sonora bofetada de la CUP hacia Artur Mas confirman lo que este periódico ya avanzó hace semanas: unas sibilinas maniobras en la sombra de la alcaldesa de Barcelona y el líder de ERC para cuajar sus respectivos intereses de poder. Según fuentes de las formaciones que ambos lideran, Colau y Junqueras han mantenido en las últimas semanas contactos muy discretos, casi secretos y conocidos por muy pocos colaboradores de su entorno, para intentar una salida. El pacto que Junqueras le habría hecho llegar a Colau pasa por ofrecerle todo su apoyo en unas elecciones generales como candidata de una confluencia de izquierdas a la Presidencia del Gobierno de España, a cambio de que Junqueras sea el único aspirante a la Generalitat de Cataluña. Tú a Madrid como gran lideresa nacional, y yo en Cataluña como presidente de La Generalitat.

Las negociaciones se iniciaron hace semanas ante las idas y venidas de la CUP, a iniciativa del líder de Esquerra Republicana, muy molesto por los vaivenes de los radicales de la CUP. Con temor de lo que podía pasar, un bofetón en toda regla a Mas, y el fracaso del «procés», hace tiempo que Junqueras viene cortejando a Colau a través de su hombre de máxima confianza en el Ayuntamiento de Barcelona, el concejal Alfred Bosch. Un hombre que fue diputado en el Congreso y que se mueve bien en círculos intelectuales de Barcelona. Su voto es clave en la gestión municipal de la Ciudad Condal, necesario para Colau y decisivo en estas negociaciones. Bosch fue el primero en hacerle llegar a la Alcaldesa la necesidad de no rivalizar con Junqueras en un asalto a La Generalitat, eterna aspiración del republicano por lo que le ofreció todo su apoyo en unas futuras elecciones generales.

El pacto coincide con el gran malestar que existe ahora entre la formación de Colau, En Comú Podem, y sus socios de Pablo Iglesias. Para nadie es un secreto que los buenos resultados de Podemos son el resultado de la figura de Colau y sus huestes en Cataluña, lideradas por Xavier Domenech. Éste no tuvo reparos en atribuir todo el éxito electoral a Colau nada más recoger sus credenciales en el Congreso de los Diputados. En la formación podemita catalana han causado profundo malestar las declaraciones de Iglesias asegurando que Ada Colau era ya «la presidenta moral de La Generalitat». Ni es así, ni nadie le pidió que lo dijera, aseguran en el nuevo sector de esta formación en la Cámara Baja donde, reiteran , «no queremos ser satélites de Podemos». Un varapalo en toda regla a Pablo Iglesias y un tajazo definitivo a una rebaja del referéndum en Cataluña ante un eventual pacto del PSOE con Pedro Sánchez.

Aunque públicamente no se mojan, el pacto entre Junqueras y Colau inunda todos los despachos políticos de Barcelona tras el batacazo de Mas a su investidura. «Los detalles se están negociando», admiten fuentes de ERC. Sin olvidar la furia que invade en estos momentos a Convergencia, dónde se sienten traicionados por todos. «A Colau, Cataluña se le queda pequeña, su ambición no tiene límites», advierten estas fuentes. En cuanto a Oriol Junqueras, reconocen que su irrenunciable aspiración es la presidencia de La Generalitat y que, si Mas no da un paso atrás, su única baza es el pacto con la izquierda. Por ello, su carta en la manga es ofrecerle a Colau todo su apoyo en una lista conjunta en unas elecciones generales a cambio de ser el único aspirante al Govern de Cataluña.

Naturalmente, la consumación de este pacto viene condicionada por el calendario electoral, dado que si finalmente Mariano Rajoy no logra formar gobierno y hay un adelanto de las generales, Ada Colau no tendría tiempo de fraguar su candidatura frente a Pablo Iglesias con quien, en estos momentos y según fuentes de En Comú Podem, las relaciones no son buenas, como se verá en la formación de los grupos parlamentarios en el Congreso. «No seremos títeres de Podemos», reitera Xavier Doménech, nuevo líder de la formación en la Cámara Baja y hombre de máxima confianza de Colau. El grupo se presenta ya como un duro grano para Pablo Iglesias en esta Legislatura y torpedea por completo cualquier maniobra blanda del líder podemita para un posible pacto con Pedro Sánchez. Así se lo harán ver los nuevos diputados de ERC, Gabriel Rufián y Joan Tardá, este último con muy buena relación con Domenech.

El adelanto electoral permitiría a Colau seguir en el Ayuntamiento de Barcelona y forjar desde aquí su candidatura a una próximas generales. Abrasado Artur Mas, liquidada toda credibilidad de la CUP, Colau y Junqueras son los únicos que pueden presumir de unos buenos resultados electorales y fraguar una alianza de futuro. El llamado «Polifemo» republicano, o sea Junqueras, solo quiere el sillón de La Generalitat. La alcaldesa de Barcelona, una activista sin ninguna trayectoria profesional brillante y cuyo único mérito es el demérito de los demás, es ya «la nueva Pasionaria». Así la llaman por toda Barcelona.