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Revés de Colau: rechaza ceder locales para el 1-O

Acata la sentencia del TC pero sigue jugando a la ambigüedad

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colaularazon

Acata la sentencia del TC pero sigue jugando a la ambigüedad.

Los impulsores del referéndum del 1 de octubre se llevaron ayer un jarro de agua fría del Ayuntamiento de Barcelona, una institución esencial para los preparativos de cualquier votación en Cataluña debido a su dimensión. Después de que el Tribunal Constitucional suspendiera la ley del Referéndum, el Ayuntamiento de Barcelona procedió a paralizar los trámites relacionados con la selección de sus 260 colegios electorales necesarios para organizar el referéndum.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quiso, no obstante, imponer el inconfundible sello de ambigüedad que acompaña todas sus decisiones relacionadas con el proceso soberanista, y se mostró abierta a colaborar con el referéndum siempre y cuando la Generalitat dé nuevas instrucciones. «Mantenemos el pleno compromiso de Barcelona para que se pueda ejercer el derecho a participación siempre que no haya riesgo ni para la institución ni para sus trabajadores», afirmó el número dos de Colau, el teniente de alcalde del Ayuntamiento, Gerardo Pisarello.

La alcaldesa de Barcelona también quiso comunicarse por carta con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para demostrar que no mantiene una oposición frontal al referéndum. Ada Colau subrayó en su misiva que, en cuanto recibió el jueves su petición de ceder locales para el referéndum, ordenó al secretario general del Ayuntamiento que «se iniciasen los trámites ordinarios para comprobar la disponibilidad del dispositivo habitual que se pone en marcha en cualquier proceso electoral».

La maniobra final de Colau consistió en colocar la pelota sobre el tejado del Govern de Puigdemont, a quien emplazó a dar nuevas instrucciones tras la suspensión del TC. Pisarello añadió que este emplazamiento dirigido al presidente de la Generalitat no pretende dar «prisas» a Puigdemont, ya que entienden que la contestación debe ser «serena y tranquila».

El papel de los ayuntamientos en la organización del referéndum es crucial, ya que el mundo local puede dejar cojo el proceso refrendario. Municipios como L’Hospitalet de Llobregat, Terrassa, Lleida, Tarragona, Mataró, Santa Coloma de Gramenet, Cornellà de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, El Prat de Llobregat y Castelldefels comenzaron a confirmar ayer que no tienen la intención de ceder locales para el referéndum. En todos estas localidades existe presencia del PSC –cuyo poder municipal, pese a las notables pérdidas que ha sufrido en los últimos, todavía asciende a 122 alcaldes–.

A esta lista hay que añadir al alcalde de Lleida, Àngel Ros, que en el pasado ya había censurado abiertamente que se pidiera la colaboración de los ayuntamientos para «actos ilegales», y al alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros. Otros ayuntamientos que también rechazan ceder locales son Vallirana, Gavà y Mataró.

Lo cierto es que la Asociación Municipios de la Independencia mantiene influencia sobre cientos de municipios (787 de los 948 que hay en Cataluña), pero es igual de cierto que estos municipios representan al 44 por ciento de la población de Cataluña o, lo que es lo mismo, 3,3 millones de los 7,5 millones de personas que viven en Cataluña.

Aunque la Generalitat no obtendrá el apoyo explícito de los principales ayuntamientos de Cataluña (la mayoría del área metropolitana de Barcelona y el de las capitales de provincias salvo Gerona), todavía tiene recursos a su alcance. Algunos están a la vista de todos como los ayuntamientos de la Cataluña no metropolitana y los institutos de la Generalitat. Otros son menos visibles. El pulso continúa.