Política

Cataluña

Colau lidera a los alcaldes rebeldes

La alcaldesa de Barcelona ha subrayado que "esto no va de independencia sino de nuestros derechos y libertades"

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha recibido a los más de 700 alcaldes
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha recibido a los más de 700 alcaldeslarazon

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha recibido a los más de 700 alcaldes que han sido o serán citados por la Fiscalía por haber firmado un decreto para ceder espacios municipales para la celebración del referéndum

A 15 días para el referéndum ilegal del 1 de octubre, el independentismo buscó proyectar ayer una nueva imagen de fuerza. En un acto impulsado por las entidades y celebrado en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Palau de la Generalitat –ambos edificios están frente a frente, separados por la Plaza Sant Jaume–, los separatistas reunieron al Govern junto a los más de 700 alcaldes prorreferéndum y lograron arrancar una foto con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el propio consistorio. La primera parte del acto discurrió en el ayuntamiento, donde Colau cargó contra el Gobierno y expresó su solidaridad con todos los ediles citados por la Fiscalía. La segunda, en la Generalitat, donde el president, Carles Puigdemont, aprovechó para responder y parafrasear a Rajoy: «No subestimen la fuerza del pueblo catalán», en alusión al «no subestimen la fuerza de la democracia española».

El acto llegaba después de que Colau anunciara el miércoles un acuerdo con el Govern para que se pueda votar. Pese a que no ha trascendido el contenido de esa entente y la alcaldesa mantiene que no cederá locales municipales para votar el 1-O –ni tampoco los prestará gratuitamente para celebrar actos de campaña como es habitual en cualquier proceso electoral–, lo cierto es que la primera edil barcelonesa, a base de prestarse a gestos –como la instantánea de ayer–, ha conseguido apartarse del foco de las críticas de los independentistas. Así, aunque evitó referirse al referéndum, encabezó un acto dirigido a arropar a los alcaldes secesionistas que deberán acudir a declarar ante la Fiscalía por cooperar con el plebiscito ilegal, y en lugar de predicar lo que ella misma hará, se dedicó a dar muestras de solidaridad y a atizar al Gobierno. En un breve pero encendido discurso reivindicó a «Cataluña como un solo pueblo» para hacer frente al Estado. «No estáis solos. Este Ayuntamiento es vuestra casa», añadió.

«Es una vergüenza que el Gobierno sea incapaz de escuchar y dar respuesta al procés», afirmó, y a continuación sostuvo que «esto no va de independencia» sino de luchar por «derechos y libertades». Pese a ello, no pudo eludir que a la conclusión de su parlamento, los varios de miles simpatizantes separatistas que abarrotaron la plaza Sant Jaume y los ediles a los que apoyaba se arrancaran en gritos a favor de la independencia.

Por su parte, Puigdemont mantuvo su cruce dialéctico con Rajoy, al que avisó de que el 1 de octubre habrá votación y clamó por la «fuerza del pueblo catalán». «Pueden tener muchos mazas (en alusión al Fiscal general, José Manuel Maza), muchos BOEs (Boletín Oficial del Estado) y leyes, pero no tienen al pueblo de Cataluña», reivindicó. En este sentido, de forma implícita, suscribió las mofas de algunas movilizaciones que se han organizado delante de imprentas que estaban siendo registradas por la Guardia Civil. «Los ciudadanos catalanes son capaces de, ante una provocación, cantar una canción, coger un clavel y tomárselo con humor», aseguró. Asimismo, felicitó a todos los ediles presentes en el acto por no «arrugarse» ante las «amenazas» y criticó al propio espacio que lidera Colau, al referirse como a «los que dan un paso al lado para que la crisis no los pille».

También intervino el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, que aseguró que la votación se llevará a cabo. «La mejor forma de defender la libertad de expresión es ejerciéndola, y la mejor forma de defender la libertad de voto es ejerciéndola», aseguró. En su breve alocución, volvió escudarse en la «democracia» para defender la celebración del plebiscito: «Lo que está en juego es la democracia. Es una votación sobre libertades fundamentales». La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, también participó del acto, pero no tomó la palabra. Quienes sí lo hicieron fueron los líderes de las dos entidades que agrupan a municipios favorables a la secesión, que recibieron una querella de la Fiscalía el jueves, justo el día que arrancaba la campaña por el «sí» a la independencia.

El presidente de la Asociación Catalana de Municipios, Miquel Buch, expresó su firmeza respecto al referéndum y pidió arrojo a los alcaldes antes las actuaciones del Estado. «Ni un paso atrás ante el bombardeo de la justicia», dijo el también alcalde de Premia de Mar (Barcelona), que avanzó que, en caso de que algunos ediles no puedan continuar al frente de sus consistorios, «detrás hay mucha gente que nos sustituirá». Por su parte, la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, Neus Lloveras, censuró una «persecución judicial» y aseguró que no se arredrarán: «No nos callaremos».

Otros alcaldes hicieron breves parlamentos, de un minuto cada uno, bajo el mismo formato en el Ayuntamiento y en la Generalitat. Algunos, ya han recibido la notificación para declarar.