Ciudadanos

Cs: otro Consejo General para otra crisis interna

Llenará la cúpula de sus apuestas personales, algunos afiliados al partido desde hace menos de un mes.

Albert Rivera e Inés Arrimadas, durante una de las últimas reuniones de la Ejecutiva Nacional. Foto: Cipriano Pastrano
Albert Rivera e Inés Arrimadas, durante una de las últimas reuniones de la Ejecutiva Nacional. Foto: Cipriano Pastranolarazon

Llenará la cúpula de sus apuestas personales, algunos afiliados al partido desde hace menos de un mes.

Hace apenas un mes, todos los asistentes al Consejo General de Ciudadanos (afiliados y periodistas) esperaban el momento en que Albert Rivera tomase la palabra en su tradicional discurso a los asistentes. Oficialmente, el propósito de la arenga era analizar la actualidad política pero, visto el maremoto interno que había azotado al partido naranja esa última semana –cuatro días antes habían presentado su dimisión Toni Roldán y Javier Nart–, el alegato viró hacia una llamada a la unidad de la formación que incluyó también una advertencia a los críticos (dijo que «si algunos piensan que el sanchismo debe campar a sus anchas, que presenten otro partido») que después varias fuentes negaron que fuera tal. Ahora, el orden del día de la reunión de hoy del máximo órgano entre asambleas incluye una medida que puede ser el as en la manga del presidente de Cs para asegurarse que esas voces discordantes (que ya son minoritarias) pierdan aún más peso en la cúpula: Rivera ampliará la Ejecutiva Nacional para llenarla de sus apuestas personales.

El Consejo General se reunirá hoy por segunda vez en apenas un mes, esta vez de forma extraordinaria, para, entre otros puntos, aumentar el número máximo de miembros de la Ejecutiva de 40 a 50. El último en incorporarse al órgano directivo fue Marcos de Quinto, ex vicepresidente de Coca Cola, un nombramiento que, precisamente, fue ratificado en la reunión anterior del Consejo General. Con él, la Ejecutiva suma actualmente un total de 33 componentes, siete menos del límite establecido. «Nos hemos convertido en un partido de gobierno y los órganos se tienen que adaptar a ese crecimiento», fue la postura oficial que defendió el secretario general de Cs, José Manuel Villegas.

Ahora, entre los nombres que más suenan para ocupar esos sillones vacíos destacan los de Lorena Roldán (recientemente elegida como cabeza de lista de Ciudadanos en Cataluña en una hipotética convocatoria electoral anticipada tras la sentencia del «procés»), Joan Mesquida (el que fue director general de la Guardia Civil y de la Policía Nacional y también secretario de Estado de Turismo en el Gobierno de Zapatero) o Edmundo Bal (abogado del Estado).

Son curiosos los casos de otros integrantes que empezaron su carrera en el partido naranja como independientes pero que han ido cogiendo peso en el discurso naranja. Algunos de ellos apenas llevan unas semanas afiliados a Ciudadanos. Son Sara Giménez (tercera de lista por Madrid el pasado 28-A) o Daniel Pérez (líder de la formación en Aragón, donde los naranjas son la tercera fuerza política).

En el extremo contrario, los dirigentes señalados son de sobra conocidos. No parece que Francisco Igea, Luis Garicano y Fernando Maura (los que votaron a favor de levantar el veto a Sánchez en la convulsa reunión de la Ejecutiva del pasado 24 de junio) vayan a desligarse de Ciudadanos como hicieron Roldán, Nart, el fundador Francesc de Carreras o Francisco de la Torre, este último hace apenas unos días. Tras un periodo de «reflexión» anunciado por él mismo en su cuenta de Twitter, De la Torre anunció la decisión de abandonar el partido de Rivera el pasado jueves, el mismo día que cayó la candidatura de Pedro Sánchez a La Moncloa en segunda votación. Aún mantiene su escaño en el Congreso de los Diputados.