Cuando el independentismo llamó a la puerta de la familia «Raventós»

Unipost está presidida por Antón Raventós y su familia son propietarios de la mítica bodega Codorníu desde 1659.

La Guardia Civil detenía este jueves a Pablo Raventós, director general de Unipost, empresa de mensajería vinculada al «procés» independentista desde la consulta que se celebró el 9 de noviembre de 2014. Entre otros, está acusado de un delito de malversación.

Pero si uno afina un poco se da cuenta de que no es el único «Raventós» vinculado al independentismo. Antón Raventós, presidente de Unipost, empresa que se encuentra en concurso de acreedores, también aparece en el sumario del Juzgado de instrucción número 13 por los seguimientos que llevó a cabo la Guardia Civil. El 15 de septiembre, cuatro días antes del primer registro en esta empresa, se reunió con los altos cargos vinculados al «procés»: Francesc Sutrias y Xavier Vendrell. Y es que cuando se habla de apoyar el independentismo, la familia Raventós es reincidente. En 2104, Antón puso a disposición de Artur Mas las instalaciones de su empresa para repartir documentación electoral de la consulta del 9N. Un trabajo por el que cobró casi 250.000 euros.

Precisamente el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña pidió información a la empresa en el proceso penal abierto contra el expresident de Cataluña por la celebración de la consulta del 9-N.

Así que, a nadie coge por sorpresa que Unipost haya vuelto a las andadas de la mano de Puigdemont.

Boicot a Codorníu

Si hacemos memoria, en los últimos años, cada vez que surge el boicot a productos catalanes una de las empresas más perjudicadas es Codorníu. Este año, con más fuerza que nunca y es que Unipost está presidida por Antón Raventós y su familia son propietarios de la mítica bodega desde 1659, cuando la heredera de la familia Codorníu se casó con Miquel Raventós. Aunque todo hay que decirlo, Antón Reventós es un accionista minoritario de la bodega, de la cual tiene menos de un 1%.

Los boicots al cava catalán les han costado más de un disgusto, aunque su presidenta siempre ha evitado pronunciarse en público sobre el tema.