Siria

«Da igual que sean niños. Es lo que se merecen. Aquí va a suceder algo peor»

Prisión para el presunto yihadista detenido el miércoles que preparaba un atentado en la capital.

La Razón
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Prisión para el presunto yihadista detenido el miércoles que preparaba un atentado en la capital.

«Da igual que sean niños. Es lo que se merecen, que nadie se queja por los niños de Siria. Aquí va a suceder algo peor». Así se expresaba Rachid Elomari, el supuesto yihadista detenido el pasado miércoles en Madrid –y a quien el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno envió ayer a prisión a instancias de la Fiscalía– tras el atentado del Daesh en Manchester del pasado 22 de mayo en el que fallecieron 22 personas, entre ellas doce menores de 16 años. Ésta y otras conversaciones evidencian, según el magistrado, su frenético proceso de radicalización, que le había situado «en vías de planificación de un atentado terrorista en Madrid». De hecho, el magistrado subraya en su auto de prisión que Elomari, marroquí de 32 años, fueron localizados por la Policía la noche del pasado día 11 «en lugares y trayectos emblemáticos» de la capital de España «en actitud vigilante, siguiendo un itinerario lleno de medidas de seguridad y de prácticas de observación sobre dichos lugares».

Elomari, según la resolución judicial, estaba comprometido con el Daesh y había manifestado ya su disposición a convertirse en yihadista en zonas de conflicto, porque para él «la mejor forma de morir era inmolándose, pues los que defienden el Corán tienen el paraíso asegurado». «El que no quiera convertirse al islam tiene que morir por infiel», manifestó, al mismo tiempo que celebró los atentados islamistas en Francia de diciembre del pasado año: «Tenían lo que se merecían».

«¿Tú sabrías fabricar una bomba?», se llegó a interesar Elomari, quien en su ordenador del trabajo llegó a descargarse una treintena de manuales sobre «doctrina, ideología, instrucciones para la yihad mediática o para las operaciones suicidas de captados por el Daesh». De hecho, en una de las carpetas que almacenaba atesoraba «una auténtica biblioteca de la organización terrorista» que se caracteriza por su contenido «extremadamente violento», en su mayor parte vinculado a «acciones suicidas, ejecuciones y degollamientos».

La investigación policial también ha dejado al descubierto los «peligrosos vínculos» del supuesto yihadista con combatientes del autoproclamado Estado Islámico a través de Twitter. Los agentes sospechan incluso que podría contar con «algún tipo de aplicación en su teléfono móvil que le permite realizar un seguimiento de las acciones del Daesh en tiempo real».

El juez Moreno le imputa delitos de pertenencia a organización terrorista, adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo. Elomari habría conseguido captar a su primo Mustapha Elomari así como a otro presunto miembro de la célula, Mohamed Chaou, que también fueron arrestados y han quedado en libertad tras declarar ante la Policía.

Su radicalización, recuerda el instructor, se produjo tras un viaje a Marruecos el pasado marzo. Prueba de ello es una nota manuscrita «apocalíptica», escrita en árabe, que se le intervino y que rezaba: «Dominio Yihad hoy vuelva al paraíso».

Otra de las expresiones violentas que los investigadores le atribuyen es la siguiente: «A los gobernantes ya les llegará su hora, pero mientras tanto los ciudadanos de occidente seguirán pagando los crímenes que se cometen en Siria». Su predisposición a cometer un atentado queda patente, según el magistrado, por el hecho de que Elomari reconociese «estar en condiciones de ejecutar a una persona si la considera “infiel” cortándole la cabeza». Además, según el magistrado habría insinuado tener conocimiento de la posibilidad de comisión de un acto terrorista en Madrid al asegurar: «No te preocupes que aquí va a suceder algo peor».

Moreno sostiene que de seguir en libertad Elomari –a quien considera el líder de la célula– podría fugarse, destruir pruebas o cometer otros hechos delictivos.