Política

España cambia de rumbo

De la estabilización a la recuperación

La Razón
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La economía española ofrece una imagen dual en la actualidad, algo que también es cierto para Europa en su conjunto.

En primer lugar, la situación sigue siendo extremadamente difícil para los ciudadanos españoles. La economía sigue en recesión y el desempleo, el paro juvenil, en particular, han alcanzado niveles que son totalmente inaceptables. Entiendo perfectamente la ansiedad que sienten muchos españoles.

Por otra parte, hay signos alentadores. Las exportaciones han aumentado un 20% en dos años, reflejo de la mejora de la competitividad. Las tensiones en los mercados han disminuido significativamente desde el verano pasado, ya que la confianza ha crecido gracias al compromiso de España con unas sólidas finanzas públicas y con las reformas económicas.

Por supuesto, esta mejora es también el resultado de una acción decisiva por parte del BCE y las instituciones europeas para garantizar la estabilidad financiera. El impacto de las reformas ya aprobadas en España y el alivio continuado de la presión del mercado debería allanar el camino para una vuelta gradual al crecimiento en la segunda mitad de 2013.

A raíz de los importantes desequilibrios económicos, insostenibles, que resultaron del modelo económico viciado del aumento del crédito y la burbuja inmobiliaria, España merece un reconocimiento por las importantes y difíciles reformas adoptadas a lo largo del año pasado.

Se están eliminando varios obstáculos para el crecimiento y la competitividad. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La ambiciosa reforma del mercado laboral debe ir acompañada de políticas para ayudar a los desempleados a encontrar un nuevo trabajo o una formación. Es necesario hacer más fácil la creación de empresas, operar y competir a lo largo del país, concretamente en el área de los servicios.

La reestructuración y la reforma del sector financiero debe ser completada y tienen que encontrarse nuevas fuentes de inversión para hacer frente a las graves dificultades que enfrentan las pymes para acceder al crédito. Y la consolidación fiscal debe continuar, porque el crecimiento sostenible requiere de unas finanzas públicas sostenibles.

La Comisión Europea hará todo lo que esté a su alcance para ayudar a España a pasar de la estabilización a la recuperación. Este será otro año difícil, pero podemos estar seguros de que las reformas darán sus frutos y ayudarán a crear bases más sólidas para la recuperación del crecimiento y la creación de empleo en España.