Cádiz

El corta y pega de bandos anteriores lleva a «Kichi» al suspenso

El corta y pega de bandos anteriores lleva a «Kichi» al suspenso
El corta y pega de bandos anteriores lleva a «Kichi» al suspensolarazon

El verano transcurre con más pausa en el sur que en el resto del país. Esa particular sensación espacio temporal, que no hace sino corroborar los postulados cuánticos enunciados por Einstein o Heisenberg, se convierte en una enorme calabaza a la llegada de septiembre, al estilo de la carroza de Cenicienta. El inicio del curso está ya en capilla. Pues ahí anda José María González, «Kichi», alcalde de Cádiz, enfrascado en dirimir si lo que conviene es una candidatura de unidad popular o una lista de Podemos en solitario. El dilema es enorme: o aprovechar el patrimonio simbólico del partido de Pablo Iglesias o bien asaltar el cielo, el poder, centralidad mediante. Pues bien. Las dos opciones ha defendido el alcalde gaditano en el mes agosteño. Es lo que ocurre cuando a uno lo obligan a estudiar en verano sin estar acostumbrado.

La lucha por las causas perdidas le procuró un nombre dentro del activismo. Y de ahí al asalto del edén gaditano, el paraíso perdido de la democracia liberal patriota antinapoleónica. El nuevo alcalde tiene ante sí obtener el grado en la legislatura del Ayuntamiento, ese remedo de Waterloo. Y en ésas anda.

El estreno oficial no ha sido tan sonado. El trabajo dedicado al primer bando municipal debió resultar agotador. El alcalde solicitaba a su pueblo una playa limpia con motivo de la celebración de las tradicionales barbacoas del Trofeo Carranza. Y ahí estuvo González, componiendo la comunicación consistorial con el clásico procedimiento del corta-copia-pega de anteriores bandos. Con una única diferencia: 200 metros más de playa para el disfrute de la ciudadanía, ah, las criaturas, que ya supieron hacerlo incluso sin bajarse el tresillo del salón a la arena oceánica.

Para González, el mundo se vuelve del revés cuando toca reunión con Endesa para pactar un protocolo de emergencia con destino a los hogares más desfavorecidos. O cuando se entrevista con sus pares de San Fernando y Puerto Real para crear una mesa de trabajo sobre los astilleros.

El problema de los sueños es que se cumplan. Habrá algunos que, conforme gire la legislatura, desearán que la Tierra pare para poder apearse. Y no será porque los pobres o los ricos no hayan dejado de serlo, sino porque en la luna, eso no, nunca bailaron los chimpancés.