Bruselas

El ex Govern huido recela de la «vía Forcadell» y duda de que los exconsellers presos queden en libertad

Fuentes próximas a los ex consellers refugiados en Bélgica dudan de que el Tribunal Supremo deje en libertad a sus ex compañeros y reafirman que están dispuestos «a jugar la partida hasta el final».

Cartel electoral de Puigdemont en la presentación de su campaña en Brujas
Cartel electoral de Puigdemont en la presentación de su campaña en Brujaslarazon

Fuentes próximas a los ex consellers refugiados en Bélgica dudan de que el Tribunal Supremo deje en libertad a sus ex compañeros y reafirman que están dispuestos «a jugar la partida hasta el final».

Las posibilidades de que los ex consellers en prisión puedan salir de la cárcel tras acogerse a la «vía Forcadell» –acatando el artículo 155 y comprometiéndose a respetar la legalidad– son vistas con cierto escepticismo entre sus antiguos compañeros del Ejecutivo de Carles Puigdemont, ahora refugiados en Bélgica. Según fuentes próxima al autodenominado «Govern en el exilio» (una denominación que choca frontalmente con el reconocimiento expreso del 155 efectuado por Oriol Junqueras y el resto de consellers encarcelados para poder salir de la cárcel y participar en la campaña electoral) su intención es «jugar la partida hasta el final» en Bruselas a la espera de lo que decida la Justicia belga sobre su extradición a España.

Esas mismas fuentes hacen hincapié en que las circunstancias procesales de los ex integrantes del Govern y de la Mesa del Parlament (estos últimos todos en libertad) no son equiparable. En este sentido, en la resolución en la que impuso una fianza de 150.000 euros a Carme Forcadell, el propio Pablo Llarena, instructor de la «macrocausa» contra el procés en el Tribunal Supremo, establecía una distinción entre unos y otros. Al valorar la posible existencia de riesgo de destrucción de pruebas, el magistrado aseguraba que «a diferencia de lo que pueda ocurrir con quienes aparecen involucrados en el proceso secesionista, pero son objeto de investigación en otros procedimientos (en alusión nada velada a los ex integrantes del Govern, entonces imputados en la Audiencia Nacional), la querella se limita a atribuir a los aquí investigados (Forcadell y los otros cinco ex miembros de la Mesa del Parlament) la creación de una base normativa –ilegal, pero de soporte– mediante un comportamiento que aparece perfecta e inmutablemente esculpido en los diarios de sesiones del Parlamento de Cataluña».

Efectos sobre la OEDE

De ahí que apunten sus temores de que, si finalmente Junqueras y el resto de ex consellers ratifican ante el juez Llarena que acatan el 155, y renuncian a la vía unilateral para conseguir la independencia de Cataluña, «se van a humillar para nada» porque, o bien seguirán en prisión o sólo se acordará la libertad de algunos de ellos.

Las fuentes consultadas aseguran que «no existe ninguna posibilidad» de que Puigdemont y los antiguos consellers refugiados en Bruselas regresen a nuestro país para ponerse a disposición de la Justicia española. «No tiene sentido meterte en una pelea así para abandonar a mitad de partido», recalcan. Eso sí, muestran su convencimiento de que, si finalmente los ex consellers quedan en libertad ante de la vista de extradición del próximo lunes en Bruselas, «nos regalan la denegación de la euroorden». «¿En qué situación quedan los reclamados a ojos de la Justicia belga si se pide su entrega para ingresar en prisión y los otros investigados están ya en libertad?», se preguntan.

«Esto va para largo», insisten las fuentes consultadas. De hecho, según ha podido saber este periódico en una reunión mantenida esta semana por Puigdemont y los otros cuatro ex consellers fugados y su equipo de doce abogados «no se habló para nada» de la posibilidad de regresar a España. «Lo que se está sustanciando en esta extradición tiene mucho más alcance que la prisión o libertad de Puigdemont», recalcan.

De hecho, la defensa del ex president y sus antiguos consejeros está preparando minuciosamente su intervención en la vista de extradición del próximo lunes, que comenzará a las nueve de la mañana (está anunciado un receso de doce a dos) y en la que intentará dar réplica, durante más de cuatro horas previsiblemente, a los argumentos esgrimidos a favor de la entrega por la Fiscalía belga el pasado día 17.