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El Gobierno advierte al lendakari de que excede sus competencias

Lo considera propaganda electoral y pide «respetar la ley»

La Razón
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El Gobierno valora el anuncio del lendakari, Iñigo Urkullu, sobre su plan piloto con los presos de ETA como una maniobra de propaganda, como un movimiento electoralista sobre la base de desempolvar el llamado «Plan Hitzeman», que hasta ahora no ha tenido ningún recorrido. Desde el Ejecutivo recuerdan que el Gobierno vasco no tiene competencias para implantar cambios en la política penitenciaria y advierten de que, en consecuencia, ésta es una iniciativa política que más allá de su recorrido electoral está condenada a generar frustración y puede perjudicar otros planes de reinserción de reclusos de la banda. «La política penitenciaria es competencia del Gobierno de España, y cualquiera puede hacer un plan o un programa, pero se convierte en algo vacío de contenido si no se tienen las competencias legales y materiales para desarrollarlo», sostienen desde Madrid.

El Gobierno de Rajoy reclama seriedad en temas tan delicados como éste y que se respete el criterio técnico de Instituciones Penitenciarias, así como los principios básicos que guían la política penitenciaria en relación a los presos de la banda terrorista. Recuerdan que el camino para su reinserción es único y ya está perfectamente tasado: pasa por ajustarse a los criterios que marca la ley para conseguir, de manera individualizada, los beneficios que puedan derivarse de ese cumplimiento de la legalidad vigente. «La solución no pasa por presentar programas dirigidos a conseguir un titular e inviables por falta de competencia en la materia, sino por respetar la ley y actuar siempre conforme al principio de que sólo hay posibilidades de reinserción para quienes ejercieron el terrorismo y ahora están dispuestos a reconocer ante la sociedad y ante las víctimas que su actividad criminal nunca tuvo justificación y provocó un daño que nunca será superado por quienes lo sufrieron», añaden. El Plan Hitzeman no ha dado frutos hasta ahora, ni siquiera ha conseguido un mínimo consenso entre las fuerzas políticas vascas. Y de cara al futuro, el Gobierno de Rajoy garantiza que su posición seguirá siendo la misma y estará sostenida en la exigencia a ETA de que entregue las armas y se disuelva.