Política

El desafío independentista

El pacto con ERC le cuesta a CiU dos escaños

Los republicanos se convertirían en la segunda fuerza política tras ganar dos diputados, los mismos que perdería Artur Mas. Apenas un mes después del 25-N, la abstención aumentaría un 5,8%, según la encuesta realizada por NC Report

Radiografía del voto
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Apenas ha pasado un mes y las aspiraciones de Artur Mas, ya truncadas en las elecciones del 25-N, sufrirían un nuevo revés de celebrarse hoy comicios. Y es que los catalanes parecen haber llegado a un punto de no retorno con el líder de CiU, más preocupado por sostener su deriva soberanista que por sanear las cuentas de la Generalitat. Un hartazgo capaz de provocar, en sólo 30 días, que 150.259 de los votantes que respaldaron a Mas en las urnas ahora le retiren ese apoyo. Un panorama poco alentador para los de Mas que perderían dos escaños, tal y como refleja la encuesta realizada por NC Report para LA RAZÓN, y pasarían de los 50 actuales a 48.

La abstención se convertiría en un grave problema para los de CiU –109.000 de sus electores se quedarían en casa– pero no sería el único. Y es que, pese a ser la formación más respaldada, el voto independentista ya ha puesto sus ojos en ERC, que se convertiría en la segunda fuerza política del Parlamento catalán, posición que en la actualidad ocupa el PSC al registrar mayor número de votos. Ahora, los de Oriol Junqueras no sólo ganarían dos asientos parlamentarios al pasar de 21 a 23, sino que superarían a los socialistas en porcentaje de voto al obtener el 14,9 por ciento de los sufragios o, lo que es lo mismo, 5.000 votos más que el PSC.

Sobra decir que serían los grandes beneficiados de la caída de Artur Mas y del estancamiento de los de Pere Navarro, que mantendría sus 20 diputados pero perdería 43.707 electores respecto a los comicios del 25-N. Unos resultados que le relegarían a la tercera posición, tras los republicanos.

El resto del arco parlamentario no sufriría cambio alguno, si bien es cierto que la abstención afectaría a todos los partidos por igual. No en vano, 314.310 de los electores que acudieron a las urnas en los comicios de noviembre no lo harían a día de hoy. La abstención crecería un 5,8 por ciento, pasando del 32,2 por ciento al 38, lo que deja patente el descontento con la clase política catalana.

Y frente a CiU y ERC, el escenario político de Cataluña tiene dos grandes referentes: PP y Ciutadans. El primero mantendría sus 19 escaños y subiría ligeramente su porcentaje de voto en 0,3 puntos. Lo suficiente para mantener esa pequeña distancia que le separa del PSC, rival a batir. Por su parte, la formación que lidera Albert Rivera mantendría los nueve diputados actuales, experimentando un ligero ascenso de 0,2 puntos en el porcentaje de voto. Situación muy similar a la de ICV que, pese a obtener un 0,2 por ciento menos de sufragios, mantendría sus 13 diputados. Pero si hay alguien aferrado a la escena política catalana, esos son los radicales independentistas de CUP, más próximos a ERC que a un Artur Mas en caída libre. Sus tres escaños pueden ser la clave en muchos de los pactos futuros de Gobierno en Cataluña.