Bruselas

El PDeCAT deja claro a Puigdemont que los pactos electorales los decide el partido

Elsa Artadi, coordinadora de campaña del PDeCAT, ayer, en Barcelona
Elsa Artadi, coordinadora de campaña del PDeCAT, ayer, en Barcelonalarazon

Pascal viajó a Bruselas para transmitirle al ex president que después de los comicios del 21-D no tendrá poder y que las decisiones sobre los posibles pactos las tomará el partido.

Carles Puigdemont está en Bruselas rodeado de sus fieles preparando la estrategia de su campaña que, de momento, se basa en entrevistas a todos los medios de comunicación europeos y TV3. Sin embargo, se acerca la campaña, propiamente dicha, y los chicos y chicas de Puigdemont incluidos en su lista no son capaces de movilizar el territorio. Llegado a esta conclusión, el candidato de Junts per Catalunya no ha tenido otro remedio que acordarse del que es su partido, el PDeCAT. El pasado martes todos los responsables comarcales del partido, los que están acostumbrados a preparar campañas electorales y movilizar el territorio, fueron citados en la capital belga. Al frente de la delegación del PDeCAT iba su coordinadora general, Marta Pascal, con la intención de no hacer el viaje en mano. Entre sus papeles un objetivo pragmático: atar corto a Puigdemont a partir del día 22. Pascal ha tenido que tragar varios sapos en estas semanas. Primero, que Puigdemont se fuera a Bruselas sin avisarla. Segundo, que lanzara sus diatribas mediáticas sin que el PDeCAT tuviera un mínimo conocimiento. Tercero, que negociara con ERC de espaldas a su partido. Y cuarto, que la amenazara con presentar su propia lista al margen del partido, su famosa agrupación de electores, o incluso presentarla compitiendo con el partido. Pascal casi siempre sola, algunas veces con el apoyo de Artur Mas, ha conseguido ir parando los golpes no sin asumir costes.

Ahora ha llegado su momento y parece que lo ha aprovechado. Si bien es cierto que la lista de Puigdemont es una lista de independientes que poco tiene que ver con el PDeCAT, Puigdemont ha reconocido que necesita el partido para movilizar a la sociedad civil en el territorio a través de las agrupaciones del PDeCAT, en una contienda que se prevé muy dura con ERC en la pelea del voto a voto. De hecho, ayer se filtró el argumentario de los candidatos de Junts per Catalunya. Entre sus mensajes destaca uno: ERC legitimará el 155 si no avala a Puigdemont como presidente. O sea, Puigdemont y los suyos buscan el cuerpo a cuerpo con ERC, pero para llevarlo a cabo necesita del partido, del PDeCAT.

Pascal se reunió con los responsables del partido y Puigdemont. Le ofreció el PDeCAT a su candidato, pero le exigió dos compromisos. Que el PDeCAT marque la estrategia territorial en la campaña –Pascal piensa ya en las municipales de 2019 y quiere consolidar el partido vapuleado por el sinfín de crisis del último año– y, la más importante, el día 22 la estrategia política será marcada por Puigdemont y la dirección del PDeCAT, incluyendo los pactos postelectorales. En definitiva, Pascal ata corto a Puigdemont y, sobre todo, pone al PDeCAT en una posición protagonista al margen del resultado tras las elecciones del 21 de diciembre, después de estas semanas en las que el partido ha sido ninguneado por su candidato hasta límites que sólo se pueden interpretar desde la necesidad de supervivencia.

Pascal con este movimiento no le deja margen de maniobra a Puigdemont ni le deja ir por libre aprovechando que su ácrata candidato se ha dado cuenta que necesita el partido, no en vano fue alcalde de Gerona y conoce los entresijos de la micro política que desconocen sus allegados, porque con esta cohorte de «hooligans» –grupo de pijos, según el argot que se maneja en la sede de los neoconvergentes– se ve incapaz de desarrollar una campaña en la que la pelea por el voto será pueblo a pueblo. La coordinadora general del PDeCAT, con este movimiento, pone en evidencia que no se fía del equipo de Puigdemont, ni de su coordinadora de campaña Elsa Artadi, hasta hace muy pocos días miembro del PDeCAT y de la dirección del partido con la que Pascal se impuso en el último congreso.