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El PP presiona a Rajoy para que designe candidatos en primavera

La gran batalla para las autonómicas y municipales de 2019 será en Madrid, donde Méndez de Vigo y Casado podrían hacer tándem con Cifuentes

Cristina Cifuentes y Pablo Casado conversan con Rajoy al fondo
Cristina Cifuentes y Pablo Casado conversan con Rajoy al fondolarazon

La gran batalla para las autonómicas y municipales de 2019 será en Madrid, donde Méndez de Vigo y Casado podrían hacer tándem con Cifuentes.

Las direcciones regionales y provinciales del PP llevan tiempo presionando a Génova para que anticipe todo lo que pueda la designación de candidatos para las próximas elecciones autonómicas y municipales de 2019. El mapa territorial del PP no tiene nada que ver con el de la etapa anterior a los comicios de 2015, en los que el PP perdió una importante cuota de poder y la crisis y el desgaste por la corrupción se llevaron por delante su control de plazas emblemáticas del poder popular. A este argumento se añade la competencia con Ciudadanos (Cs) y la necesidad, según se entiende en el partido, de engrasar la maquinaria electoral y resolver las incógnitas que marcan el perfil territorial de la formación.

En el partido confían en que esta designación de candidatos se concrete en primavera. Hablan de abril, aunque la fecha la tiene que marcar en el calendario interno el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y oficialmente Génova calla a la espera del discurso que hoy hará el jefe del Ejecutivo en la Junta Directiva Nacional del PP. Las especulaciones sobre los posibles cabezas de cartel ya han empezado, con la tensión que esto añade al funcionamiento del partido frente a otras etapas en las que gobernaban y no había dudas sobre las candidaturas. La pérdida de poder en las últimas autonómicas y municipales forzó una renovación en los liderazgos regionales, pero falta por clarificar quién va a ser el «número uno» que aspire al gobierno en plazas tan emblemáticas como Sevilla, Valencia, Málaga, Cádiz, Santander, Córdoba o Madrid, por citar algunos ejemplos.

Por supuesto, la gran batalla se librará en Madrid, donde dentro de las filas populares han empezado a hacer circular quinielas en las que para la Alcaldía aparecen desde ministros, como el del titular de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, hasta el del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. En la Comunidad de Madrid nadie discute la continuidad de Cristina Cifuentes.

El descarte en estos feudos en los que el PP ha gobernado durante muchos años es difícil y es una tarea en la que la última palabra la tiene Rajoy, al margen de los guiños a las «primarias» que introdujeron en los Estatutos del partido. Además, en su conjunto, estas autonómicas y municipales tienen el valor de primera vuelta de las siguientes generales, en las que está por decidir si el candidato volverá a ser Rajoy o si, por decisión personal, deja paso a otra persona. Un buen resultado en esos comicios de 2019 sería un impulso para el partido para las siguientes generales, mientras que otro tropezón les restaría posibilidades en la carrera hacia La Moncloa con el partido de Albert Rivera a guerra abierta para quitarles más terreno.

Rajoy mide los tiempos y en otras ocasiones ha apurado al máximo la designación de candidatos, precisamente en casos tan significativos como el candidato a las europeas de 2014 o la nominación de Esperanza Aguirre para la Alcaldía de Madrid. En los dos procesos había discusión y presión para que resolviese la incógnita, pero él optó por hacer oídos sordos a la polémica y apurar al máximo los plazos. La justificación que se ha dado hasta ahora en Génova es que aguantar el nombre del candidato le preserva de los ataques de la oposición, aunque ahora tienen en contra el hecho de que la obligada renovación hace conveniente tener más tiempo para que el «cabeza de cartel» se dé a conocer y se trabaje su espacio.

Ante las elecciones de 2019 pesa también el hecho de que las crisis que abrieron los malos resultados de 2015 provocaron una primera renovación en los liderazgos regionales del partido, pero en casos muy significativos, como la Presidencia de la Comunidad Valenciana, por poner un ejemplo, hay serias dudas sobre el perfil de quien competirá por recuperar algunos de los feudos tradicionales del PP frente «a los alcaldes y presidentes del cambio». La guerra de fondo son las generales, pero el PP necesita recuperar presencia territorial en 2019 y cortocircuitar la posibilidad de que Cs siga ganando terreno político. Aunque en Génova niegan tajantemente que pueda abrirse ninguna discusión sobre la posibilidad de que Rajoy repita, si ésa es su decisión, el contexto político y la situación en la que llegue el partido a las próximas generales puede afectar a su decisión final. Por eso, como argumenta un veterano dirigente del PP: «En las decisiones de las autonómicas y municipales nos lo jugamos todo». La posibilidad de que se celebraran junto con las elecciones generales, de no haber acuerdo sobre los Presupuestos de 2018, no cuadra con el análisis que hacen Rajoy y la dirección popular. Demasiadas papeletas y demasiadas elecciones para que los ciudadanos no acaben haciéndose un lío, argumentan.