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El PSOE da por hecho que no será presidenta hasta el 24-M

Susana Díaz, ayer en Jaén tras la inauguración de una feria
Susana Díaz, ayer en Jaén tras la inauguración de una ferialarazon

Díaz podría pedir mañana suspender las votaciones tras el «no» de Ciudadanos.

«Esto va a ser como el último Real Madrid-Atleti, hasta el último minuto no tendremos el resultado». Con esta filosofía afrontan los socialistas la investidura de Susana Díaz. El PSOE es consciente de que antes del 24-M a ningún partido le interesa «mover ficha» y granjearles la llave del gobierno de la Junta, lo que abriría la puerta a que la socialista pueda dirigirse al presidente del Parlamento andaluz para solicitarle que no se celebren más sesiones de investidura hasta que consiga tener cerrado un acuerdo. Así, Díaz puede evitar el desgaste de someterse a votaciones todas las semanas que no conduzcan a nada. La convicción que impera es que después del 24-M la investidura será automática con la abstención del partido de Albert Rivera, que encajará esta negociación con la que afecta al poder municipal, y de Podemos, muy incómodo con estar votando estos días lo mismo que el PP. A pesar de que es la tesis más probable, fuentes del PSOE andaluz niegan que, por el momento, sean los planes de Díaz.

En San Telmo se mueven por sensaciones, y éstas eran positivas hasta que Podemos anunció que no apoyaría a Díaz en segunda votación y Ciudadanos exigió, «con fecha y por escrito», la salida de Manuel Chaves. El optimismo inicial ha tornado en escepticismo y desconfianza al entender que los interlocutores con los que se negocia no están en territorio andaluz, sino en las direcciones nacionales de ambos partidos, que son quienes habrían presionado a sus delegaciones en Sevilla para evitar la investidura a «las primeras de cambio», comprometiendo así sus opciones en las próximas citas con las urnas. Ninguno estaría dispuesto a retratarse con los comicios tan próximos. Podemos trasladaría la imagen de haber sucumbido a pactar con «la casta» y Ciudadanos de haberse dejado convencer con un mero gesto de regeneración democrática.

En este clima de desconfianza, Díaz no estaría dispuesta a entregar la cabeza de Chaves en bandeja de plata sin garantías de que, una vez realizada esta comprometida maniobra, sus futuros socios de gobierno no le solicitasen nuevos sacrificios por su apoyo. En esta dinámica se encuadra también el anuncio del PSOE de no firmar el pacto anticorrupción de Ciudadanos hasta que la investidura sea un hecho, pues consideran que, aunque Díaz ya lo haya aceptado, sería una incoherencia por su parte.

Este pacto anticorrupción es una de las «condiciones indispensables» que Ciudadanos puso al PSOE para abrir el proceso de negociación, un proceso que continúa abierto pero que no se ha reavivado tras la primera votación negativa al Gobierno de Díaz. A lo largo del día de ayer, la Junta y Ciudadanos no han mantenido contacto alguno, según confirman a LA RAZÓN fuentes conocedoras del proceso de negociación.

Los de Albert Rivera se quieren hacer valer y buscan mantener intacta su equidistancia con el bipartidismo hasta el 24-M, tras el cual podrán imponer una política de pactos distinta en cada territorio. «Sin fecha oficial de salida de Chaves, Ciudadanos no se abstendrá», señaló Rivera en Onda Cero.

Guerra de alianzas

La cautela prima en los movimientos ante la certeza de que el pacto se producirá. El PP no quiere arriesgarse a repetir unas elecciones en las que no tiene la certeza de obtener mejores resultados de los que cosechó el 22-M, cuando sufrió un hundimiento sin precedentes. A esta incertidumbre se suma, además, que a partir del 25 de mayo y con los votos escrutados, el PP tendrá que iniciar su propia guerra de alianzas postelectorales en varios territorios. Además, la presidenta en funciones de la Junta no quiere dar una imagen de debilidad y de dependencia respecto a las formaciones emergentes a la hora de llegar al poder.

Esta postura de prudencia es la que defiende también el secretario de Organización, César Luena, que destaca que la «realidad» es que «en Andalucía no existe una mayoría alternativa al PSOE»: «Ni todo está hecho, ni todo está perdido».