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El PSOE reparte un discurso en el que pide «deshacerse de la troika» y luego lo cambia

El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), y el expresidente del Gobierno, Felipe González (d), al inicio de la reunión de representantes del Partido de los Socialistas Europeos (PES) en Madrid
El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), y el expresidente del Gobierno, Felipe González (d), al inicio de la reunión de representantes del Partido de los Socialistas Europeos (PES) en Madridlarazon

Tras el acuerdo de Bruselas lo retiró a última hora y dio la bienvenida a la prórroga del rescate griego. Evita también hablar de «amenazas unilaterales griegas» y critica los nacionalismos en general.

La cumbre de los socialistas europeos estuvo rodeada del halo de contratiempos que suele acompañar al PSOE en las últimas semanas. El discurso pronunciado por el líder del partido –íntegramente en inglés– no contó con una traducción simultánea adecuada, que quedó en nada cuando la pantalla vino a negro por un corte de luz e hizo imposible seguir la intervención en su totalidad. Los medios tuvimos que atenernos a la transcripción en inglés, y posteriormente traducida, que el equipo de prensa nos hizo llegar por escrito. En ella, el líder del PSOE se sumaba al discurso de Syriza y abogaba por «deshacernos de la troika», una expresión que evitó pronunciar y que sustituyó por dar «la bienvenida al acuerdo griego» –una expresión fuera de guión–, ante los nuevos acontecimientos acaecidos en Bruselas, donde el partido de Alexis Tsipras ha cedido a los postulados de la troika. A pesar de la rectificación in extremis, Sánchez ya ha aludido en anteriores ocasiones a la desaparición de este triunvirato europeo. Lo hizo a principios de febrero durante su intervención en el Círculo de Economía en Barcelona, donde exigió «el fin de la troika y las políticas de austeridad».

El secretario general del PSOE ejerció ayer como anfitrión en la reunión de líderes socialdemócratas que se celebró en Madrid, en la que casi 40 dirigentes europeos arroparon a Pedro Sánchez en su puesta de largo como maestro de ceremonias y respaldaron su liderazgo, muy cuestionado en las últimas semanas. El líder del PSOE defendió buscar «una solución duradera a la crisis griega», a través de un plan que responda a las preocupaciones del pueblo heleno pero sin romper los compromisos adquiridos en el marco de la Unión Europea ni acudir a «impulsos nacionalistas». En este punto volvió a darse una omisión en su discurso, ya que Sánchez no aludió a «las amenazas unilaterales» griegas y optó por referirse sólo a los nacionalismos. El líder socialista contextualizó la situación europea actual y reconoció que, «aunque lo peor de la crisis parece haber pasado», el crecimiento es demasiado bajo y los niveles de desempleo siguen siendo inaceptables.

En clave interna, criticó que las políticas de Mariano Rajoy «están muy lejos» de resolver el problema del paro y que las recetas de la derecha han incrementado la desigualdad «hasta niveles sin precedentes». Por el contrario, los socialistas entienden prioritario consolidar una «recuperación justa e inclusiva» que ponga en marcha la reindustrialización, fomente la innovación e invierta en infraestructuras.

Uno de los ejes claves de la cita socialdemócrata era la lucha contra el terrorismo yihadista, que ha golpeado con fuerza Europa en las últimas semanas y años. En este sentido, Sánchez reivindicó la unidad de los estados frente al terror y la firma del pacto de Estado que el PSOE rubricó con el Ejecutivo, dejando sus diferencias políticas a un lado. «Era lo mejor que podíamos hacer y nos alegramos de que el Parlamento Europeo haya seguido y respaldado este planteamiento», señaló.

Un ejemplo de la estrategia contra el terror que se debe hacer extensiva a todo el continente: «Europa debe hablar con una sola voz contra el terrorismo», destacó Sánchez. Esta tesis también fue mayoritariamente acogida entre los líderes asistentes, que defendieron el pacto español como un «ejercicio de responsabilidad», «coordinación y unidad frente a esta amenaza», según indicó la portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo, Iratxe García.

En la reunión también participó el ex presidente del Gobierno Felipe González, que precedió al secretario general del PSOE y se definió como un «viejo militante socialdemócrata que no se resigna». González hizo una encendida defensa por la recuperación de la relevancia europea perdida, criticó la «austeridad suicida» que no permite el crecimiento y advirtió de la amenaza rusa de conectar la zona este de Ucrania y Crimea. «Si cae Ucrania, caerá porque hay un Gobierno sometido a Rusia. Esa política es un tiro en el pie para Putin», espetó. Tras la intervención de Sánchez se iniciaron tres debates, a puerta cerrada, en los que los dirigentes socialdemócratas trataron la necesidad de constituir un frente común contra el terrorismo internacional, afianzar las políticas de crecimiento, inversión y de creación de empleo e incentivar la política exterior. Al cónclave socialdemócrata asistieron, entre otros, el primer ministro francés, Manuel Valls; el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz; el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel; y varios primeros ministros de países como Suecia, Malta o Rumanía. El primer ministro italiano, Mario Renzi, fue baja de última hora al recrudecerse la crisis de Libia. Al término de la reunión, los líderes socialdemócratas participaron en un homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 11-M, colocando dos coronas de flores y varias rosas en el «Bosque del Recuerdo», del parque de El Retiro. A Sánchez y Valls se unieron el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el ex dirigente socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.