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El PSOE teme que Sánchez fuerce una escisión si pierde las primarias

El partido teme que el ex secretario socialista, en caso de perder las primarias, lidere una escisión en el PSOE como hiciera el político francés al dejar el PSF.

Pedro Sánchez, el pasado día 12 en Cádiz con militantes del PSOE
Pedro Sánchez, el pasado día 12 en Cádiz con militantes del PSOElarazon

El partido teme que el ex secretario socialista, en caso de perder las primarias, lidere una escisión en el PSOE como hiciera el político francés al dejar el PSF.

De momento, las primarias del PSOE son de guante blanco, pero como en el dicho «no es oro todo lo que parece». Los enfrentamientos arrecian y dan toda la impresión de que van a mayores. El censo, la votación telemática y no presencial, y la financiación de las campañas han abierto grietas y la tensión es manifiesta en algunos territorios, con un cruce de acusaciones que dista muy mucho de ser un combate de florete. Se parece más al cuerpo a cuerpo navajero. El aumento de afiliados en algunas provincias y vía internet, junto con financiación ajena al PSOE para algunas campañas –sobre todo la de Sánchez– y las acusaciones de «partidismo» a la gestora, han encendido todas las alarmas. Sin embargo, en diversos sectores del PSOE se consideran estas primeras batallas como simples escaramuzas. Auguran situaciones mucho peores a futuro porque Pedro Sánchez y los suyos «no hablan sólo de primarias», apunta un diputado en el Congreso, y añade «están teorizando que el movimiento va más allá de las primarias».

Entre los partidarios de Pedro Sánchez se niega esta teoría porque «vamos a ganar». Sin embargo, aunque no se plantean una derrota en las primarias –hablan de superar el 60% de los votos de la militancia– no se descartan otros planteamientos y se pone la mirada en ese «más allá» de la contienda que se celebrará en el mes de mayo. Así, un activo miembro de las plataformas de Sánchez, argumenta que si no se ganan las primarias «la segunda gran batalla será la designación del candidato a la presidencia del Gobierno, también en unas primarias, en las que también participarán los simpatizantes», lo que para sus seguidores «es una puerta abierta porque Pedro aglutina a gente más allá de los militantes». Desde los partidarios de Susana Díaz se apuntan a esta tesis «si Pedro gana, sin ninguna duda, intentará forzar un segundo pulso en la designación del candidato».

El enconamiento del debate está poniendo en primer plano una posible escisión. Se hace en voz baja, de forma casi imperceptible, pero para muchos «no es nada remoto» a tenor «de ciertos planteamientos impulsados por Pedro Sánchez que habla de un partido de izquierdas, como si el resto fuéramos los herederos del PP» o que plantea «una dicotomía entre bases y aparato como si los dirigentes no salieran elegidos desde la base», eso sin olvidar otros episodios, recuerdan, como los insultos a Susana Díaz en algunos actos, o a todos los miembros del Comité Federal que no se posicionaron con Sánchez cuando salían de la calle Ferraz el uno de octubre en aquella operación de «rodear Ferraz».

«Todas las federaciones del partido están dinamitadas por un discurso que no construye, sino que enfrenta», apunta un dirigente que se manifiesta «preocupado por el cariz de los acontecimientos» y que afirma que «no tengo decidido mi voto». «La división es tan fuerte que tras las primarias el enfrentamiento seguirá enquistado, y eso será letal para el día después, y abre puertas que muchos no quisiéramos abrir», en una clara alusión a una posible escisión. No es el único que piensa así. Un secretario local presenta este fin de semana un acto junto a Odón Elorza en Vilanova i la Geltrú –Barcelona– «pero no sé a quién votaré. Quien venga a mi pueblo contará con mi participación. El día después de las primarias hemos de mantenernos unidos».

Para los sectores cercanos a Díaz, e incluso entre los partidarios de Patxi López, no se descarta esta posibilidad y miran a Francia, a Jean Luc Mélenchon que abandonó el PSF en 2008 para fundar el Partido de la Izquierda hasta que en 2016 funda el movimiento «Francia Insumisa», para superar «el marco de los partidos». O sea, Mélenchon lidera desde hace casi una década la escisión del Partido Socialista Francés aunque su opción tuvo su mejor resultado en las presidenciales de 2012 con un 11,1% de los votos, y en las que se celebraran en el mes de abril, las encuestas le vaticinan que puede mejorar este resultado, pero alejado de una segunda vuelta.

Un dirigente cercano a Díaz se apunta a esta visión: «Mélenchon es un referente para muchos seguidores de Sánchez, que aspiran a situarse en un espacio cercano a Podemos y competir con ellos desde posiciones antisistema. Eso no es la socialdemocracia», apunta para reafirmar que «a socialdemocracia atraviesa una fuerte crisis en Europa, pero la solución no es mimetizarse con la extrema izquierda. Somos alternativas diferentes», sentencia señalando que «Mélenchon se parece más a Podemos que a una opción socialista de izquierdas como la que representa Hamon en contraposición con Manuel Valls».

Ante este debate soterrado, o no tanto, Susana Díaz mandará un claro mensaje, en su presentación como candidata el próximo domingo, de «un PSOE fuerte y unido», al margen de las discrepancias. No en vano asistirán José Bono y José Luís Rodríguez Zapatero, enfrentados en el congreso del 2000, y Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, los dos candidatos del congreso de Sevilla. Además de los pesos pesados, al acto asistirán cientos de secretarios de agrupaciones locales y comarcales «la médula espinal del partido», junto con militantes de toda España, para compensar que sea percibido como «contraproducente» la presencia de los líderes del partido y para afianzar la idea de que Susana es líder en todo el territorio nacional. Uno de sus activos colaboradores afirma sobre la presencia de los «tótems» del PSOE que «todo ayuda porque no se trata sólo de ganar las primarias, hay que trabajar para definir nuevas mayorías».