Política exterior

«El Rey podría hablar de Gibraltar»

Ante la visita de Estado de los Reyes a Reino Unido, el embajador británico en España baraja que en su intervención en el Parlamento Don Felipe se refiera al contencioso del Peñón.

Don Felipe recibió ayer en Zarzuela a la delegación de la patronal japonesa Nippon Keidanren
Don Felipe recibió ayer en Zarzuela a la delegación de la patronal japonesa Nippon Keidanrenlarazon

Ante la visita de Estado de los Reyes a Reino Unido, el embajador británico en España baraja que en su intervención en el Parlamento Don Felipe se refiera al contencioso del Peñón.

Los Reyes estarán el próximo martes en Londres en la que no se exagera si se afirma que será la visita más importante de este año. Primero porque se trata de un viaje de Estado, y segundo porque, además del prestigio mundial de la Corona británica, se produce en un momento de gran revuelo político. Según aseguró ayer el embajador británico en España en un encuentro con periodistas, es «posible» que Don Felipe, durante su intervención en el Parlamento británico –lo que se considera una clara deferencia hacia el Rey– se refiera al contencioso del Peñón. En la primera cumbre formal de líderes europeos a Veintisiete del pasado mes de abril, se estableció que, una vez que Reino Unido abandone la Unión, «ningún acuerdo entre la UE y el Reino Unido podrá aplicarse en el territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre España y el Reino Unido». En la práctica, supone que España tiene ahora voz y voto sobre el futuro del Peñón, un paso que creó un gran malestar en Londres. No será la primera vez que un Rey se refiera a este asunto: en 1986, en la visita de Estadio de los entonces Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, el padre de Felipe VI también hizo una mención. Según el alto diplomático, es «algo bastante especial» que Don Felipe pronuncie el mensaje, ya que «no figura siempre en el protocolo de estas visitas», ya que se ofrece solo a los líderes más destacados, «más queridos», y que marca por tanto «la importancia de la visita». Simon Manley también quiso lanzar un mensaje tranquilizador a los españoles residentes en Reino Unido, temerosos de su situación tras el Brexit. Manley aseguró que Reino Unido se siente «muy orgulloso» de la contribución de los españoles que viven allí –alrededor de 130.000 registrados oficialmente– y manifestó su deseo de «que se queden», por lo que se procurará establecer un procedimiento «lo más sencillo posible» para formalizar su residencia.

La visita de Estado de los Reyes a Reino Unido, la primera en 30 años, se produce en un momento de gran inestabilidad política en el país. El viaje se tuvo que aplazar precisamente por la convocatoria de elecciones anticipadas. La premier Theresa May adelantó los comicios con el convencimiento de reforzar su liderazgo, pero la jugada no salió como esperaba y el pasado 8 acabó perdiendo la mayoría absoluta. Para garantizar su supervivencia política y poder sacar adelante su programa legislativo, la líder tory, cuestionada ahora más que nunca por sus propias filas, se ha visto obligada a pedir el apoyo de los diez diputados norirlandeses del Partido Democrático Unionista (DUP).

Pero el acuerdo es muy criticado por la oposición laborista, los otros partidos norirlandeses y los propios conservadores, donde no existe gran entusiasmo por depender ahora de una formación que se declara antiabortista, contraria al matrimonio homosexual, partidaria de la pena de muerte, negacionista del cambio climático y, ante todo, opuesta por completo a la reunificación con la República de Irlanda. En este sentido, en Westminster existe una gran preocupación ante cómo puede afectar el acuerdo a la paz en Irlanda del Norte. En la provincia británica, las instituciones autonómicas llevan suspendidas desde enero, ante la incapacidad de llegar a un pacto entre los católicos del Sinn Fein y los protestantes del DUP, que bajo el Acuerdo de Viernes Santo, deben gobernar en coalición. Londres estaba actuando como mediador. Pero los republicanos denuncian ahora que el Ejecutivo central ha roto su neutralidad.

Uno de los eventos más destacados será el banquete de Estado que Isabel II y el duque de Edimburgo ofrecerán en honor a Don Felipe y Doña Letizia en el Palacio de Buckingham, en el que ambos Jefes del Estado pronunciarán unas palabras.