Política

Podemos, o el síndrome del temblor de piernas

Syriza, Cataluña, los pactos electorales y el desgaste pasan factura a Podemos. Críticos de Galicia, contra la dirección por tener nóminas ocultas

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, estuvo ayer en Barcelona, donde se reunió con la dirección del partido en Cataluña
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, estuvo ayer en Barcelona, donde se reunió con la dirección del partido en Cataluñalarazon

Syriza, Cataluña, los pactos electorales y el desgaste pasan factura a Podemos. Críticos de Galicia, contra la dirección por tener nóminas ocultas

La aparición del líder Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, el pasado lunes dando el pistoletazo de salida a un curso decisivo para la formación emergente no consiguió disipar la sensación de que el partido morado continúa atravesando turbulencias en los últimos meses. La plana mayor podemita atraviesa momentos delicados en una tormenta perfecta difícil de capear.

Tsipras, el apestado

Para algunos observadores, el «efecto Podemos» ha perdido fuelle, aunque los responsables del partido se empeñen en negar la evidencia. A esa pérdida han contribuido diversos hechos tanto internos como externos, entre los que tal vez el más duro haya sido la dimisión de Alexis Tsipras, tras pasar por las horCcas caudinas de la Troika y postrarse de hinojos en el tercer rescate antes de coger la puerta. Desde Podemos reconocen que la estrategia de ligar el destino de la formación con el de Syriza ha resultado ser un error aprovechable por parte de los adversarios políticos. Pero es que incluso dentro de las filas podemitas, incluido el entorno más cercano a Iglesias, reconocen que la dimisión de Tsipras es un lastre del que no hay manera de soltarse. «Ha cedido a la Troika. No hay más vueltas», señalan en privado. Y ni Iglesias ni Íñigo Errejón, por mucho que hayan marcado la línea ortodoxa de apoyo al ex presidente griego, pueden evitar que el desánimo del caso griego, puesto como ejemplo de resistencia y fenómeno hermano, haya hecho cundir el desánimo. El «Espera, Alexis, que ya llegamos y vamos a ser más fuertes» del líder podemita es un fardo muy pesado.

Como los problemas nunca vienen solos, las «almas» del partido vuelven a aflorar. O, en concreto, el «alma» de Anticapitalistas, corriente de vinculación trotskista con una influencia notable en el seno del partido y que cuenta con nombres destacados como la andaluza Teresa Rodríguez, el alcalde de Cádiz José María González «Kichi» o el eurodiputado Miguel Urbán, entre otros. Bajo las consignas del veterano Jaime Pastor, los anticapitalistas, que en algunos casos han copado las responsabilidades en los círculos del partido –para desconfianza del «oficialismo»–, se han revuelto con el tema griego.

Y es que para este sector Tsipras, al que «le tiemblan las piernas» –como señaló Rodríguez en unas declaraciones–, no deja de ser un ejemplo de cobardía política. De hecho, miembros de Anticapitalistas han mostrado su apoyo a la escisión «dura» de Syriza, Unidad Popular. El problema es que esa sensación no sólo está presente en ese sector de Podemos. La reflexión es compartida en otros ámbitos aunque de forma discreta.

La ambigüedad catalana

Otra cuestión peliaguda es la que va a obligar a Podemos a retratarse el próximo mes de septiembre con la convocatoria electoral catalana. La ortodoxia podemita sigue fijando el mismo discurso: «Referéndum sí, aunque no queramos a Cataluña fuera de España». El problema es que la cuestión catalana va a obligar a Podemos a definirse, aunque Iglesias no quiera. La postura del secretario general ha sido evitar bajar a la arena en ese asunto pero las circunstancias, como apuntan algunos críticos dentro del partido, van a obligarles a la fuerza. Por mucho que el secretario general quiera mantenerse al margen, los acontecimientos mandan.

Pactos electorales. ¿IU es aburrida o no ?

Otro aspecto espinoso es el de las candidaturas a las generales. La posibilidad de pactos puntuales a distintos niveles, pero nunca a nivel nacional, ha quedado abierta de una forma sui generis. El modelo, aseguran, sería parecido al que permitió la incorporación de Tania Sánchez, que, sin carné de Podemos y como «lideresa» de Convocatoria por Madrid, pudo subirse al carro de la lista de Iglesias. Otro vaivén más, porque hay quienes no comprenden que sí se pueda ir con Izquierda Unida de la mano en una provincia y sin embargo no a nivel nacional. Un giro de ciento ochenta grados después de que Iglesias rechazase la oferta de pacto de Alberto Garzón. El consejo ciudadano del partido se reúne hoy para tratar el asunto.

El desgaste pasa factura

Tampoco los resultados de las elecciones del pasado 24 de mayo han servido para dar un balón de oxígeno a Podemos. Lejos de eso, las listas municipalistas triunfantes en varias alcaldías no acaban de despegar, y eso también le pasa factura a la formación podemita, que se arrogó buena parte de sus victorias como propias. El ejemplo más claro es el de Madrid, donde ya han pasado casi tres meses desde la toma de posesión de Manuela Carmena como alcaldesa y, sin embargo, no acaba de percibirse una labor de gobierno municipal clara. Peor todavía para Podemos: Carmena sigue marcando distancias respecto al partido de Iglesias de forma rotunda.

Los críticos alzan la voz

El desgaste también se evidencia a nivel interno, donde algunos han cogido la puerta con la sensación de que Podemos se ha convertido en un foco de arribistas y de personajes que sólo buscan un lugar bajo el sol. La sensación de desencanto –que ya lleva meses haciéndose evidente para los responsables a nivel de círculos– ha llevado a que en Galicia algunos «críticos» hayan desvelado el sueldo de la dirección porque se habían saltado la transparencia tan predicada. Según un documento interno, las nóminas fueron aprobadas por la dirección estatal de Podemos, que les asignó un total de 10.000 euros al mes. Las bases no están en contra de que tengan un sueldo pero afean que la existencia de esas nóminas no se conocían y que ese hecho va contra el ideario transparente que predica Pablo Iglesias

Pero no es el único caso: el pasado mes de junio estalló un escándalo interno en el Consejo Ciudadano de Alicante al divulgarse mensajes que señalaban que sus directivos, adscritos al sector oficialista, habrían puesto en marcha un «pucherazo» para copar dicho órgano. Dos meses después de conocerse los hechos, la comisión de garantías sigue dando largas al asunto, que implica a una diputada autonómica de Podemos, en una actitud que contrasta con la rapidez con que se cortó la cabeza a los responsables del partido en La Rioja el pasado mes de abril por unos hechos menos claros que los de Alicante.

El «gurú» de Iglesias da la sorpresa

Manuel Monereo, veterano militante comunista y ex miembro de la dirección de IU, está considerado uno de los hombres que más han influido en Iglesias. Por eso su presencia en la pasada universidad de verano de Anticapitalistas, donde compartió cartel con Teresa Rodríguez o «Kichi», ha llamado la atención, y más conociendo que ese sector de Podemos encarna un «alma» en permanente choque con las tesis oficialistas de la dirección nacional. «Manolo siempre ha sido un intelectual heterodoxo y va donde le invitan», aseguran desde Podemos. Lo cierto es que Monereo reclamó hace semanas que se llegara a una «tregua» entre Podemos e IU e Iglesias reapareció tendiendo la mano a acuerdos a nivel autonómico y provincial. Sin embargo, la postura respecto a Alexis Tsipras no tiene nada que ver: si Iglesias continúa encastillado en su defensa, para Monereo ha girado a posiciones en las que aplica la fe del «converso» a favor de la Troika.

De Tsipras a Corbyn

Para alejar la sensación de batacazo en Podemos tras la dimisión de Alexis Tsipras, la cúpula dirigente ha encontrado un nuevo referente al que agarrarse en clave internacional: Jeremy Corbyn. El candidato a las primarias del laborismo británico es el nuevo ídolo de Pablo Iglesias, que le dedicó elogiosas palabras en su regreso hasta el punto de señalar que su victoria rompería con la herencia de Tony Blair y contribuiría a ser un revulsivo para activar otra Europa. Mientras tanto, la postura de apoyo de Podemos al boicot al músico judío estadounidense Matisyahu en el Rototom no ha pasado desapercibida en la comunidad judía española y en Israel. Una asignatura pendiente para el responsable de las cuestiones internacionales del partido, Pablo Bustinduy.