Tribunal de Cuentas

El Tribunal de Cuentas no aprueba la contabilidad de Cs, IU, CDC y Bildu

Doce formaciones se arriesgan a sanciones y seis acabaron 2015 en números rojos.

La sede de Madrid de Ciudadanos, cuyas cuentas están bajo vigilancia
La sede de Madrid de Ciudadanos, cuyas cuentas están bajo vigilancialarazon

Doce formaciones se arriesgan a sanciones y seis acabaron 2015 en números rojos.

El Tribunal de Cuentas no ha dado su visto bueno a la contabilidad correspondiente a 2015 de nueve partidos, entre ellos Ciudadanos (Cs), Izquierda Unida (IU), Compromís, Convergencia (CDC, socio de la nueva Junts per Catalunya) y Bildu. Una negativa que se debe a que ha detectado demasiadas incidencias, deficiencias y discrepancias que limitan de examen. Así se desprende del «Informe de fiscalización de los estados contables de los partidos políticos y de las aportaciones percibidas por las fundaciones y demás entidades vinculadas o dependientes de ellos, ejercicios 2014 y 2015», que el Pleno del Tribunal de Cuentas aprobó la pasada semana y que acaba de remitirse al Congreso de los Diputados.

El documento examina las cuentas anuales de un total de 30 formaciones políticas que percibieron, directa o indirectamente, algún tipo de subvención pública para atender sus gastos de funcionamiento y que es otorgada por el Estado o las comunidades autónomas como consecuencia de haber obtenido representación parlamentaria en los procesos electorales del ejercicio 2015. De este resultado negativo se salvan, aunque con salvedades, 20 formaciones políticas respecto al ejercicio 2014, y 19 en relación a 2015, incluyendo en la lista a PP, PSOE y Podemos, informa Ep.

Por el contrario, ha emitido opinión desfavorable sobre siete formaciones en 2014 (IU, Compromís, Aralar, Coalición EH Bildu, Convergència, Eusko Alkartasuna y Partido Aragonés) y hasta nueve en 2015 (las mismas más Ciudadanos y la federación Bildu), debido a las limitaciones al alcance y/o a la importancia cualitativa de las salvedades puestas de manifiesto. Mientras, no ha sido posible emitir opinión sobre los estados contables de dos formaciones: Unió Democrática (UDC), el socio democristiano de CiU que acabó en concurso de acreedores, y Unión Progreso y Democracia (UPyD), ya abandonado por Rosa Díez y que no entregó gran parte de la documentación que se le pedía.

En lo que se refiere a la deuda con entidades de crédito, la suma del conjunto de formaciones políticas ascendía, a finales de 2015, a 233,3 millones (193,9 millones un año antes). Al cierre de los ejercicios fiscalizados, seis formaciones presentaban patrimonio neto negativo, incluyendo a Iniciativa per Catalunya (hoy En Comú), Unió Democràtica (UDC) y la federación de CiU. En el caso de estas dos últimas organizaciones, que ya no concurren a elecciones aunque sí buena parte de sus antiguos dirigentes, su situación de desequilibrio patrimonial ya se había puesto de manifiesto en informes de fiscalización anteriores.

En sus recomendaciones, el Tribunal de Cuentas propone que las formaciones políticas que presenten durante dos o más ejercicios económicos una situación patrimonial negativa ajusten sus actividades económicas con objeto de alcanzar el necesario reequilibrio patrimonial y elaboren un plan de saneamiento para evitar caer en situaciones de insolvencia, pues los ingresos públicos representan la mayor parte de los ingresos registrados.

La institución que preside Ramón Álvarez de Miranda denuncia también que una docena de formaciones no presentaron en 2014 y 2015 el preceptivo informe relativo a la revisión del sistema de control interno prescrito en la Ley de Financiación de Partidos Políticos, entre ellas PNV, Geroa Bai, Izquierda Unida, Nueva Canarias, Bildu (junto a la marca Sortu y la antecesora Amaiur), BNG, Convergència, Unió y la federación CiU. El Tribunal avisa de que «la falta de un sistema de auditoría o control interno a que hace referencia dicho precepto podría constituir una irregularidad sancionable».