Turismo

El turismo se repliega

Comercios y restaurantes reducen sus ventas entre un 60 y un 80 por ciento tras el atentado. Algunos visitantes se marchan antes de tiempo. Los turistas que viajan en familia toman más precauciones

Un lazo negro ha sido colocado en Cambrils en recuerdo a las víctimas
Un lazo negro ha sido colocado en Cambrils en recuerdo a las víctimaslarazon

Cambrils va recuperando el pulso mientras mira de reojo y con inquietud la reacción de los turistas, el motor económico de la ciudad.

Cambrils va recuperando el pulso mientras mira de reojo y con inquietud la reacción de los turistas, el motor económico de la ciudad. La costa catalana había sido, precisamente, una de las alternativas más recurridas por los viajeros después de que estallara la Primavera Árabe en países de afluencia turística como Egipto o Túnez o ciudades golpeadas por el yihadismo como París, pero el terrorismo islámico ha dejado ya su marca con los atentados del jueves y el viernes. Por este motivo, los vecinos de la ciudad viven con preocupación el nuevo horizonte que se abre, y aunque todavía es pronto, la perspectiva que asumen la mayoría es «catastrofista». Todos los comercios y la restauración coincidían en señalar una reducción de las ventas de entre el 50 y el 80 por ciento entre el viernes y ayer comparado con lo habitual.

«Cambrils vive exclusivamente del turismo», afirma la gerente del céntrico hotel Port Eugeni a LA RAZÓN, quien suplicó por que el atentado no acabe afectando a su negocio. «Si no tenemos clientes en el hotel, los restaurantes no llenan sus mesas ni la zapatería vende zapatos», explica gráficamente. En este sentido, la propietaria de una tienda de «souvenirs» situado en el paseo marítimo, precisa que muchos comercios y restaurantes abren en semana santa y cierran a finales de octubre, cuando la temporada estival llega a su fin. «Algunos abren tres o cuatro días a la semana. En la ciudad no hay nadie; yo, por ejemplo, me dedico a viajar», añade. «En invierno hay mucho paro. Yo trato de hacer cursos», señala una joven dependienta. Los hoteleros consultados por este diario rehusaron hacer declaraciones sobre las posibles cancelaciones sobrevenidas por el episodio terrorista.

Sin embargo, los comercios y los restaurantes sí que accedieron a ello. «Llevo trabajando 7 años aquí, y ayer fue el día que menos caja hicimos en todo este tiempo, un 80 por ciento menos que el jueves», señaló a este diario una dependienta de la tienda de moda Nacentia. «Hoy va por el mismo camino. Creo que la temporada de verano ya se ha acabado después de esto. La gente tiene miedo», auguró. La dueña de otro negocio contiguo, se expresa en la misma línea. «Ayer hicimos un 60 por ciento menos, y hoy va por mal camino», explicó. Ella, incluso, explicó que veía a la gente «muy en guardia» y compran menos. También, asegura que conversó con varios turistas que habían decidido marcharse días antes de tiempo. «He hablado con gente que lleva hoteles, y también me dicen que ha habido muchas cancelaciones», añadió. «La sensación que tenemos es, por las fechas que son, que ya no vamos a remontar», zanjó.

Pese a que este diario encontró a un grupo de turistas franceses que sí avanzaban su marcha tras el atentado, también había otros visitantes que iniciaban sin titubeos su estancia en Cambrils. Es el caso de una pareja de ingleses, que desembarcó en la ciudad ayer con ganas de disfrutar de sol y playa, y lo hacía con pleno conocimiento de lo sucedido el día anterior. También la camarera del chiringuito «Denver» se expresó en esa línea positiva y aseguró que «la gente debe seguir haciendo vida normal». «Yo no noté menos clientes», señaló.

Los ecos del atentado resonaron en Salou, el reclamo turístico por excelencia de Tarragona. La ciudad situada a 6 kilómetros de Cambrils se resintió también, más cuando en la zona se ha asumido con bastante convencimiento que era el principal objetivo de los terroristas, pero un control policial alteró el lugar de los hechos. Allí, algunos comercios coinciden en cifrar la reducción del negocio en un 25 por ciento con respecto a lo habitual, pero el énfasis lo sitúan en el ambiente, que definen como «incierto», «tenso» y «enrarecido». «A la gente se le nota como ausente», señaló a este diario el cajero de un supermercado. Si bien, puntualizó que en la playa hubo similar número de bañistas que otros días.

También es célebre en Salou su vida nocturna. La ciudad con relevantes discotecas, bares y pubs, el viernes notó una gran disminución de concurrencia. Así lo explicaron varios porteros a este diario, que también coincidieron en señalar que los turistas que venían en familia, se resguardaron más.

En Salou también se encuentra el concurrido parque de atracciones Port Aventura. En su caso, la compañía rehusó dar cifras y se limitó a decir que el día posterior al atentado de Cambrils hubo «normalidad».