Elecciones autonómicas

El voto del 25-S: desbloqueo o terceras elecciones

Si se cumplen los sondeos no habrá cambios de Gobierno en Galicia y País Vasco pero el mapa político nacional sí se recolocará

Íñigo Urkullu en el mitin celebrado en el Arenal de Bilbao
Íñigo Urkullu en el mitin celebrado en el Arenal de Bilbaolarazon

Si se cumplen los sondeos no habrá cambios de Gobierno en Galicia y País Vasco pero el mapa político nacional sí se recolocará

Las autonómicas vascas y gallegas de este domingo abren una nueva etapa en el periodo de ingobernabilidad nacional que se inauguró con las elecciones de diciembre. En la recta final de la campaña, que ayer se clausuró, todos los partidos han introducido, de hecho, la situación nacional en sus respectivos discursos, conscientes de que los resultados tendrán una lectura en la política en Madrid y en su propia situación interna. Pese a que lo más previsible es que ni en Galicia ni en el País Vasco haya cambios de gobierno, el lunes comenzará una nueva etapa en la que los cuatro principales protagonistas del escenario nacional tendrán que recolocar sus posiciones en el tablero político.

- PARTIDO POPULAR: afronta con optimismo estos comicios. El mismo que aplican a la hipótesis de que por tercera vez vuelvan a repetirse las elecciones generales. Sus sondeos de última hora son buenos, y la hipótesis de perder la mayoría absoluta en Galicia sería un cataclismo interno que en el cierre de la campaña descartan. Esa mayoría absoluta reforzará a Alberto Núñez Feijóo, candidato por tercera vez consecutiva a la Xunta, y reabrirá a partir del lunes, de confirmarse, el debate sobre su perfil de delfín y de sucesor de Rajoy ante el Congreso que el PP tiene pendiente de celebrar cuando se constituya un nuevo Gobierno. Porque antes, incluso habiendo de nuevo generales, el PP no se dejará llevar por ese debate en ningún caso, y si hace falta volverá a acudir a las urnas con el presidente del Gobierno en funciones como candidato. Esta apuesta por Rajoy volverá a ser ratificada el mismo lunes por el Comité Ejecutivo del PP, siempre dentro del guión con el que trabajan en la dirección popular, es decir, el que incluye la hipótesis de que conservan la Xunta. El País Vasco es más irrelevante para su proyección nacional porque dan por descontado que es territorio hostil, donde les vale con aguantar, sobre todo si se confirma el batacazo socialista que auguran las encuestas.

Más allá del tanto que se apunte Feijóo, a corto plazo en Moncloa y en la dirección popular se preparan para rentabilizar la mayoría absoluta del PP gallego en favor de Rajoy. Por eso el líder popular se ha volcado en esta campaña, haciendo la guerra por su cuenta, sin coincidir con su candidato. En la organización regional querían una campaña autónoma, centrada en Feijóo y esquiva con las cuestiones que a nivel nacional han desgastado tanto a las siglas del PP. Pero Rajoy se ha volcado en su tierra dispuesto ahora a blandir como un éxito nacional la mayoría absoluta que el PP puede conseguir de nuevo en Galicia. Un hecho excepcional en un escenario político tan fragmentado. De hecho, desde las últimas elecciones autonómicas y municipales no hay ningún presidente autonómico con mayoría absoluta.

La estrategia de Rajoy tras el 25-S no incluye cambios respecto a su posición actual. Insistirá en su oferta de diálogo a los socialistas y no dará ni medio paso atrás en su disposición a formar gobierno. Y esperar, esperar a ver por dónde evoluciona la crisis del principal partido de la oposición.

- PSOE: Este domingo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, someterá al juicio de las urnas esas encuestas que Ferraz ha aireado en los últimos días y que niegan tozudamente la debacle que sí les han anunciado los sondeos privados y el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Lo más previsible es que tanto en Galicia como en el País Vasco su partido siga siendo mordido por su izquierda, con Podemos como principal referente. Para contenerlo, el líder del PSOE se ha abrazado aún con más fuerza al «no es no» a Rajoy, pero a cuenta de agrandar la crisis interna, para desesperación de sus barones y, en su conjunto, del poder institucional de su partido. A este último lo tiene mayoritariamente en contra, aunque cuente con el apoyo de su militancia en esa decisión de resistir en el bloqueo al Gobierno de Rajoy, pese a que a éste sólo le faltan seis escaños para tener la mayoría absoluta por su pacto con Ciudadanos. El futuro del PSOE después de los comicios de este domingo es una auténtica incógnita, aunque la impresión interna, y entre sus adversarios, es que, en ningún caso, puede ser bueno. Dividido en canal en una lucha por el liderazgo, y rotos casi todos los puentes de Ferraz con la parte de su partido que ejerce responsabilidades de gobierno, autonómicas y municipales, es difícil que esas heridas puedan ser compensadas en las urnas por el efecto de la resistencia «a la derecha» al que se ha abrazado Sánchez para sujetar las embestidas de los suyos. Mientras, Rajoy se frota las manos porque en el supuesto de unas nuevas elecciones, él espera recoger de esta crisis socialista y también, de nuevo, del granero de Ciudadanos.

- CIUDADANOS: Galicia y el País Vasco son un examen difícil para Albert Rivera. La clave de su éxito o de su fracaso se medirá en si su partido consigue o no representación en el Parlamento vasco y gallego. Los de la formación naranja temen unas nuevas elecciones generales porque ven muy difícil contener el efecto del voto útil a favor del PP, que ya jugó su papel en las elecciones del 26 de junio. Pero se mueva hacia donde se mueva Sánchez, Rivera no puede volver a la casilla de socio suyo porque ya ha asumido muchos riesgos con sus movimientos de un lado a otro en lo que afecta a su perfil político. Tiene su programa, su pacto con el PSOE y ahora con el PP. Y con este último apurará, pese a su desconfianza e incomodidad con Rajoy, hasta que se acabe la partida, o elecciones o nuevo Gobierno.

- PODEMOS: Le van bien los sondeos en el País Vasco y Galicia. Pero la dirección morada tampoco quiere de nuevo pasar por el examen de una generales. Está sumida en un problema de crisis de identidad, de crecimiento territorial y de lucha por el poder. En noviembre renueva las direcciones de Madrid, Andalucía y Extremadura, un ensayo de la asamblea general. Y los resultados del domingo, aun siendo buenos dentro de los conglomerados de izquierdas en los que participa, no son decisivos en la pugna entre Iglesias y Errejón, en la que entran en liza otros elementos.