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La insurgencia del 47,8%

Los diputados soberanistas aprueban una resolución que da inicio al proceso de independencia de Cataluña y que expresa el compromiso de desacatar al Constitucional. Junts pel Sí asegura que no habrá leyes ni sentencias que puedan frenar el proceso independentista y anuncia que la construcción del Estado catalán comenzará de inmediato

Los diputados del PP muestran banderas de España y Cataluña tras la aprobación
Los diputados del PP muestran banderas de España y Cataluña tras la aprobaciónlarazon

El Parlamento de Cataluña ha aprobado por 72 votos a favor y 63 en contra la propuesta de resolución pactada por Junts pel Sí (JxS) y la CUP que proclama el inicio del proceso hacia la independencia.

No se trata de una declaración unilateral de independencia, pero se le parece. El Parlament de Cataluña aprobó ayer, coincidiendo con el primer aniversario del simulacro de consulta del 9-N, una propuesta de resolución que pone un inequívoco rumbo hacia la secesión y que, en la práctica, es un ejercicio de insurgencia. «Este Parlament y el proceso de desconexión democrática no se supeditarán a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional (TC), a quien considera deslegitimado y sin competencia», afirma la resolución aprobada por los diputados de Junts pel Sí y la CUP. El texto pasará a manos del TC y tras su presumible suspensión será el momento de comprobar el grado de insurgencia de los 72 diputados independentistas (con el 47,8% de los votos).

El número uno de la lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, fue el encargado de defender esta resolución que declara «solemnemente el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república». Lo hizo asegurando que ni hay vuelta atrás, ni sentencias que sirvan de dique. «Quizás hay quien piensa, aún, que cargando los tribunales con artillería legalista detendrá este clamor. Lamento decirles que esto ya no tiene freno. Si no es hoy, será mañana; si no somos nosotros, serán otros, pero este país ya hace tiempo que dice, alto y claro que ha llegado la hora de ir a por todas», afirmó Raül Romeva.

Junts pel Sí (CDC y ERC) ha optado por asumir la estrategia de desobediencia de la CUP con la esperanza (¿ingenua?) de que los anticapitalistas faciliten la gobernabilidad de Cataluña. En realidad, no hay suficientes pistas para pensar que esto vaya a ser así porque, de momento, sus pactos se limitan a la resolución aprobada ayer y tan siquiera tienen un acuerdo sobre quién debe presidir el Govern de la Generalitat. «Anunciamos la desconexión democrática con el Estado español porque estamos haciendo un ejercicio democrático que requiere que no se someta a las voluntades de un Estado que no nos representa», dijo la diputada de la CUP Anna Gabriel.

Hubo un detalle que no pasó inadvertido y es que las intervenciones de los diputados de Junts pel Sí y la CUP no fueron correspondidos con aplausos de sus bancadas. La desconfianza entre ambos persiste y, a menudo, no hay interés alguno en disimularla.

El hemiciclo, partido

La resolución independentista provocó, como era de esperar, escenas de enorme división tanto a las puertas del Parlament –donde partidarios de la unidad de España y defensores de la independencia vociferaron a favor de sus causas– como en el hemiciclo, donde la ruptura volvió a reflejarse crudamente. Ocurrió cuando la portavoz parlamentaria de Junts pel Sí, Marta Rovira, pidió a la Mesa dar lectura a la resolución –una práctica recurrente para dar solemnidad a ciertas iniciativas– y se produjo la votación. La mitad izquierda del hemiciclo, donde se agrupan los diputados soberanistas, se levantaron para aplaudir y felicitarse, mientras que el resto se quedó en su escaño con gesto de contrariedad. Los diputados del PP desplegaron en ese momento banderas de Cataluña y de España.

Divisiones al margen, la resolución aprobada deja enormes interrogantes en el aire. El texto, propone, entre otras cosas, la tramitación urgente de las leyes del proceso constituyente, de una Seguridad Social y de una Hacienda pública. Todos ellos proyectos de enorme envergadura que podrían quedar en papel mojado si no hay acuerdo de investidura.

En todo caso, los soberanistas abordarán todas estas estructuras de Estado sin tener presente el marco de competencias de la Generalitat. «Se insta al futuro Govern a cumplir exclusivamente aquellas normas o mandatos emanados de esta Cámara, legítima y democrática, con el fin de blindar los derechos fundamentales que puedan estar afectados por decisiones de las instituciones del Estado español», dice el punto octavo de la resolución.

Todo apunta a que el TC suspenderá esta hoja de ruta independentista, pero la huida hacia adelante seguirá sin freno.

Lluís Llach se equivoca a la hora de votar

No es que la votación parlamentaria sea complicada, pero hay que conocer los botones del escaño. Primero es necesario pulsar uno para indicar la presencia del diputado y luego hay que pulsar otro para emitir el sentido del voto (a favor, en contra o abstención). El cantautor Lluís Llach, ahora diputado de Junts pel Sí, se equivocó en ambas partes del procedimiento a lo largo de las nueve votaciones (la resolución se votó punto por punto), pero su error no influyó en el resultado final porque la diputada del PP Esperanza García también se confundió.