Ministerio del Interior

Estado Islámico: «Ya estamos en Marruecos»

La organización asegura en su revista que habían creado allí una infraestructura para atentar en Europa

Varios familiares de los hermanos Hymachi (Omar y Mohamed) y Abouyaaqoub (Younes y El Houssaine), ayer, en su residencia de vacaciones en la localidad marroquí de Mrirt, donde nacieron varios de los terroristas que cometieron los atentados de Las Ramblas y Cambrils
Varios familiares de los hermanos Hymachi (Omar y Mohamed) y Abouyaaqoub (Younes y El Houssaine), ayer, en su residencia de vacaciones en la localidad marroquí de Mrirt, donde nacieron varios de los terroristas que cometieron los atentados de Las Ramblas y Cambrilslarazon

El yihadismo de carácter criminal podría tener en Cataluña y Levante otras células similares a la que ha operado en Cataluña la semana pasada.

El yihadismo de carácter criminal podría tener en Cataluña y Levante otras células similares a la que ha operado en Cataluña la semana pasada. El gran número de musulmanes, en especial marroquíes, que residen en estas zonas, algunos muy jóvenes, hace sospechar sobre esta amenaza dada la proliferación de centros donde se les radicaliza.

Es un problema sobre el que han venido advirtiendo tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil y que ha provocado no pocas fricciones con los Mossos d’ Esquadra, alguna de las cuales tuvo que ser dilucidada por la Audiencia Nacional después de que se lanzaran contra este cuerpo acusaciones sin sentido. El Estado Islámico anunciaba en el «Rumiyah» número 12, correspondiente a este mes, que ya «estamos presentes en Marruecos» en un alarde de que había conseguido montar infraestructuras suficientes para cometer atentados en ese país y, ¿por qué no sospecharlo?, en la vecina España, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN.

Resulta llamativo que la publicación se conociera sólo unos días antes de los atentados de Cataluña, que fueron cometidos por individuos de origen marroquí. De hecho, estos terroristas viajaban con asiduidad a Marruecos y en cada viaje regresaban más radicalizados. ¿Se trataba de algún tipo de aviso o mensaje? Marruecos es un estrecho y eficaz colaborador con España en la lucha contra el terrorismo. La importante comunidad de esta nacionalidad que vive en nuestro país, en especial en Cataluña, es una de las razones de este cooperación que se intensifica con el paso del tiempo. Las operaciones conjuntas entre las Fuerzas de Seguridad son frecuentes y con ellas se han evitado atentados, tanto en territorio magrebí como español. Y se ha evitado que se organizara una red de tráfico de armas que habría terminado en poder de células.

Cataluña concentra casi el 30% de los marroquíes que viven en España y son mayoría entre la población musulmana allí asentada. El salafismo y los movimientos que hacen una interpretación más rigorista del Islam crecen día a día. No es una casualidad que el primer gran atentado islamista que se ha cometido en España tras el 11-M (protagonizado entonces por una célula en la que los marroquíes eran mayoría), haya sido en Cataluña.

El terrorismo yihadista es un problema global pero, por sus especiales características, puede agravarse en Cataluña si no se adoptan las medidas precisas que requieren la colaboración de todas las Fuerzas de Seguridad en igualdad de condiciones, sin la aparente preminencia que en estos momentos tienen los Mossos.

Según las mismas fuentes, deberían ser los secesionistas los que contribuyeran a ello y de esta forma rectificar una serie de pasos que dieron en su día en interés propio y que, como ha quedado demostrado, no les han proporcionado más votos. Por el contrario, han propiciado, de forma indirecta, el problema al que nos enfrentamos.

Hace algunos años, CiU estableció un plan para adoctrinar en el ideario separatista (catalanizarlos en una palabra) a los entonces más de 500.000 musulmanes que residían en Cataluña.

Se trataba de que apoyaran y aseguraran el ahora llamado «proces» que iniciaron Artur Mas y su aliado ERC. Se recuerda que el 25 de marzo de 2003, el entonces consejero en Cap de la Generalitat, Artur Mas, inauguró en Casablanca (Marruecos) una «embajada» dirigida por el independentista republicano Ángel Colom.

Pretendían, y lo consiguieron, potenciar la inmigración desde ese país a Cataluña . En pocos años, se pasó de poco más de 50.000 musulmanes a los más de 500.000 que había en 2015. Es decir, un tercio de toda la población musulmana afincada en España.