Gobierno de España

«Este PSOE es un títere de Podemos»

La cúpula del grupo parlamentario del PP sabe que le espera un difícil curso político, con el desafío soberanista y el acoso del bloque de izquierdas liderado por Iglesias, a quien ven como jefe de estrategia de Sánchez

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, antes de la rueda de prensa que ofreció tras su despacho de verano con el Rey el pasado día 7
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, antes de la rueda de prensa que ofreció tras su despacho de verano con el Rey el pasado día 7larazon

La cúpula del grupo parlamentario del PP sabe que le espera un difícil curso político, con el desafío soberanista y el acoso del bloque de izquierdas liderado por Iglesias, a quien ven como jefe de estrategia de Sánchez.

Recuperado de su lumbalgia por la Ruta gallega de la Piedra y en la arena política nacional, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, vuelve a correr. Lo hizo al día siguiente de su entrevista en Marivent con el Rey, aunque con mucha menos intensidad. «Me duele un poco pero estoy en plena forma», les dijo a unos paisanos de Sanxenxo en una breve caminata a muy temprana hora de la mañana antes de llegar en coche a Chantada, Lugo, para un acto de inauguración turística.

El presidente del Gobierno apura sus últimos días de vacaciones con dos objetivos que marcan el inicio del curso político: Cataluña y el frente anti-PP orquestado por el PSOE al socaire de Podemos contra sus reformas legislativas. Quienes han hablado con él estos últimos días le ven sereno y con ganas. «Esto parece un concurso de a ver quién me casca más», comentó con sorna galaica en el local donde suele tomar un café tras su caminata con José Benito Suárez, el marido de Ana Pastor, su fiel compañero senderista.

El presidente sabe que le espera un curso difícil, arisco, con el desafío soberanista y el bloque de izquierdas liderado por Pablo Iglesias, a quien en Moncloa ven como el auténtico jefe de estrategia de Pedro Sánchez. «Este PSOE es un títere de Podemos», aseguran en la cúpula del grupo parlamentario popular.

En estos días de descanso en Galicia, Rajoy ha seguido muy de cerca dos acontecimientos de calado: el caos del aeropuerto barcelonés de El Prat y los ataques salvajes al turismo. Según fuentes de Moncloa, el presidente ha estado en permanente contacto con los ministros implicados, el de Fomento, Íñigo de la Serna, y el de Industria y Turismo, Álvaro Nadal. De estas conversaciones salió la decisión del montar un gabinete de crisis sobre el conflicto en el aeropuerto de Barcelona y judicializar los ataques a la llamada «turismofobia». Varios ministros con peso en el gobierno y dirigentes del PP encuadran todo esta estrategia en una espiral hasta el uno de octubre, fecha marcada para celebrar el referéndum ilegal. «Aquí, hasta el 1-0 todo vale», opinan en el gobierno y Génova trece, como prueba de su ofensiva de provocación. «Lo que les exaspera es la respuesta mesurada y legal», afirma un alto cargo de Moncloa en defensa de la actitud ponderada de Rajoy, que muchos califican de inacción y en el Ejecutivo ven como «inteligente y buena para todos los catalanes».

Según ha sabido este periódico, Mariano Rajoy ha alertado a todos su ministros para que estén en pista de salida a partir de este fin de semana. Si como Carles Puigdemont ha anunciado, la ley del referéndum es admitida a trámite por la Mesa del Parlament, previa a su convocatoria oficial, el presidente podría convocar un Consejo de Ministros extraordinario para recurrir ante el Tribunal Constitucional. «Conforme a los pasos que den, actuaremos», dicen en Moncloa para no adelantar pistas. No obstante, valoran la enorme fisura en el bloque soberanista, máxime ante los últimos panfletos leninistas de las CUP «barriendo» a Jordi Pujol y a Artur Mas. «¿Hasta cuándo va a seguir tolerando esto Convergència?», se preguntan en el Partido Popular.

La irritación es enorme en el PDeCat con la actitud de estos radicales antisistema que, en palabras de un propio consejero del Govern, «han traspasado todos los límites». La debilidad de Puigdemont está ya un lastre demoledor para el partido.

A primeros de septiembre, Mariano Rajoy convocará al plenario de su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, apelando al diálogo y al acuerdo para iniciar el nuevo curso político con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y consolidar, de este modo, el crecimiento económico, la estabilidad y el empleo. «Cerramos el anterior periodo de sesiones con la aprobación del techo de gasto, que es el primer paso para aprobar las cuentas públicas y ahora seria bueno iniciar el próximo curso parlamentario con la aprobación de los Presupuestos», aseguran en la cúpula popular con el objetivo de incentivar la situación económica, después de que España haya recuperado el 70 por ciento del empleo perdido en una de las peores crisis económicas en toda su historia.

La Diputación Permanente del grupo parlamentario popular se reunirá el próximo 24 de agosto para perfilar las líneas de actuación y peticiones de comparecencias, entre ellas la del propio Mariano Rajoy ante el Pleno por el «caso Gürtel». En el PP son muy conscientes del agresivo frente parlamentario que se les avecina, tras las dos comisiones de trabajo creadas por el grupo socialista y Podemos, con sus dos portavoces en cabeza, Margarita Robles e Irene Montero. Los socialistas quieren impulsar la creación de una subcomisión para la reforma constitucional que debata el nuevo modelo territorial y los podemitas presionan a toda costa para una nueva moción de censura Rajoy. «Sánchez sabrá si es un líder o un muñeco en manos de Podemos», advierten dirigentes del PP ante lo que ven absoluta sumisión del secretario general del PSOE ante Pablo Iglesias.

Sobre el desafío independentista planteado por el Gobierno de la Generalitat, en Moncloa insisten en su mensaje: «Sólo la defensa firme de los principios democráticos de la ley y la Constitución ante un tren que quiere hacer descarrilar a España». Desde el partido advierten a Pedro Sánchez de que «se equivoca de pleno con esa llamada la plurinacionalidad, al margen de cualquier realidad jurídica, política y social, además de una falsedad histórica».

El grupo parlamentario popular se opondrá a la subcomisión de la reforma constitucional y cuenta con el apoyo de Ciudadanos. No obstante, la batalla parlamentaria se prevé muy dura, dado que el PNV, socio favorable en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, sí está favor de esta modificación de la Carta Magna.

En este otoño, Mariano Rajoy tiene también una densa agenda internacional. A finales de septiembre acudirá a Nueva York a la Asamblea General de Naciones Unidas, donde está previsto que mantenga su primera reunión con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A tenor de los buenos datos económicos y el ejemplo de crecimiento de España en la Unión Europea, en Moncloa quieren potenciar al máximo este activo internacional. Sin olvidar los asuntos domésticos que pasan por un mayor cercanía con la calle y recuperar el electorado absentista. La designación de candidatos autonómicos y municipales para los próximos comicios están ya en la maquinaria de Génova a fin de recuperar ciudades emblemáticas como Madrid, Sevilla o Valencia.

En definitiva, frente al pertinaz discurso de «todos contra Rajoy», los populares insisten en que «a nuestro candidato lo elegimos nosotros y hoy por hoy no tiene discusión».