ETA

Familiar de un preso de ETA: “tengo que sacrificar mis partidos de fútbol para ir a verle a la cárcel”

Sin un recuerdo para las víctimas que causaron, exigen que finaliza la dispersión de los reclusos terroristas

Centro Penitenciario Puerto III donde se encuentran presos algunos terroristas/Foto: Efe
Centro Penitenciario Puerto III donde se encuentran presos algunos terroristas/Foto: Efelarazon

Los familiares de los presos de ETA exigen que finaliza la dispersión de los reclusos terroristas

Los familiares de los presos de ETA pretenden presentarse como las grandes víctimas de un “conflicto” que sólo estaba en la cabeza de los que asesinaron a más de 800 personas, mujeres y niños incluidos. Ahora resulta que ellos son los sufridores por tener que recorrer ciertas distancias para ver a unos individuos, mientras que los que perdieron a padres, madres, hermanos...sólo pueden ir a verles a las tumbas.

En la página de la organización “Etxerat”, que agrupa a estos familiares, se ha insertado un artículo en el que se afirma que “hoy queremos interpelar a quienes mantienen la política penitenciaria en España. Hay un sufrimiento que permanece latente, el que padecen los familiares y allegados de los presos políticos vascos. Nos condenan a sufrir la dispersión. Su política penitenciaria es una condena para el familiar y es ya urgente acabar con este sufrimiento”.

Y agregan. “Resulta insostenible mantener por más tiempo que cientos de familias, miles de personas sufran esta condena. Reivindicamos la urgencia de acabar de una vez por todas con la condena a los familiares”.

Para ilustrar sus exigencias, incluyen una serie de comentarios de personas, que no llegan a identificar. Lo que dicen se comenta por sí solo si uno recuerda a las víctimas causadas por la banda terrorista:

Txemin (Galdácano): (...) a mi hijo le han condenado sin juzgarle. Le han condenado a no poder ir a visitar a su tío preso en la cárcel de Puerto de Santa María. Si para cualquiera es complicado recorrer por imposición 900 kilómetros de ida y 900 kilómetros de vuelta, para personas mayores, niños, personas enfermas... aún lo es más. Sería todo diferente si nuestro familiar se encontrara en Euskal Herria (...)

Jone (Galdácano): (...) fin de semana tras fin de semana, desde hace ya más de 30 años, nos jugamos la vida para poder estar junto a nuestros familiares presos. Son muchos años sufriendo demasiados kilómetros, demasiados riesgos los que corremos en la carretera. Nada ha cambiado. Nos han condenado sin estar juzgadas y nuestro delito es ser familiar y quererles (...)

Amaiur (Bilbao): (...) ¿Por qué tengo que sacrificar mis partidos de fútbol, las fiestas de cumpleaños de amigos y amigas, por qué tengo que perder clases? Tengo 16 años y desde que era bebé no conozco otra cosa. Esta es la realidad que hemos tenido que padecer y también actualmente sufren muchos niños y niñas, si queremos estar con nuestro aita y ama presas. No queremos renunciar a nuestra infancia (...)

Rafa (Llodio): (...) a mi hermano Fontso y a Pili les obligaron a recorrer cientos de kilómetros para poder visitar a su amiga e hija presa en Ourense. La condena que le impusieron fue la de perder su vida en la carretera. Ellos y las otras 14 víctimas mortales que ha ocasionado esta política de dispersión tienen derecho a ser reconocidas, tienen derecho a la memoria. Es urgente acabar con la política de dispersión (...)

Por último, anuncian un acto “nacional de reconocimiento de las víctimas de la dispersión” que se celebrará el 23 de noviembre en Guernica.