Atlético de Madrid

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Fernando Santiago, aficionado atlético: «Requisaron hasta las bufandas con la bandera»

Testigo directo / Fernando Santiago, aficionado atlético. Los Mossos retiraron las banderas españolas en el Barça-Atlético de Champions de hace dos años

El periodista Fernando Santiago, en el Camp Nou, con una de las pocas banderas que logró evitar el control
El periodista Fernando Santiago, en el Camp Nou, con una de las pocas banderas que logró evitar el controllarazon

Los cerca de 3.000 aficionados del Atlético llegaron al Camp Nou esa tarde de abril de 2014 con la fe que ya había contagiado Simeone a todos los rojiblancos. Era la ida de los cuartos de la Champions, era el Barça de Messi, pero no había miedo ni complejos. Entraban todos por la misma puerta, la reservada a la afición visitante, con esa mezcla de nervios y expectación antes de un partido importante. Fernando Santiago, periodista del «Diario de Cádiz» y atlético, hacía la cola con su mujer y su hija, ya cerca del torno de entrada, cuando vieron cómo uno de los Mossos de Escuadra obligaba a los aficionados de delante a quitarse la bufanda con la bandera de España y el escudo del Atlético que llevaba al cuello. «Las tiraban a una especie de contenedor que tenían al lado. Estaba limpio y era grande y allí las dejaban», cuenta Santiago, que lo escribió después en su blog en el periódico.

«Había un Policía nacional, que sólo miraba», continua. Los Mossos cumplían con diligencia lo ordenado. Fernando, que hace años fue concejal por Izquierda Unida en Cádiz, vio cómo los aficionados atléticos que se habían quedado sin su bufanda intentaban razonar con la Policía catalana. Pero era inútil: les habían dicho que no podían pasar con esos símbolos e iban a ejecutar su misión. Los Mossos, físicamente, impresionan y dejan pocas dudas acerca de lo que hay que hacer. Santiago, entonces, optó por la prudencia: «Les dije que lo mejor que podían hacer era dejarlo estar, porque si no, se iban a quedar sin ver el partido y se iban a llevar dos hostias. Al final, además, si había lío los que íbamos a quedar mal éramos todos los aficionados del Atlético».

Luego su amigo Arcadi Espada lo contó y le reprochó haber sido tan blando. «Pero yo iba a ver un partido de fútbol, no a imponer la legalidad», asegura. Como les había sucedido al resto de hinchas rojiblancos, los que iban delante de él en la cola dieron por perdida su bufanda y subieron a la zona más alta del estadio para ver el encuentro que era, en definitiva, a lo que habían ido. Ver los cuartos de final de la Champions en campo contrario supone un esfuerzo logístico y económico a tener en cuenta. Hay que pagar la entrada, hay que viajar y pernoctar. El fútbol exige sacrificio. Y más ese día, por cierto: cuando llegaron arriba, a la zona en la que estaban situados los aficionados del Atlético, se encontraron con una red delante y con que ni siquiera les dejaban pasar vasos de agua. No fue un partido cómodo, no.

La Policía autonómica había requisado casi todas las banderas o bufandas españolas. Casi todas. Uno consiguió meter la suya entre el abrigo, pegada al pecho, y la subió hasta arriba donde la desplegó. Allí la cogió Fernando y se hizo la foto que se ve en esta página. Quería dejar constancia de lo que había sucedido. «Es curioso que ahora reclamen para la final de la Copa del Rey del domingo. La estelada no es ilegal. Yo considero que es como llevar la bandera del Atlético de Madrid. Pero la de España sí es oficial. Me llamó mucho la atención lo que sucedió ese día. Sentí que el Barcelona nos maltrató: la red, el agua, las banderas, el pasar el partido rodeados de Mossos, que actuaban con un poco de brusquedad...»

La «venganza», por llamarlo de alguna manera, se la brindó su equipo. Diego Ribas marcó un golazo por la escuadra que hizo temblar a todo el Camp Nou menos a esa zona del campo en la que no había casi ninguna bandera española. Después empató Neymar y el Atlético se clasificó en el choque de vuelta, en el Vicente Calderón.

Antes, en el Camp Nou, con el empate en la mochila y la esperanza intacta, los seguidores rojiblancos tuvieron que esperar, como suele ocurrir con las aficiones rivales, a que se marchara el público local. Pero si alguno había pensado en recoger su bandera o bufanda, en cuanto vio que los Mossos les llevaban por un camino distinto al de la llegada, a una puerta más lejana, dieron por perdida la prenda requisada. «Eran banderas con las tres franjas, sin nada más. O con el escudo del Atlético en ellas», cuenta Fernando Santiago, «pero fue imposible recuperarlas».