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Garantía de prosperidad

La Razón
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Con cierta frecuencia adjetivamos como históricos determinados hechos que, aun siendo relevantes, en realidad nunca tendrán un lugar en la historia. Sin embargo, la proclamación como Rey de España de Don Felipe de Borbón no sólo es un acontecimiento histórico, sino que tengo el convencimiento de que quedará para la historia de España como uno de los hechos más relevantes de principios de este siglo.

Si el inicio del reinado de Juan Carlos I estuvo marcado por la transición de un régimen totalitario a un Estado de Derecho, el de Felipe VI viene marcado por la consolidación plena de nuestra democracia y por la madurez de nuestro orden constitucional.

Juan Carlos ha sido un gran Rey y también un Jefe de Estado eficaz y neutral. Quiero destacar el inestimable apoyo que a lo largo de sus casi cuatro décadas de reinado siempre prestó a la empresa y a la industria españolas dentro y fuera de España.

La notable presencia de nuestras empresas en el exterior no habría sido igual sin el estímulo, aliento y apoyo permanente que el Rey Juan Carlos siempre prestó a la internacionalización de nuestra economía. Por su entrega al servicio de la estabilidad, de la unidad, de la libertad y del progreso de España, nuestra deuda de gratitud será para siempre.

Felipe VI será el Monarca mejor preparado de la historia de España y, como lo ha sido su padre, será el mejor embajador de España en el resto del mundo. A todos quienes hemos tenido el privilegio de tratarle en el ejercicio del servicio público, nos consta su capacidad para absorber información y conocimiento de cuanto le es propio a su alta magistratura.

Su dilatada e intensa trayectoria como Príncipe de Asturias, sus profundas convicciones democráticas y su extraordinario conocimiento de la diversidad, pluralidad y riqueza de España le convierten en el mejor garante para la estabilidad y prosperidad de nuestra nación durante los próximos años. Finalmente, no debemos olvidar el enorme respaldo popular con el que cuenta el nuevo Rey, un apoyo que se ha ganado a lo largo de muchos años con su simpatía, carisma y proximidad.