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El «nuevo líder de la oposición» llama delincuentes a los diputados

Ninguneó al PSOE con un discurso bronco en el que apeló a la política en la calle

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en la segunda jornada del debate de investidura del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en la segunda jornada del debate de investidura del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoylarazon

Ninguneó al PSOE con un discurso bronco en el que apeló a la política en la calle.

El secretario general de Podemos volvió a utilizar la tribuna del Congreso para sacar a relucir su discurso más bronco e impugnatorio contra el «régimen del 78». Buena parte de su intervención estuvo dedicada a pintar un panorama desolador del país tras cuatro años de Gobierno del PP y a situar a su partido «fuera del orden» político actual en España. En referencia al operativo policial que está siendo preparado de cara a la «contrainvestidura» convocada por organizaciones de extrema izquierda, Iglesias llegó a afirmar que «hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí afuera». Sin duda éste fue el momento en el que la temperatura del Hemiciclo subió con más fuerza obligando a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a recordarle al líder de Podemos el reglamento de la Cámara en cuanto se refiere a la «honorabilidad» de esta institución, sede de la soberanía popular. Pablo Iglesias no abandonó el tono desafiante que empapó todo su discurso y respondió que se debía «al honor de mi patria y al honor de la gente de mi país», lo que provocó sonoros abucheos de todas las bancadas salvo la suya. Aunque fue el momento más tenso, toda el discurso del secretario general de Podemos estuvo marcado por la agresividad y la dialéctica rupturista con el sistema político actualmente vigente en España. En este sentido, Iglesias fue meridianamente claro cuando dijo que la de Podemos no iba a ser una «izquierda de este orden», porque «queremos un orden nuevo».

En clave autoreferencial, Iglesias dedicó una parte fundamental de su discurso a hablar de Podemos y del papel –a su juicio histórico– que está llamado a jugar en la vida política de nuestra país. A tal efecto volvió a proclamarse heredero del 15-M, un movimiento que definió como «una nuevo Transición sin miedo». Para el líder de Podemos, su partido da voz a los tres grandes abandonados por el Gobierno que, a todas luces, se formará a partir del sábado: las naciones sin Estado –en alusión a los movimientos independentistas en Cataluña y País Vasco–, los menores de 45 años y las grandes ciudades; es decir, los tres grandes caladeros electorales de la formación morada. Concretamente, de los jóvenes dijo «que no tienen miedo» y, que por lo tanto, serán instrumentales en que Podemos llegue eventualmente al poder, algo que, para Iglesias, es «cuestion de tiempo». La intervención de Iglesias se cerró –una vez más– con una cita del «primero de los socialistas» (Pablo Iglesias, el fundador del PSOE): «Merecer el odio de los oligarcas será la mayor de nuestras honras», concluyó.