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IU ya tiene su pregunta trampa

El sector crítico muestra su rechazo a la fórmula escogida por ser «un cheque en blanco» a Podemos y no especificar ni la letra pequeña del pacto ni la marca electoral que se utilizará

Los candidatos de Podemos, Pablo Iglesias, e Izquierda Unida, Alberto Garzón, durante reunión en el Congreso de los Diputados que tuvo lugar en febrero
Los candidatos de Podemos, Pablo Iglesias, e Izquierda Unida, Alberto Garzón, durante reunión en el Congreso de los Diputados que tuvo lugar en febrerolarazon

El sector crítico muestra su rechazo a la fórmula escogida por ser «un cheque en blanco» a Podemos y no especificar ni la letra pequeña del pacto ni la marca electoral que se utilizará

Sin la letra pequeña del acuerdo ni especificar la marca electoral definitiva, IU ha puesto en marcha un procedimiento relámpago para que sus bases se pronuncien sobre la posibilidad de confluir con Podemos «y otras fuerzas políticas» en las elecciones del 26 de junio. «¿Apruebas una coalición electoral con Podemos y otras fuerzas para el 26-J?». Ésta es finalmente la fórmula adoptada por el partido para que se pronuncien sus 20.000 militantes y sus 50.000 simpatizantes a través de una votación on-line el 2 y el 3 de mayo y presencial el miércoles 4. En la comunicación a sus bases el partido de Alberto Garzón asegura que existe la obligación de «hacer un esfuerzo por presentar a la ciudadanía un proyecto que permita desbloquear la situación haciendo que todos los votos sumen».

La decisión ya ha sido rotundamente contestada por el sector crítico de IU liderado por Cayo Lara. Concretamente fue la eurodiputada Paloma López, perteneciente a la tendencia liderada por el coordinador general, la encargada de mostrar su oposición a la corriente mayoritaria representada por Alberto Garzón. Para López la pregunta es demasiado «abierta» y supone en realidad un «cheque en blanco». Lo que se debería preguntar a las bases no es si aprueban o no una coalición electoral sino, como paso previo, si respaldan que se inicien las conversaciones con Podemos de cara a confluir «en un marco de acuerdo estatal y de reconocimiento de la autonomía de IU antes, durante y después de las elecciones». En palabras de Paloma López en rueda de prensa: «No queremos ni una consulta como la de Pedro Sánchez, abierta a la interpretación que cada uno quiera hacer, ni como la de Pablo Iglesias, dirigida a que saliera lo que él pensaba, sino una pregunta clara y concreta en la que los militantes sepan lo que votan», informa Efe. Los criticos con la línea seguida por Garzóm quieren que las siglas de IU aparezcan en la papeleta de la coalición y que las negociaciones entre Garzón y Podemos no acaben por significar que la identidad de Izquierda Unida se pierda acabando en un todo indiferenciado con el partido de Iglesias. Este punto parece despertar mucha preocupación en el partido de Lara y Garzón. De hecho, en la misma circular en la que informa a sus bases, IU se cura en salud asegurando que, sea cual sea la letra peque del acuerdo, la coalición tiene que reconocer «que somos fuerzas políticas distintas» y también «que se garantice la visibilidad de cada fuerza política en la campaña y en el posterior espacio institucional y político que sea resultado del proceso electoral».

El resultado de la consulta a las bases de IU, y el propio acuerdo al que se llegue con Podemos y el resto de fuerzas políticas, deberá ser ratificado por el próximo Consejo Político Federal, el máximo órgano de dirección de la coalición comunista, que está previso para dentro de una semana, el 7 de mayo. Los tiempos no son muy amplios, ya que el viernes 13 se deben entregar las coaliciones en la Junta Electoral.

¿Apruebas una coalición con Podemos y otras fuerzas para el 26-J?

Esta será la pregunta a la que tendrán que responder 70.000 militantes y simpatizantes de IU el 2 y el 3 de mayo en la web del partido y el miercoles 4 presencialmente.