Parlament de Cataluña

Puigdemont descarga en Junqueras la responsabilidad del referéndum

El vicepresidente se ofrece a comprar las urnas, pero pide que firme todo el Govern.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont , junto al vicepresidente Oriol Junqueras, durante la sesión matinal de control del parlamento de Cataluña
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont , junto al vicepresidente Oriol Junqueras, durante la sesión matinal de control del parlamento de Cataluñalarazon

El vicepresidente se ofrece a comprar las urnas, pero pide que firme todo el Govern.

El Govern de Junts pel Sí atraviesa horas complicadas. La desconfianza entre los socios de la coalición va en aumento y el paresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, intenta sostener el control de la situación con equilibrios muy difíciles entre los consellers de su gobierno y su propio partido.

La recta final del referéndum ha desatado los recelos de todas las partes implicadas en culminar de alguna manera el proceso independentista. Puigdemont, que liquidó al conseller Jordi Baiget hace pocos días por dudar de la votación soberanista del 1 de octubre, barrunta cambios en su gobierno. Cambios que, en principio, no incluirán a nuevas figuras en su gabinete, sino que llevará a cabo moviendo las piezas que ya tiene. En este contexto, el vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras, está llamado a ganar protagonismo. El próximo martes, fecha de la reunión semanal del gobierno catalán, Junqueras se ofrecerá a asumir la compra de urnas para el referéndum, aunque será el conjunto del Govern quien asigne esta encomienda. También el conseller Asuntos y Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia, Raül Romeva, está llamado a colocarse en primer plano en adelante como responsable de Participación.

Junqueras, eso sí, no quiere asumir en solitario las responsabilidades judiciales de la compra de urnas y reclama que el Govern asuma las decisiones «de forma colegiada». El vicepresidente catalán, por tanto, se perfila como el hombre decisivo del Govern en la recta final del «procés», pero Puigdemont intentó quitar trascendencia a estas maniobras. «Claro que el señor Junqueras tiene el encargo de organizar y coordinar el referéndum. ¿Adónde estaba usted en septiembre de 2016 (debate de política general)?», le soltó el titular de la Generalitat al presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, durante el duelo que mantuvieron en la sesión de control en el Parlament.

La gran damnificada de la recta final del referéndum podría ser la titular de Gobernación, Meritxell Borràs (PDeCAT), entre cuyos ámbitos de actuación figuran las elecciones y las consultas populares. Puigdemont ya trabaja en la aprobación de un decreto este mismo mes para reorganizar las competencias de los departamentos y concentrar todo aquello relacionado con el referéndum en una sola conselleria que no sería la de Gobernación. Ésta es una fórmula. La otra consistiría en aprobar una comisión interdepartamental que se encargaría de ejecutar los preparativos pendientes del referéndum.

El president está madurando los cambios. Lo está haciendo mediante conversaciones con su propio partido, el PDeCAT, con los consellers del mismo, y con sus socios de coalición. «No tiene equipo. Está demasiado solo», describen dirigentes de ERC a la vista de sus movimientos para mantener la cohesión.

Legislatura agotada

Los más que posibles en el Govern centraron la comparecencia de Puigdemont en el Parlament para explicar el cese de Baiget. El líder de PSC, Miquel Iceta, consideró que la legislatura está «agotada» y apuntó que, más allá de que haya un posible «conseller del referéndum», debería ser el propio presidente de la Generalitat quien asumiera personalmente la misión del 1 de octubre. El líder de SíQueEsPot, Lluís Rabell, llamó a a «sumar alianzas» para un referéndum «efectivo», mientras que, desde la CUP, Benet Salellas urgió a Puigdemont a que «dé pasos en los próximos días y semanas» para demostrar que el referéndum del 1 de octubre es «absolutamente irreversible».