Cerco a la corrupción

La «caja de Pandora» de Mas

Los documentos de la caja fuerte del número dos de Infraestructuras marcarán el futuro del president

Josep Antoni Rosell escondió en casa de un amigo una caja fuerte y varios maletines después del primer registro en CDC
Josep Antoni Rosell escondió en casa de un amigo una caja fuerte y varios maletines después del primer registro en CDClarazon

Los documentos de la caja fuerte del número dos de Infraestructuras marcarán el futuro del president

El vía crucis de la política catalana inicia otra semana que en el lenguaje del soberanismo hiperventilado será una nueva semana histórica. Hoy se constituye el Parlament. El mismo que tiene que investir a Mas presidente, con el permiso de las Candidaturas de Unidad Popular lideradas por Antonio Baños. Todo parece indicar que hoy lunes Carme Forcadell será investida presidenta del Parlament. La misma persona que dijo que a las manifestaciones independentistas sólo acudían los demócratas. Los «indepes» controlarán la mesa del Parlament porque la CUP le dará los votos necesarios a Juntos por el Sí, pero sin la presencia de los cuperos que, como coherentes antisistema, no estarán presentes en un órgano del sistema.

Sin embargo, pintan bastos. El martes, Josep Antoni Rosell, el director general de Infraestructuras –el mismo que ha hecho una gestión brillante e impecable para el señor Artur Mas–, acudirá al juzgado de El Vendrell. Estará presente cuando el juez abra una caja fuerte y varios maletines que «el impecable» escondió en casa de un amigo suyo después del primer registro en la sede de Convergència. Después del segundo registro, el amigo de Rosell llamó a la Guardia Civil para comunicarle la existencia de todo ese material. La Benemérita todavía no sale de su asombro. El juez le pedirá explicaciones y también le reclamará su versión de la declaración ante la Guardia Civil de un funcionario que explicó a la Policía judicial cuál era el modus operandi en la dirección que otorga la obra pública catalana, la «impecable». No será extraño que Rosell acompañe al tesorero de Convergència, Andreu Viloca, en su estancia en la cárcel. Esta situación judicial tendrá una repercusión política. La CUP sigue en sus trece de vetar a Mas y su líder, Antonio Baños, volvió ayer a fijar posición reclamando que las miradas se dirijan «a la responsabilidad de Mas».

El caso del 3% está rompiendo la solidez de CDC. La CUP le niega el pan y la sal, pero Esquerra también. Cada día que pasa la candidatura única para el Congreso de los dos partidos nacionalistas es más una quimera. ERC no quiere verse pringada por la investigación ante las elecciones del 20 de diciembre y todo apunta que ambos partidos se presentarán a las generales en candidaturas separadas. En CDC sacan pecho para minimizar el desastre y ayer la vicepresidenta, Neus Munté, afirmó que «no tiene sentido» repetir la fórmula de Juntos por el Sí, pero lo cierto es que el sinsentido lo tiene para ERC, que ha dejado en la cuneta a CDC. El máximo acuerdo entre ambos será presentar una candidatura unitaria en el Senado.

Las negociaciones para investir a Mas están empantanadas. La CUP sólo apoya una declaración soberanista en el Parlament, pero niega su apoyo a Artur Mas. ERC tiene cada día menos entusiamo en su respaldo a Mas. De hecho, su número dos, Marta Rovira, dijo en la comparecencia que «la Justicia tenía que seguir su camino». La declaración de Rosell ante el juez puede ser la puntilla a la lista única en las generales y el réquiem de Mas. La pregunta es: cuál será el futuro de Convergència sin Artur Mas. ¿Y el del soberanismo?