Palma de Mallorca

La consejera balear de Sanidad ficha a su marido para dirigir el servicio de salud

El PP tacha la actuación de Patricia Gómez de «enchufismo y falta de ética»

Patricia Gómez, nueva consejera de Salud de Baleares, y su pareja Juli Fuster nuevo director del Servicio de salud de las Islas Baleares
Patricia Gómez, nueva consejera de Salud de Baleares, y su pareja Juli Fuster nuevo director del Servicio de salud de las Islas Baleareslarazon

La socialista Patricia Gómez fue la mujer elegida para ocupar la cartera de Salud del Gobierno balear el pasado jueves 2 de julio. El Ejecutivo de Francina Armengol, presidenta del archipiélago y secretaria General del PSIB-PSOE, otorgó la gestión a Gómez, y por fin el Gobierno balear tuvo una capitana para guiar la salud de más de un millon de isleños. La nueva consejera de Salud, tras el nombramiento, tenía que formar equipo. En poco tiempo la polémica tocó al PSIB, cuando la nueva consejera, nombró a su pareja, Juli Fuster, como director del Servicio de Salud balear (Ib-Salut). Gómez defendió ayer que el nombramiento de Fuster se basó estrictamente en criterios profesionales: «Queremos a los mejores en nuestro equipo», subrayó. «El director general de Ib-Salut tiene un currículum profesional brillante y su trayectoria profesional está absolutamente por encima de su trayectoria personal», indicó la nueva consejera tras tomar posesión del cargo.

Patricia Gómez comentó que su propósito, en la línea de los acuerdos de gobierno pactados entre PSIB, Més y Podemos, es «profesionalizar al máximo la gestión». Se refirió a su pareja, como la mejor opción para dirigir el servicio de salud público del archipiélago «independientemente de cualquier otra circunstancia», subrayó. Sobre las «posibles suspicacias» que puede levantar este nombramiento, Gómez defendió la necesidad de «profesionalizar al máximo la gestión» y contar con los mejores profesionales. «Estamos representando a los ciudadanos, los ciudadanos quieren un cambio. Nosotros sabemos qué hacer y ahora vamos a decidir entre todos, con participación, con consenso, cómo lo vamos a hacer», destacó.

Recuerda esta circunstancia, al «modus operandi» que siguió Ada Colau cuando apenas diez días después de asumir el bastón de mando del Ayuntamiento de Barcelona, colocó a su pareja, Adrià Alemany en su equipo en el Consistorio. También se asemeja a la forma de actuar de Manuela Carmena en Madrid, cuando la nueva concejala «ficho» a Luis Cueto, marido de su sobrina, como coordinador de la alcaldía del capital de España.

Marga Prohens Portavoz del grupo popular, se manifestó sobre esto calificando de «indignante y falto de ética y estética» que el nuevo fichaje de Patricia Gómez no sea otro que su pareja. «Nos parece un caso de nepotismo. Las supuestas nuevas políticas han empezado ya con los enchufismos, con las cuotas... que no sigan dando lecciones de transparencia», manifestó ayer a LA RAZÓN.

Por su parte la presidenta del Gobierno balear, Francina Armengol, defendió también ayer que la nueva consejera de Salud, Patricia Gómez, designara a su pareja, Juli Fuster, director general del Ib-Salud. «Son dos personas profesionalmente magníficas y excepcionales en currículum para lo que han de hacer», señaló Armengol en su comparecencia tras el primer Consejo de Gobierno de su gabinete.

Gómez anunció a su vez nada más tomar posesión de su cargo y que la primera medida que iba a emprender era la devolución «inmediata» de las 20.000 tarjetas sanitarias que se eliminaron en la pasada legislatura. Según aclaró, muchas de ellas «corresponden a personas que están en una situación desfavorable», por lo que necesitan «tener los mismos derechos que el resto de ciudadanos». En este sentido, puntualizó que se estaban revisando los decretos de otras comunidades autónomas, de cara a que, posiblemente, en el próximo Consejo de Gobierno pudiera ser efectiva esta medida.