Elecciones catalanas

La CUP reafirma su negativa a Mas y se adueña de los tiempos

Los antisistema marcan el calendario de la puesta en marcha de la legislatura catalana.

Antonio Baños, en una imagen de archivo
Antonio Baños, en una imagen de archivolarazon

Los antisistema de la CUP no sólo tienen la llave de la gobernabilidad en Cataluña. También se han hecho con el dominio de los tiempos. En sus manos está ahora mismo el calendario de la puesta en marcha de la legislatura e incluso los tiempos de la información. Ayer, después de pasear a sus dirigentes durante toda la semana por distintas emisoras, la CUP anunció un apagón informativo que mantendrá hasta el próximo jueves. «La CUP aplaza todos sus compromisos comunicativos hasta después de la conferencia política que organizaremos el próximo día 8», explicó en un comunicado la formación anticapitalista.

Con este blindaje, la CUP pretende ganar tiempo y liberarse de la presión informativa para negociar con Junts pel Sí. El límite para la sesión constitutiva del Parlament es el 26 de octubre, mientras que el debate de investidura debe producirse en los diez días hábiles posteriores. Esto significa que la fecha límite para la primera sesión de investidura es el 9 de noviembre. En caso de no llegar a un acuerdo se llevaría a cabo una segunda sesión al cabo de dos días en la que bastaría una mayoría simple para investir al presidente de la Generalitat. Si persiste el bloqueo durante dos meses el Parlament quedará disuelto automáticamente y Artur Mas, como presidente en funciones, estaría obligado a convocar elecciones nuevamente.

Todas estas fechas están muy presentes en la negociación abierta por Junts pel Sí y la CUP, que tienen margen para llegar a acuerdos en diferentes aspectos relacionados con «la desconexión» de España y con el programa de «rescate ciudadano» que la formación de extrema izquierda lleva por bandera.

Sin embargo, sobre la investidura de Mas no se avista el acuerdo. Después de que CUP sembrara la confusión anteayer con la sugerencia de una «presidencia coral», el número uno de su candidatura, Antonio Baños, aclaró que «no es una propuesta elaborada». «Aparecerán más soluciones, como podrían ser la presidencia rotatoria, las vicepresidencias poderosas o un Govern de cualquier otra forma», explicó Baños en la Ser.

Según el dirigente de la CUP, su formación no pretende «ejecutar» a Mas pero tampoco convertirlo en «líder soberano». Su compañera de partido reiteró su negativa a investir al líder de Convergència. «Lo hemos dicho en campaña y lo seguimos manteniendo. No investiremos a Mas presidente, y lo acompañamos de retos y cuestiones importantes que ponemos sobre la mesa», afirmó la número dos de la CUP, Anna Gabriel.

Los miembros de la formación anticapitalista han denunciado estos días las presiones que están recibiendo por parte del entorno de CDC para someterse a la presidencia de Mas. Su resistencia continúa.